Un apostolado para trabajar con homosexuales: castidad, oración, grupo y «dejar actuar a Dios» - Alfa y Omega

Un apostolado para trabajar con homosexuales: castidad, oración, grupo y «dejar actuar a Dios»

Courage es un apostolado para personas con atracción hacia el mismo sexo que nació en Estados Unidos hace 30 años y se ha extendido ya por cien diócesis de todo el mundo. Víctor de Luna, capellán de Courage en Roma, y Rossana Goñi-Cuba, coordinadora de Courage Latino, están en España para dar a conocer su actividad en el marco de las Jornadas de Pastoral que la diócesis de Toledo celebra este fin de semana con el lema La Iglesia y la familia: fuentes de caridad

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Courage International

¿Qué es Courage?
Rossana Goñi-Cuba: Hace 30 años, en la diócesis de Nueva York, el cardenal arzobispo Terence Cooke [actualmente en proceso de canonización, N. d. R.] vio esta necesidad a través sobre todo de las confesiones que escuchaba, por las muchas personas que manifestaban atracción hacia el mismo sexo, y vio la necesidad de dar apoyo pastoral. Buscó la ayuda de otros dos sacerdotes y así empezó a funcionar el primer grupo, y entre todos eligieron el nombre.

Ahora mismo, Courage está en 17 países y en 100 diócesis de todo el mundo, y si Dios quiere pronto se formará un grupo en España. Depende del obispo, que debe dar el permiso a instancia de algún sacerdote o de algún grupo de laicos que quiera formar un grupo. Es importante la bendición del obispo.

¿Quiénes acuden a Courage?
Víctor de Luna: A Courage vienen católicos pero también hay no católicos que quieren vivir en castidad, o que rechazan esta atracción por el mismo sexo. El primer grupo fue definiendo las metas que tiene cualquier grupo: vivir la castidad, ofrecer servicio, ofrecer una fraternidad, dar testimonio, y amistad. Con todo esto se va trabajando, formando un grupo de apoyo para vivir la vida cristiana o el credo que tú profesas. También se suelen apoyar en el trabajo de los doce pasos de Alcohólicos Anónimos, adaptado a su realidad. Acogemos a todas las personas que quieren vivir en castidad, en un proceso de crecimiento humano y espiritual. Y todos los grupos están orientados por un capellán.

¿No hay otro objetivo?
V. de L.: No, Courage no ofrece terapias. Y es libre y espontáneo, no se hace proselitismo de ninguna manera.

R. G.-C.: Ni tampoco buscamos que la persona cambie su atracción sexual. Solo ofrecemos un acompañamiento espiritual libre para quien lo desee, con el acento en la castidad. Hay personas que siguen manifestando AMS y otras no. Hay quien sigue con su vida en castidad, y hay quienes se casan y tienen hijos, pero el objetivo no es cambiar a las personas, sino acompañar su deseo de dejar atrás esta atracción. Que vivan una vida cristiana, dejando actuar a Dios, sin forzar.

¿Cómo se desarrolla entonces cada reunión?
V. de L.: Empezamos con unas oraciones, y luego se lee lo que dice el Catecismo sobre la homosexualidad, que la Iglesia no juzga a la persona. Juzga los actos pero no a la persona. A la persona se la acoge. Luego se leen otros textos y el capellán hace una reflexión sobre lo que el grupo está trabajando. Y después, de manera muy espontánea, cada uno puede compartir su experiencia personal, contar cómo ha ido la semana, etc.

Es un momento muy bonito porque en la reunión cada uno puede sentir el apoyo del resto, no se siente juzgado, todo queda en un ambiente de confidencialidad absoluta. Y cada uno ve en los otros que no es el único que carga con su cruz, y que puede salir adelante.

R. G.-C.: Muchos de los miembros dicen que al llegar aquí es donde se sienten realmente como ellos son realmente, en su vida cotidiana se tienen que esconder. Participar en el grupo es un descanso para ellos, porque en algunos la familia ni siquiera conoce su situación. Muchos viven su santidad de una manera que su familia no conoce, pero Dios sí la conoce. Es el lugar en la Iglesia donde les acompaña, los acoge, los perdona y los anima a vivir la vida cristiana. Es conectar con la sensibilidad y el corazón de la persona.

¿Qué hay en ese corazón de un chico o de una chica antes de llegar a Courage?
V. de L.: Mucho miedo, mucha vergüenza y una percepción de sí mismos que es terrible. Cuando llegan al grupo y comparten su realidad y conocen la experiencia de otros, disminuye muchísimo su nivel de angustia y de ansiedad. Y también disminuye la soledad que traen, se dan cuenta de que ya no están solos. Pueden dejar una vida promiscua, o una adicción a la pornografía o a la masturbación, porque su nivel de angustia baja tanto que sienten una libertad interior y una acogida personal muy grandes. Alguien les abraza con con sinceridad sin que haya deseo sexual, sino como un amigo. Todo ello disminuye su ansiedad y sus barreras, y se empiezan a conocer, a aceptar y a amar a sí mismos.

También hay un grupo de sacerdotes que nos ha pedido ayuda y se la hemos ofrecido. No hay que tener miedo a esta realidad. Para ellos es muy difícil. Pero es muy bonito cuando encuentran que tienen un sacerdote que les acoge, les perdona y les orienta; y también cuando encuentran un grupo que respeta su dignidad sacerdotal. Para ellos es muy confortable y les alivia mucho.

R. G.-C.: Yo percibo que la presencia de un sacerdote que les acoge con misericordia, que les valora, que les ama como son, les acompaña sin exigencias, es algo que les ayuda mucho, por el declive de la figura paterna que muchos han vivido. Eso les reconcilia muchísimo. Para algunos, se trata del primer hombre que les ama sin ningún interés sexual.

¿Cómo es la reacción del entorno de estas personas, tanto las que viven su identidad más escondida, como aquellas que viven en un contexto más militante?
V. de L.: Cuando la familia no sabe, el mayor cambio que percibe es una mayor tranquilidad, más serenidad, una vida más ordenada. Al ir viviendo en una mayor castidad, se va ordenando su vida, es lo mas importante.

También es importante decir que hay un grupo para familiares y amigos, para que reciban formación humana y espiritual de modo que les sepan acoger. Porque para ellos no hay mayor tragedia que sentirse rechazados por sus padres, por sus hermanos, por sus amigos…

Cuando la familia sabe y los amigos saben, cuando se han expuesto más, es habitual que encuentren en su entorno un rechazo que hay que tener cuidado en acompañar. La figura del capellán y del grupo son muy importantes para sostenerles, porque de la noche a la mañana muchos pierden su grupo de amigos y de fiesta, ya no pertenecen. Hay quienes sí pueden rescatar una o dos amistades que respetan el paso que ha dado la persona, pero hay otros que se encuentran con mucha soledad. Es importante estar muy cerca de ellos para poder acompañarles.