Un signo de amor al pueblo de Argelia - Alfa y Omega

Un signo de amor al pueblo de Argelia

Alfa y Omega
Foto: José Luis Navarro

Poco antes de su asesinato en 1996, intuyendo la cercanía del martirio, el prior del monasterio de Nuestra Señora del Atlas en Tibhirine, Christian de Chergé, dejó escrito un Testamento Espiritual en el que pedía a Dios la «lucidez» de morir pidiendo y ofreciendo perdón. El monje cisterciense mostraba al mismo tiempo su angustia ante la pespectiva de que el estigma del crimen recayera sobre su amado pueblo argelino y musulmán, lo que consideraba «un precio demasiado alto para la llamada a la gracia del martirio». Ese es el espíritu que preside el sábado la beatificación de Chergé y otros 18 mártires en Argel. Los obispos han convertido este acontecimiento en un canto a la reconciliación, recordando que muchos musulmanes –incluidos 114 imanes– fueron asesinados en los años noventa por oponerse al fundamentalismo del GIA. En las antípodas de un gesto de revancha, la beatificación es un signo de amor a un pueblo al que la Iglesia no puede anunciar explícitamente el Evangelio, pero sí le ofrece día a día el testimonio más elocuente de Jesucristo a través de la caridad y de la oración silenciosa.