María Ángeles Galino y la Institución Teresiana - Alfa y Omega

Ha fallecido María Ángeles Galino, después de una larga y fecunda vida consagrada a la educación, a la Institución Teresiana, de la que llegaría a ser directora de 1977 a 1988, a la promoción de la mujer y a la defensa de sus derechos. Su carrera como profesora universitaria se prolongó hasta su jubilación. Su actividad investigadora se centra en los siglos XVI y XVII, y así su tesis doctoral, dirigida por Juan Zaragüeta, el mismo que dirigió la tesis doctoral de Víctor García Hoz, versó sobre Los trabajos de educación de príncipes de los siglos XVI y XVII. De extraordinario interés es su obra Tres hombres y un problema: Feijoo, Sarmiento y Jovellanos ante la educación moderna. María Ángeles reconocería la influencia que sobre ella ejerció Zubiri a través de su obra: Naturaleza, Historia y Dios. Fue la primera mujer en España en conseguir una cátedra universitaria por oposición, con el título Historia de la Pedagogía e Historia de la Pedagogía Española; el tribunal estaba presidido por el Rector de la Universidad de Valencia, José Corts Grau, y de él formaban parte Juan Zaragüeta, Víctor García Hoz, Anselmo Romero Marín y, como secretario, Antonio Millán Puelles.

Monseñor Fidel Herráez, en su magnífica homilía en el funeral, puso de manifiesto lo que habían representado, y representan, en España, las teresianas y la presencia permanente de su fundador, Pedro Poveda, de su principal y directa colaboradora, Josefa Segovia, y de Ángeles Galino. Escuchándole, traía a mi memoria lo que escribió el historiador Palacio Atard, en el prólogo del libro de María Dolores Gómez Molleda, Los reformadores de la España contemporánea, y donde el eminente historiador sostiene que Andrés Manjón, Pedro Poveda y Ángel Ayala, los tres sacerdotes, con sus doctrinas y con las obras que crearon: la Escuela del Ave María, la Institución Teresiana y la Asociación Católica de Propagandistas, son los renovadores de nuestra pedagogía.

Cuando fue creada la Institución Teresiana, el año 1911, Pedro Poveda tenía claro que su obra estaba «orientada a la transformación de la sociedad mediante la educación realizada por profesores laicos». De Josefa Segovia Morón, a la que María Ángeles Galino considera que «fue origen del progreso pedagógico», Rodríguez Adrados ha escrito lo siguiente: «La Escuela Superior del Magisterio era un imán que atraía a los maestros más inquietos. Allí fueron profesores Ortega y Gasset, Rufino Blanco, José Rogerio Sánchez, Juan Zaragüeta…; allí dieron conferencias García Morente, Marquina, Marañón, Pérez Ayala…».

No puedo por menos de mencionar la responsabilidad que asumió, como directora general de Enseñanza Media y Profesional y de Orientación Educativa, en 1969, siendo ministro de Educación José Luis Villar Palasí. María Ángeles tuvo el acierto de rodearse, como colaboradores inmediatos, de tres cualificados profesionales: Ricardo Marín, Rogelio Medina y el propagandista de la ACdP Raúl Vázquez.

Mis palabras, cargadas de serenidad, nostalgia y esperanza, pretenden ser un homenaje personal y agradecido a María Ángeles Galino y a la Institución Teresiana.