Los obispos, abiertos a negociar aspectos de la clase de Religión - Alfa y Omega

Los obispos, abiertos a negociar aspectos de la clase de Religión

Piden al Gobierno una reunión y lanzan una campaña mediática, similar a las que se hacen con la X de la Declaración de la Renta, para promoverla

Fran Otero
Foto: CEE

El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, reconoció este miércoles que los obispos están dispuestos a hablar con el Gobierno sobre la clase de Religión e incluso a negociar algunos de sus aspectos como que sea evaluable. Eso sí, insistió en que la oferta de la asignatura no es negociable pues tiene que ver con el derecho de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones.

Del mismo modo, criticó que el Gobierno haya abordado estas cosas solo a nivel mediático y que la ministra de Educación ni siquiera haya contestado a la petición de reunión solicitada desde la Conferencia Episcopal. También que se utilicen estos temas de forma recurrente en vez de abordar cuestiones cruciales para la educación como el necesario pacto entre todas las formaciones políticas. «Compartimos la llamada al diálogo que el presidente del Gobierno hizo personalmente al presidente Blázquez en la reunión que mantuvieron», añadió. Con todo, Tamayo recalcó que cuestiones con la clase de Religión o con la demanda social de la concertada son cuestiones que afectan a derechos de los padres.

Sobre las inmatriculaciones dijo que la Iglesia tiene el deber de defender sus bienes y la responsabilidad de transmitirlos para beneficio del pueblo español. «Si pasamos a la usurpación, la nacionalización o a la desamortización, defenderemos nuestros derechos y estamos muy seguros al amparo de la ley», continuó, al tiempo que reconoció que esta polémica tiene que ver más con «querencias ideológicas decimonónicas». «Ya está bien, son cuestiones añejas. La izquierda debe adecuarse en estos temas a la democracia y no a añoranzas decimonónicas», insistió.

Otro de los temas de actualidad que analizó fue la posible exhumación de los restos del dictador Franco del Valle de los Caídos y su eventual enterramiento en la cripta de la Catedral de La Almudena en Madrid. Tras reconocer que la Conferencia Episcopal no tiene competencia en estos casos, añadió que si la familia tiene un derecho adquirido de sepultura en un templo, la Iglesia no puede negárselo. E hizo una llamada, como el cardenal Osoro, a despolitizar estas cuestiones y a que familia y Gobierno se pongan de acuerdo.

Finalmente, abordó el tema de los abusos a menores y se quejó de que la Iglesia «solo esté en las páginas de sucesos». Reivindicó en este sentido que la inmensa mayoría de los 18.000 sacerdotes españoles son «gente entregada, sirviendo a los demás»… y, por tanto, «no se puede poner sobre ellos una sombra de sospecha». «Tendremos nuestra cuota, pero no es una mayoría», dijo para recordar que el 90 % de los abusos se producen en el ámbito familiar. Y concluyó: «La Iglesia es la institución que más está haciendo en este sentido, cumpliendo las exigencias del Papa. Estamos y estaremos por que la Iglesia sea un ámbito seguro para la infancia».