Juan Carlos Corvera: «Tenemos pocos complejos para dar la batalla cultural» - Alfa y Omega

Juan Carlos Corvera: «Tenemos pocos complejos para dar la batalla cultural»

Tras el éxito del último Congreso de Educadores Católicos organizado por la fundación Educatio Servanda, su presidente, Juan Carlos Corvera, explica por qué el tema de la mujer genera hoy tanto interés, y cómo es posible que hombres y mujeres seamos, al mismo tiempo, iguales, diferentes y complementarios…

José Antonio Méndez

Más de 400 personas asistieron el pasado sábado al Congreso de Educadores Católicos que organiza cada año la Fundación Educatio Servanda. Un Congreso que, este año, ha tenido como eje central «la mujer a contracorriente, baluarte de la educación», y que ha contado con un plantel de ponentes de primer nivel. Juan Carlos Corvera, Presidente de la Fundación, explica por qué, en mitad de algunas campañas ideológicas que intentan caricaturizar a Educatio Servanda como una suerte de involucionistas ultramontanos, se han atrevido a levantar la bandera de la mujer, y a argumentar, con lógica y sin clichés, por qué es tan necesaria la conciliación laboral y el reconocimiento de los derechos de las mujeres, como el respeto social y personal a las características propias de cada sexo, que nos hacen complementarios.

¿Por qué se ha escogido el tema de la mujer para el Congreso de este año?
Decía san Enrique de Ossó, fundador de las Teresianas, que quien educa a un hombre educa una persona, pero quien educa a una mujer, educa a una familia. Somos una institución educativa y este es un Congreso de Educadores Católicos. Creemos efectivamente que «la mujer a contracorriente es realmente el baluarte de la educación».

Tras escuchar a todos los ponentes, ¿por qué la mujer tiene que ir «a contracorriente» en nuestra sociedad para ser un baluarte en la educación?
Los movimientos feministas, que nacen en el caldo de cultivo de la revolución cultural y sexual de 68, han conseguido para las mujeres grandes conquistas sociales. Sería injusto no reconocerlo. Aunque quedan cosas por hacer aún, es sólo ya cuestión de tiempo que lleguen. Hoy la mujer está, gracias a Dios, incorporada a la vida pública. Sin embargo, esos mismos movimientos han traído también nuevas servidumbres para las mujeres a las que pretendía liberar. Una de esas servidumbres para muchas de ellas, fruto precisamente de su incorporación al mundo laboral, es el menor tiempo en casa y, por lo tanto, la menor dedicación a la educación de los hijos, y eso se nota muchísimo en las escuelas y en la sociedad. El deseo y las aspiraciones profesionales de las mujeres no deberían ser incompatibles con la atención preferente de sus hijos. Siempre digo que una mujer que se retira del trabajo para atender a su familia durante unos años es una mujer que puede y que debe volver al mundo laboral, porque lo hará con el mejor master que existe en recursos humanos.

El tema tratado es, sin duda, un tema polémico, ¿no tienen miedo de que pueda tergiversarse, entendiendo por ejemplo que quieren volver a meter a la mujer en la cocina?
[Risas]. Para los asistentes ha quedado clarísimo que no. Y para los que no hayan podido ir, bastará con escuchar las ponencias que, como he dicho antes, van a ser públicas en breve. En absoluto. Puedo decirle, por ejemplo, que yo mismo he contratado a mujeres que estaban embarazadas de un mes y medio o de tres meses. Esta institución cree en los principios que la sostienen y, por lo tanto, tenemos pocos complejos para dar la batalla cultural, en temas que están siendo asimilados por una gran mayoría de personas dominadas por el pensamiento único de la cultura dominante.

El Congreso es de educadores católicos. Todo lo que hacen desde la Fundación y en sus colegios ¿es sólo para católicos?
En absoluto. Iríamos en contra del sentido de la propia palabra católico que significa universal. No. Lo que hacemos y proponemos es lo que somos. Todas nuestras actividades y obras tienen esta clara y abierta inspiración. Los valores y virtudes que emanan del cristianismo son los que constituyen nuestra cultura, y por eso son demandados por muchísimas familias que no son cristianas. En nuestros centros y obras conviven con total naturalidad familias católicas y familias que no lo son, pero que quieren este tipo de educación para sus hijos.

Como Presidente de Educatio Servanda, ¿cuál es su conclusión del Congreso?
Aún no hemos terminado con el proceso de análisis de las encuestas de satisfacción, pero estamos en disposición de decir que, nuevamente, el Congreso ha sido un éxito de asistencia y de contenidos. Creo que el conjunto de ponentes ha sabido trasladar a nuestros asistentes, desde distintos puntos de vista, que el sexo del ser humano no es un accidente de la naturaleza, caprichoso y sin importancia, sino que lo estructura desde lo más profundo de su ser, de manea ontológica, pudiendo hablar incluso de una vocación y una misión de lo femenino y de lo masculino. Ninguna persona puede renunciar a su naturaleza sin hacerse daño internamente.

Resúmame lo dicho en el Congreso en tres claves.
Que la mujer y el hombre son iguales en dignidad y derechos; que la mujer y el hombre son muy diferentes en su configuración antropológica, psicológica, filosófica y teológica; y que ambos encuentran su plenitud en la complementariedad de lo masculino y lo femenino.

¿Se podrá tener acceso a las diferentes ponencias y/o videos del Congreso, para todos aquellos que no hayan podido asistir? ¿Cuándo?
Sí, desde luego. Todas las ponencias de todos nuestros Congresos pueden verse en nuestra web. Las de este Congreso estarán publicadas en breve.