Ni elastic-girl ni superwoman: conciliación - Alfa y Omega

Ni elastic-girl ni superwoman: conciliación

Dos eventos han tenido lugar, el pasado fin de semana, que han tenido como eje central a la mujer: el II Foro Internacional de la Mujer y el Congreso Nacional de Educatio Servanda. En ambos, las principales preocupaciones de las mujeres de hoy: la conciliación familia-trabajo, la maternidad, la complementariedad con el varón…

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Monseñor Osoro, durante la clausura del II Foro Internacional de la Mujer, el pasado fin de semana en El Escorial

La brecha salarial entre hombres y mujeres en España ha aumentado desde el inicio de la crisis económica; la representación de la mujer en los consejos de administración de las grandes empresas es más bien escasa; una mujer trabaja 84 días más al año para ganar lo mismo que un hombre; sólo el 55 % de mujeres vuelve a su horario laboral tras tener un hijo (frente al 100 % de hombres), el 7 % acaba renunciando a volver del todo y un 3 % pierde su empleo definitivamente… Junto a todo ello, el conflicto creciente de la conciliación entre trabajo y familia está mostrando ya sus consecuencias: insatisfacción y disminución del rendimiento en el trabajo, mayores tasas de absentismo, aumento de la desmotivación, baja productividad, y aumento de las rupturas conyugales: todos estos datos han emergido el pasado fin de semana durante el II Foro Internacional de la Mujer, sobre Mujer, responsable de la civilización del amor y de la vida, organizado por FASTA, en El Escorial; y en el Congreso Nacional de Educadores Católicos, sobre La mujer a contracorriente, un baluarte de la educación, organizado por la Fundación Educatio Servanda, en Alcorcón.

En el primero de ellos, Mar Sánchez Marchori, Directora de la cátedra Mujer profesional de la UCAM, defendió sin embrago que «una mujer profesional tiene una serie de virtudes imprescindibles para el buen funcionamiento de la empresa: mejor gestión del tiempo, son más organizativas y resolutivas, más enfocadas al consenso, y con una mayor capacidad multitarea y de priorización del tiempo; virtudes para las que el cuidado de la familia supone un magnífico ejercicio de aprendizaje, generosidad y desarrollo». Por ello, abogó por «evitar figuras como la mujer elastic-girl o la superwoman, y la separación de trabajo y familia en compartimentos estancos». Y destacó que, en realidad, «la conciliación es cosa de dos… o más», aludiendo a la responsabilidad de los varones en la familia y a la necesidad de una mayor concienciación de empresas y Administraciones en beneficio de una conciliación efectiva y real.

Santa Teresa, modelo de mujer

Santa Teresa de Jesús, maestra de vida es el título del congreso interuniversitario que se celebrará en la Universidad Católica de Ávila, del 1 al 3 de agosto, coincidiendo con el Encuentro Europeo de Jóvenes. Uno de los grandes objetivos será resaltar «la aportación del genio femenino a la Iglesia y a la sociedad» a través de la vida y obra de esta Doctora de la Iglesia, dijo Lydia Jiménez, Presidenta del Comité Ejecutivo del Congreso, en una presentación, el pasado miércoles, en Madrid. Junto a las responsables de la Católica de Ávila, intervinieron los Rectores de la Universidad Francisco de Vitoria, la Fundación Universitaria San Pablo CEU, la Universidad San Jorge, de Zaragoza, y la Universidad Católica de Valencia, también convocantes del Congreso internacional. Los Rectores se marcaron como gran reto acercar la figura de santa Teresa a los jóvenes de hoy. Está previsto que las 40 universidades inscritas en el Congreso le otorguen el título honorífico de doctora honoris causa.

¿Ayudar? No, compartir

En este sentido, María Sánchez-Arjona, Presidenta de la Fundación Mashumano, durante el Congreso Nacional de Educadores Católicos, apostó por la «corresponsabilidad de hombres y mujeres en el terreno familiar y en el profesional», de modo que «la familia sea una prioridad», para lo cual es necesario «proponer a las empresas trabajar bajo modelos de gestión basados en la flexibilidad donde se prime la productividad individual y no las horas de presencia».

Asimismo, pidió a los hombres «alzar la voz para que sus familias tengan el tiempo y los recursos que necesitan», y entender que, en este nuevo escenario, «ya no se trata sólo de ayudar en la dedicación familiar, sino de compartir».

La Presidenta de Mashumano instó a las empresa a tomar medidas, pues «estamos avanzando a un ritmo demasiado lento». Así, «es clave tener unos horarios más racionales y trabajar en flexibilidad». Para todo ello es imprescindible el concurso de la Administración, que debe, entre otras obligaciones, «diseñar políticas de protección de la maternidad y de conciliación de la vida laboral y familiar, para lograr la igualdad de oportunidades sustantiva».

La Creación de Eva, del Maestro Bertram von Minden

Unidos, cada uno en su papel

En el mismo Congreso, el sacerdote Javier Mairata, asesor del Centro de Orientación Familiar (COF) de Getafe, desenmascaró la desvinculación y la despersonalización que amenazan hoy los lazos sociales y familiares, y el feminismo que diluye la propia identidad de la mujer. «Las relaciones de pareja se han convertido en un campo de batalla en vez de un lugar de encuentro amoroso», afirmó, defendiendo en su lugar «la complementariedad con el varón, aprendiendo juntos a vivir unidos, pero cada uno en su papel».

Hoy, la mujer tiene «la responsabilidad crucial de encabezar la lucha contra la destrucción de la vida, de regenerar la Humanidad. Y no puede estar sola, porque esta lucha sólo se vence desde la complementariedad», defendió.

Además, lejos de una visión de la mujer «como subordinada al hombre», Mairata miró al Génesis para observar: «Si la mujer es la última en ser creada y después Dios descansa, ¿no podemos ver en ello que la mujer es la obra maestra de la creación?».

Palabra de obispo

Carlos Osoro, arzobispo de Madrid: «Jesucristo es el primer defensor de la mujer, porque pasó de la lógica del poder a la lógica del amor. Esta lógica del poder distorsiona también la figura de la mujer y del amor. Hombres y mujeres tenemos que dejarnos marcar por el hilo de la alegría, pero no una cualquiera, sino la que viene de Jesucristo».

José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián: «Amar más a Dios es amar más a la mujer. A medida que crezcamos en unión con Dios, dignificaremos a la mujer.

Las nuevas formas de feminismo que empezaron con la revolución sexual separan sexo y apertura a la procreación con los anticonceptivos, y, posteriormente, con el aborto, en el que la mujer es la segunda víctima. El feminismo radical y la ideología de género distorsionan y esclavizan a la mujer, porque preconizan la lucha de sexos, cuando hemos sido creados para la comunión y no para el enfrentamiento. Por eso, la mejor respuesta a la causa de la mujer es la pastoral familiar».

Raúl Berzosa, obispo de Ciudad Rodrigo: «Promocionar a la mujer en lo eclesial y en lo social debe ser un empeño para no perderla en este siglo XXI, como el catolicismo perdió a los obreros en el siglo XIX y a los jóvenes en el siglo XX.

En medio de sus justas reivindicaciones, la mujer no debe olvidar lo específico y genuino femenino, que no desee ser como el hombre, y que no reniegue de la maternidad y de la interioridad».

En el II Foro Internacional de la Mujer