Atilano Rodríguez: «Queremos encontrar nuevos métodos y formas para anunciar el Evangelio» - Alfa y Omega

Atilano Rodríguez: «Queremos encontrar nuevos métodos y formas para anunciar el Evangelio»

Más de un millar de personas participaron el 2 de diciembre, en la catedral de Sigüenza, en la celebración de la convocatoria oficial del Sínodo diocesano

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Monseñor Atilano Rodríguez, subido a lomos de una mula, antes de la toma de posesión de su diócesis en 2011. Foto: EFE/Pepe Zamora

El obispo de Sigüenza-Guadalajara anunció en mayo la convocatoria de un Sínodo diocesano, el primero en la diócesis desde hace 70 años, y el primero también desde la reestructuración de los límites diocesanos y la erección de la nueva diócesis el 9 de marzo de 1959. Atilano Rodríguez anunció que se propone medir el pulso de la diócesis. Y lanzaba un llamamiento a todos los diocesanos a proponer nuevas formas de actuación en los distintos ámbitos de la pastoral, y a impulsar nuevos métodos para favorecer una mayor vivencia de la fe, y un mayor compromiso comunitario en la evangelización.

Atilano Rodríguez, asturiano de nacimiento, es obispo de Sigüenza-Guadalajara desde 2011. Anteriormente fue obispo auxiliar de Oviedo y obispo de Ciudad Rodrigo. En la actualidad, además, es el presidente de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española.

¿Qué es un Sínodo diocesano?
Es la convocatoria del obispo a todos los diocesanos, para que le ofrezcan su consejo, su ayuda y sus propuestas. La finalidad es encontrar nuevos métodos y nuevas formas para hacer posible el anuncio del Evangelio, a los practicantes y a los que se han alejado de la Iglesia, teniendo en cuenta los profundos cambios sociales, culturales y religiosos experimentados por el hombre de hoy.

¿Por qué un Sínodo en la diócesis?
Considero que, en estos momentos, es preciso favorecer una gran reflexión en toda la diócesis para orar juntos y para discernir la voluntad del Señor. Servirá para buscar entre todos los medios que hagan posible un nuevo ardor evangelizador en los distintos sectores de la pastoral. Será un instrumento muy útil, además, para seguir impulsando la corresponsabilidad misionera de todos los miembros del Pueblo de Dios.

¿Qué le llevó a plantear esta posibilidad a la comunidad diocesana de Sigüenza-Guadalajara?
El Papa Francisco nos recuerda insistentemente que la acción pastoral requiere creatividad. Para favorecerla y para impulsar la participación de todos los miembros del Pueblo de Dios en la acción evangelizadora, el obispo, en unos casos, ha de estar delante de él para indicar los caminos a recorrer, en otros casos estará en medio de todos con una actitud de cercanía y de sincera misericordia, y en algún momento ha de caminar detrás del pueblo, para ayudar a los rezagados, desde el convencimiento de que el pueblo cristiano tiene su olfato para encontrar nuevos caminos.

Por eso, después de escuchar la voz del Señor durante algún tiempo, en un proceso de discernimiento personal para descubrir su voluntad, pensé que debía consultar a los distintos consejos diocesanos para conocer su opinión sobre la celebración de un Sínodo diocesano. Con gratitud he recibido sus palabras de estímulo y de ánimo, así como la invitación a continuar en el discernimiento y en la puesta en marcha del mismo.

¿Qué espera de este importante acontecimiento?
Espero lo que Dios quiera, pues el Sínodo, como cualquier otra actividad eclesial, será el fruto de nuestra oración y de nuestra participación. Oración para escuchar lo que Dios quiere de cada uno personalmente y de nuestra Iglesia diocesana. Participación, para mostrar al mundo nuestra profunda convicción de ser miembros vivos de la Iglesia universal, que se hace real y concreta en nuestra Iglesia particular.

Al comenzar este gran proyecto eclesial, hemos de poner nuestra fe en el Señor sabiendo que el éxito depende de Él. Y, además, poner todos los medios que tenemos a nuestro alcance, para colaborar con Dios en su plan para nosotros. El Sínodo es la concreción en un espacio de tiempo, de lo que debe ser la vivencia de nuestra vocación y misión, en la actividad evangelizadora cada día del año.

¿Qué pide a sus diocesanos?
Que superen los posibles miedos y que participen. Tras la convocatoria oficial comienza una etapa de sensibilización y oración. Luego vendrá la fase más participativa con la proposición de temas. Después la más reflexiva en los grupos sinodales. Finalmente se desarrollarán las sesiones del Sínodo y se publicarán las orientaciones y disposiciones pertinentes que, espero, toda la diócesis acoja cordialmente.

Alfonso Olmos
Guadalajara