Voces y llanto - Alfa y Omega

Todo iba bien hasta llegar a la habitación de Ana. Se encontraba sentada en el sillón y de espalda a la puerta, solo se veía su cabeza sin pelo. No pude evitar oír su desconsolado llanto. Me acerque sigilosamente, sin atreverme a romper su intimidad, le pregunté si quería que viniera el personal sanitario.

Levantó sus ojos rojos y bañados en lagrimas y me contestó que su mal no viene por ningún dolor físico. Iniciamos una conversación desenfadada hasta que fue recuperando un poco el resuello. Contó que hacía un momento que se habían ido sus dos hijas y su hijo. Volvió a llorar: «Los veo muy tristes. Hoy mi pequeño se ha derrumbado y lloraba a lágrima viva, a pesar de sus casi 30 años. Me siento feliz al experimentar lo mucho que me quieren y que expresen sus sentimientos, pero estoy triste porque las voces que dio mientras lloraba me han traspasado el corazón. Es duro que las personas que más quieres te digan que yo tengo la culpa de tener esta enfermedad, que podía haber ido mucho antes al médico y ahora no estaría así».

Una vez más compruebo en Ana que el dolor que producen los sentimientos es más fuerte que el de la misma enfermedad. ¿Cómo hacerle ver que, aunque ella tiene razón, no siempre las palabras significan lo que escuchamos? Le pedí que recordara cuando su hijo era pequeño y ella entendía lo que él quería decir cuando lloraba. «¿Te das cuenta, Ana, de cuántas y qué distintas cosas entendías con su llanto? Pues piensa que ahora, ante tu enfermedad, se siente mucho más débil y pequeño que entonces, y sus palabras forman parte de ese llanto. Te está pidiendo que le cojas y le protejas como cuando era niño. Él también se está haciendo las preguntas incorrectas, como tú al principio: “¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora?” Y esas voces reflejan su dolor, rabia e impotencia ante lo que le ha pasado a él y a su madre. Y como no encuentra respuestas busca culpables. Hace un rato te culpaba a ti, ayer seguro que se culpó a sí mismo y mañana culpará a Dios. Vuelves a ser la madre de un niño pequeño y a tener que entender que su llanto y sus palabras a voces solo expresan lo mucho que te ama y lo enfadado que está por no poder hacer nada para que esto no esté ocurriendo».