«La Iglesia no es un contrincante político» - Alfa y Omega

«La Iglesia no es un contrincante político»

La Conferencia Episcopal va a presentar el lunes un importante documento sobre los efectos de la corrupción y de la crisis económica y moral que sufre España, y la propuesta de la Iglesia para regenerar la sociedad. Porque, como ha recordado el Presidente del episcopado, el cardenal Blázquez, la Iglesia «no es un contrincante»

José Antonio Méndez
El cardenal Blázquez, en el centro, junto al Vicepresidente de la CEE, monseñor Carlos Osoro, y el cardenal Cañizares

La Iglesia «no es un contrincante político, ni partidista», sino que quiere aportar una «iluminación realista» ante «la preocupante situación social y política que vive nuestro pueblo». Así lo afirmó el Presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid, el cardenal Ricardo Blázquez, durante el discurso inaugural de la Asamblea Plenaria de la CEE, que comenzó el pasado lunes y que concluirá mañana con una peregrinación de los obispos a Ávila, con motivo del V centenario teresiano. Una Asamblea de gran importancia, pues en ella se ha acordado presentar, el próximo lunes, un documento conjunto en el que los obispos llevan meses trabajando, y que aborda los problemas generados por «la crisis social y económica», que «arrastra una crisis antropológica, ética y religiosa, en la que ha incidido en no pequeña medida el secularismo y el materialismo economicista», según el cardenal.

Tanto el documento de los obispos como la tesis del Presidente del episcopado parten de que, a pesar de los «innegables signos de recuperación», la crisis «todavía afecta muy profundamente a las capas sociales más desfavorecidas». Y ante esto, la Iglesia quiere dar una respuesta «de orden pastoral», para «iluminar, conforme al Evangelio, la conciencia de sus fieles, para que su actuación sea coherente con su fe».

Valores que orienten el voto

Aunque el documento incidirá en la intención pastoral de la Iglesia, no política ni técnica, sí entrará de lleno en una cuestión que los obispos «conocemos de primera mano». De hecho, está previsto que el documento se haga público dos días antes de que Cáritas Española presente sus datos sobre el desempleo, y una semana después de que confirmase que, sólo en Madrid, atendió a casi 12.000 parados en 2014. Para el cardenal Blázquez, esta realidad hace que hoy sea aún más necesario que los cristianos «vivan, personal y asociadamente, con coherencia responsable y alegre, la fe en la calle, en la vida social y política, en el ejercicio del voto o de la representación y actividad política, en la familia y con los amigos, en la cultura y en el arte, en el trabajo y en la diversión», de forma que enriquezcan «la construcción social» con «su aporte de valores y su servicio solidario y humanizador, además de sobrenatural». El Presidente de la CEE denunció también «los casos de corrupción, que dañan la confianza de la población», y tildó de «idolátrica» la «lógica económica que defiende la autonomía absoluta de la actividad financiera», y la ideología «en la que al dinero se le rinde culto y se le ofrecen sacrificios».

El cardenal Blázquez llamó también la atención sobre otros dos temas cada vez más recurrentes en los pronunciamientos de obispos españoles, y sobre los que de un modo u otro trabaja la CEE. Por un lado, «la dureza de la persecución» a los cristianos en Asia y África, que ha llevado al episcopado a enviar, a través de la Santa Sede, una ayuda de 250.000 euros para los cristianos perseguidos de Siria e Irak. Y, por otro, pidió recuperar «la compasión y ejercer una verdadera solidaridad cristiana» ante «el drama de la inmigración».