¿Qué trae de nuevo el Papa Francisco? - Alfa y Omega

¿Qué trae de nuevo el Papa Francisco?

En el magisterio del Papa Francisco, lo nuevo no está en la doctrina, pero sí en el lenguaje y la valentía con la que se expresa. Así lo aseguraron varios expertos en acción social de la Iglesia que participaron, el viernes, en la V sesión del Foro Cristianismo y Sociedad, celebrado en la parroquia San Jerónimo el Real de Madrid

Manuel María Bru Alonso

¿Está diciendo algo nuevo el Papa Francisco? Tanto el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora; el de Manos Unidas, Ricardo Loy; José Luis Segovia, director del Instituto de Pastoral de la Universidad Pontificia de Salamanca y experto en Doctrina Social de la Iglesia; y el Padre Ángel, presidente de Mensajeros de la Paz, coincidieron en una respuesta matizada: por un lado no está diciendo nada nuevo, pues no hay un cambio en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia; pero por otro lado si está diciendo algo nuevo, tanto en el lenguaje como en la intensidad en la aplicación de la doctrina a las situaciones concretas de la economía y de la sociedad.

El secretario general de Cáritas, Sebastián Mora contó como oyó una conversación en Roma entre cardenales en la que se preguntaban, precisamente, por la novedad del magisterio del Papa. Coincidían en que «no hay nada nuevo en la doctrina de la Iglesia, ni siquiera en la social». Pero un cardenal africano corrigió a sus colegas: «Sí hay algo nuevo porque todo lo dice con una valentía nueva, con un lenguaje nuevo, y con una capacidad nueva de comprensión».

En todo caso, explicaba Sebastián Mora, «el Papa esta recodando que tenemos un problema de audición en el sentido de que estamos muy lejanos del clamor de los pueblos». Un elemento clave de la preocupación del Papa está en aquello que nos dice en la Evangelii gaudium de que la realidad precede a la idea. Si Benedicto XVI nos regaló la Caritas in veritate, Francisco esta comunicando la Veritas in caritate. Está poniendo en evidencia que es la verdad la que precede a la caridad. El Papa nos dice que hay que tocar la pobreza, tener amistad con el pobre. La amistad con los pobres nos hace amigos del Rey eternal, decía San Ignacio de Loyola.

El Papa Francisco toma de Benedicto XVI una idea fundamental: que la cuestión social es la cuestión antropológica. Lo que está en juego es que entendemos por ser personas en este mundo.

La desigualdad empieza a ser pornográfica

Refiriéndose a la situación social en España el secretario general de Cáritas insistió en que «estamos hablando de la salida de la crisis, de que hay luz al final del túnel. Pero no decimos que el túnel esta lleno».

Por otro lado, explicaba Sebastián Mora que el Papa insiste en que «estamos ante un pecado estructural». El de los intereses que nos hacen poner muros para no querer ver la realidad. «No estamos viviendo una crisis sino una estrategia. Los que más ganan han ganado más aún con la crisis, y además las ideas liberales han triunfado con las políticas de salida de la crisis».

En definitiva, que «la pobreza se ha hecho más intensa, más extensa, y más duradera. Tenemos no un país con muchos pobres, sino un país pobre. Uno de cada cuatro personas está en riesgo de pobreza y de exclusión social. Esta ruptura nos lleva a una sociedad frágil, no sólo a personas frágiles».

Por otro lado, apuntaba el secretario general de Cáritas, «en todas las encuestas de población activa se dice si ha sido positiva o negativa, pero no se dice que han subido las familias que no tienen ningún ingreso. Este es un indicador que no interesa a muchos economistas». No contemplan del drama de la desigualdad, que es el gran problema: «La desigualdad empieza a ser pornográfica».

Una doctrina social sin equilibrios estratégicos

Para el experto José Luis Segovia, «el Papa no ha dicho nada nuevo porque no hay nada nuevo de lo dicho en los Evangelios ni en lo mejor de la tradición y de la Doctrina Social de la Iglesia. Pero si hay aportaciones originales, novedosas» que pasó a enumerar:

La primera originalidad «es la de un Papa que piensa desde el sur. Esto supone una forma de mirar, de nombrar y de actuar nuevas. Además, no incurre en cierto lenguaje eclesiástico un tanto principesco o burgués».

En segundo lugar «nos ha devuelto a la esencialidad evangélica. La singularidad está en la plasticidad y la coherencia. La gente estará muy secularizada, pero no es tonta».

En tercer lugar, su doctrina social ha obviado «los equilibrios estratégicos» propios de un lenguaje muy diplomático y «con demasiadas frases subordinadas». Por ejemplo, dice que «esta economía mata». Y punto, no matiza con excepciones.

Una cuarta novedad es el retorno a la metodología deductiva, que tiene en cuenta el principio de la Encarnación: «Dios habla también en el libro de la naturaleza, en el libro de la vida, en el libro de la historia, y en el libro de los pobres».

Una quinta novedad es la concreción: «Los aterrizajes de los grandes principios a la realidad». Está convencido de que «no podemos evitar ser concretos sino que queremos quedarnos sólo en unos principios generales que nadie discute».

En sexto lugar, «considera a los pobres como sujetos activos». Cree en el principio de horizontalidad, en «la amistad con los pobres, la complicidad con sus causas, con su destino. Los pobres son sujetos de la Iglesia y de la sociedad, no objeto».

La séptima novedad está en las fuentes, los acentos. «Benedicto era más agustiniano, y Francisco más aristotélico-tomista». Además, «bebe, como hacía ya en Argentina, de la teología del pueblo, que se distingue de la teología de la liberación porque apuesta por los dinamismos culturales e históricos«.

En octavo lugar es consciente de que la moral es un elemento modal. Vamos por modas. Nos dio por el séptimo mandamiento en un tiempo, y en otro por el sexto. Busca la armonía en todos los elementos del mensaje moral de la Iglesia.

En noveno lugar «insiste en la jerarquía de verdades, en el principio de gradualidad», sobre todo en el ámbito de la asunción de la doctrina moral.

Y en décimo y último lugar, cree el director del Instituto de Pastoral de la Universidad Pontificia de Salamanca que en la Doctrina Social del Papa Francisco «no hay nada nuevo pero si hay una oportunidad de hacer nuevas todas las cosas».

Libres de los oropeles del poder y del dinero

El Papa Francisco nos dice «que pide al Señor que nos libremos de los oropeles del poder y del dinero, que prefiere una iglesia equivocada que dormida, que prefiere un sacerdote que pida perdón a uno que pida permiso».

Conoció el Padre Ángel, fundador y presidente de Mensajeros de la Paz, a Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires cuando construyeron las residencias para ancianos: «Llevaba tabaco a escondidas con él en el metro. Él esta muy preocupado por los ancianos. No quiero ser un vino picado sino un vino añejo, me decía».

¿Qué aporta este Papa? «Le preocupa que no sea noticia si mueren personas pero sí si sube la prima de riesgo. Tenemos un Papa que nos alienta a todos. Los alejados empiezan a venir a la Iglesia. Nos ha encandilado».

Para el Padre Ángel este Papa es una bendición: le encanta que su sensibilidad social le lleve a preguntar siempre a los penitentes que se confiesan con él si dan limosna, y que les abrace, y que se deje abrazar por la gente. «Es el Papa de la caridad porque es el Papa de la ternura y de la misericordia».