13.681 personas empleadas gracias a Cáritas - Alfa y Omega

13.681 personas empleadas gracias a Cáritas

71.000 personas en situación precaria consiguieron mejorar sus oportunidades de empleo en 2014 gracias a Cáritas. De ellas, 13.681 consiguieron un puesto de trabajo. Son datos del Informe Cáritas con el empleo 2014, presentado este miércoles en Madrid, en el que se advierte que, si bien ese año se volvió a crear empleo, había aún en España 1,8 millones de hogares con todos sus miembros activos parados

Cristina Sánchez Aguilar
Taller de carpintería de Cáritas Málaga

«La pobreza se ha hecho más intensa, más extensa, y más duradera» en España, decía Sebastián Mora, Secretario General de Cáritas Española, el pasado viernes, en un debate en el Foro Cristianismo y Sociedad, celebrado en la parroquia San Jerónimo el Real, de Madrid. «No tenemos un país con muchos pobres, sino un país pobre. Una de cada cuatro personas está en riesgo de pobreza y de exclusión social. Esta ruptura nos lleva a una sociedad frágil, no sólo a personas frágiles». «En las Encuestas de Población Activa», añadió Mora, «no se dice que han subido las familias que no tienen ningún ingreso. Éste es un indicador que no interesa a muchos economistas». Tampoco se contempla en estas encuestas, lamentó, el drama de la desigualdad, que es el gran problema que atraviesa este país. Cáritas Española, preocupada desde el inicio de la crisis por esta situación, ha incrementado sus servicios en lo referente al empleo y la orientación laboral. Según el informe Cáritas con el empleo, en 2014, 13.681 personas atendidas por las distintas Cáritas lograron incorporarse a un puesto de trabajo. Esto supone el 19 % del total de las personas atendidas por la institución (en total, 70.791). Los datos, señalan en Cáritas, «confirman que es posible seguir creando empleo digno para las personas en situación de grave dificultad social». También muestran que «la apuesta de Cáritas por construir oportunidades es posible en un escenario que sigue mostrando los efectos de un período de crisis que nos ha dejado más paro y menos poder adquisitivo». De hecho, desde 2007 hasta finales de 2013, se destruyó más del 18 % del empleo existente en España, y desaparecieron unos 3,5 millones de puestos de trabajo. Además, Cáritas advierte de que, si bien en 2014 se volvió a crear empleo, «la situación sigue siendo muy grave para los 1,8 millones de hogares con todos los miembros activos parados». Para Sebastián Mora, «es urgente tomar conciencia de que nuestro mercado laboral sigue cerrando sus puertas a algunos grupos, especialmente los jóvenes, las mujeres, los parados de larga duración y los trabajadores de menos nivel formativo», según dijo en la rueda de prensa de presentación. La realidad, añadió, «sigue diciéndonos que el empleo no es un derecho garantizado para muchos».

El perfil y los recursos invertidos

La tendencia de años anteriores se mantiene: el 65 % del total son mujeres, frente al 35 % de hombres. En cuanto a la procedencia, ya cambió en 2013 y continúa este 2014: el 53 % son de origen español y el 47 % son de origen extranjero. Por edades, el mayor número procede de la franja entre 36 y 45 años. Los mayores de 45 años son el 28 %; la franja de entre 25 y 35 años son el 28 % y los jóvenes de 16 a 24 años, el 15 %. Cáritas Española también analiza el nivel de formación: el 49 % de las personas que han participado en los servicios de empleo de Cáritas solo cuentan con estudios básicos –Primarios finalizados, o sin finalizar–. Para atender a toda esta población, Cáritas Española ha invertido algo más de 40 millones de euros, que proceden de aportaciones privadas –socios, donantes y empresas colaboradoras– y de subvenciones públicas –del Fondo Social Europeo y las Administraciones estatales, autonómicas y locales–. También se recogen beneficios de las empresas de economía social apoyadas por la propia institución.

Taller de cocina creado por Cáritas

Todos somos corresponsables

Cáritas, además de aportar datos como estos para el debate y la reflexión, recalca que es prioritario «lanzar una llamada a las conciencias y a la esperanza, para que nadie permanezca indiferente ante un problema tan grave». De la teoría, el informe pasa a la práctica, con una serie de propuestas concretas. La primera va dirigida a los particulares. «Es importante reflexionar si las personas de nuestro alrededor están contratadas dignamente, si consumimos de manera responsable, si apoyamos con nuestra compra a las empresas o marcas que ofrecen empleo digno, o si optamos por productos y servicios que se ofrezcan en las empresas de economía social». Todo ello, claro, sin olvidar la participación en actividades de voluntario, algo que promueve de forma especial la organización. «Es posible compartir nuestro tiempo y conocimiento como voluntarios, o contribuir con una aportación económica a los proyectos de empleo de Cáritas», añade el texto. Cáritas también se dirige a las empresas: «Los interrogantes que se plantean son si las compañías ofrecen empleo digno para personas en situación de dificultad social; si están abiertas a las personas que más lo necesitan; y si en las políticas de recursos humanos se da prioridad al empleo digno –salarios dignos, jornadas laborales sostenibles, sistemas de conciliación familiar y derechos laborales que se respetan–». Finalmente, la organización dirige una serie de propuestas a las Administraciones, centradas en la apuesta «por la educación y la formación de los jóvenes, y en poner freno al abandono escolar –con un tasa actual del 25 %–, una de las causas de la exclusión». Cáritas también reclama que se «consolide el modelo de formación en el puesto de trabajo» y que haya «medidas que aseguren la protección de derechos, tanto de trabajadores como de personas en prácticas». Por último, se hace hincapié en la importancia de los planes de empleo locales que «desarrollen la flexibilidad en el sistema de prestaciones a desempleados», que adapten «los modelos basados en incentivos y bonificaciones en propuestas centradas en el desarrollo de las personas», y «articulen y aseguren cláusulas sociales en la contratación pública».