Un obispo brasileño pide a Bolsonaro soluciones basadas en el humanismo y la democracia - Alfa y Omega

Un obispo brasileño pide a Bolsonaro soluciones basadas en el humanismo y la democracia

Para monseñor Walmor Oliveira de Azevedo, obispo de Belo Horizonte, es ilusorio pretender conquistar el bien común mediante decisiones unilaterales e imposiciones fuera de los mecanismos democráticos. Estos resortes del sistema democrático existen para impedir que el poder del Estado se utilice para perseguir intereses particulares y objetivos ideológicos

Redacción
Foto: REUTERS/Pilar Olivares

La victoria de Jair Bolsonaro, como la de cualquier otro candidato, no es una «solución inmediata a los problemas» de Brasil. Así lo ha advertido monseñor Walmor Oliveira de Azevedo, obispo de Belo Horizonte, en un artículo del que se hace eco la página web de la Conferencia Episcopal Brasileña. «El día siguiente a las elecciones no es un cuento de hadas», subraya el obispo.

La victoria del exmilitar por casi un 56 % de los votos en la segunda vuelta de las elecciones, el pasado domingo, ha sido vista por los analistas como una respuesta a la frustración que generan en el pueblo brasileño la desigualdad, el aumento de la pobreza, la corrupción y la violencia. Pero para superar todos estos desafíos –subraya el obispo–, el pueblo brasileño «necesita buscar respuestas enraizadas en un profundo humanismo, en los principios y valores fundamentales según exige el sistema democrático».

Es ilusorio –advierte– pretender conquistar el bien común mediante decisiones unilaterales e imposiciones fuera de los mecanismos democráticos. Estos resortes del sistema democrático existen para impedir que el poder del Estado se utilice para perseguir intereses particulares y objetivos ideológicos.

Con todo, advierte el obispo de Belo Horizonte, el respeto a las reglas del juego no puede ser solo formal: «Hay que aceptar con convicción los valores que inspiran los procedimientos democráticos: el celo por los derechos y la dignidad humana, la búsqueda del bien común».

Si no hay consenso sobre estos valores, previene monseñor Walmor, la democracia se desestabiliza. Cuando el poder legislativo, el ejecutivo o el judicial caen en el relativismo surge una «democracia sin principios» que «se convierte, fácilmente, en totalitarismo, abierto o disimulado».