El Sínodo sobre los jóvenes abordará asuntos como la moral sexual o el descrédito de la Iglesia - Alfa y Omega

El Sínodo sobre los jóvenes abordará asuntos como la moral sexual o el descrédito de la Iglesia

El Sínodo de Obispos convocado por el Papa Francisco, que se celebrará desde el próximo miércoles 3 hasta el 28 de octubre, y que reunirá a obispos de todo el mundo, entre ellos once españoles, abordará las preocupaciones y la realidad de los jóvenes del siglo XXI, como la homosexualidad, las cuestiones de género o los motivos por los que se alejan de la Iglesia

Redacción

El Papa quiso centrar en los jóvenes la próxima Asamblea de los Obispos y, para conocer sus expectativas ante la vida y poder preparar la reunión, lanzó un cuestionario que fue contestado por cerca de 221.000 jóvenes de todo el mundo. A los obispos, el Vaticano les pidió que discutieran sin tabúes sobre temas controvertidos como la homosexualidad o las cuestiones de género durante la XV Asamblea Ordinaria del Sínodo.

«La reunión presinodal pide a los responsables eclesiásticos que afronten de manera concreta argumentos controvertidos como la homosexualidad y las temáticas de género, sobre las cuales ya los jóvenes discuten con libertad», se puso de manifiesto en el documento de trabajo de la próxima reunión episcopal, que no es definitivo ya que todavía podría sufrir cambios.

El llamado Instrumentum Laboris divulgado en junio por el Vaticano, asumió el distanciamiento de las nuevas generaciones en relación a la «moral sexual» propuesta por la Iglesia católica y también reconoció que los casos de abusos sexuales y los escándalos financieros le han restado credibilidad.

«Un número consistente de jóvenes, provenientes sobre todo de áreas muy secularizadas, no piden nada a la Iglesia porque no la tienen como un interlocutor significativo para su existencia. Algunos, piden expresamente ser dejados en paz, porque sienten su presencia como fastidiosa e irritante», explica el texto.

Así, el Vaticano pone el foco en que esta actitud de los jóvenes «no nace de un desprecio acrítico e impulsivo, sino que está radicado en razones serias y respetables» como «los escándalos sexuales y económicos». Así se afirma también que los jóvenes piden a la Iglesia que refuerce su política de tolerancia cero contra los abusos sexuales en sus propias instituciones. «El trabajo de la Iglesia es hacer razonable sus propias posiciones doctrinales y éticas ante la sociedad contemporánea», subraya.

También hace hincapié en que «los estudios sociológicos muestran que muchos jóvenes católicos no siguen las indicaciones de la moral sexual de la Iglesia» y apunta que «ninguna Conferencia Episcopal ofrece soluciones o recetas», si bien «muchas son de la opinión que la cuestión de la sexualidad debe ser discutida más abiertamente y sin prejuicios».

Igualmente, se afrontan otros temas como la contracepción, el aborto, la homosexualidad y el matrimonio para concluir que los jóvenes piden «mayor claridad» en la enseñanza de la Iglesia y esperan que los obispos aborden estos temas en el Sínodo 2018.

El Papa, y a su izquierda el cardenal Baldisseri, en marzo, durante la reunión del presionado

No ignorar a la comunidad LGTB

De este modo, se pone de manifiesto que la Iglesia no puede ignorar a la comunidad LGTB al evidenciar que la Secretaría del Sínodo recibió respuestas al cuestionario de jóvenes LGTB que esperan «una mayor cercanía» y un «mayor cuidado» por parte de las comunidades católicas.

De las conferencias episcopales llegaron cuestiones sobre las propuestas a hacer a los jóvenes que «deciden constituir» uniones homosexuales y quieren «estar cerca de la Iglesia». En otra parte del ‘Instrumentum Laboris’ se advierte de la vivencia «desordenada» del amor, que se puede transformar «en una pasión desregulada y una pulsión destructiva, llevando a la tristeza».

«La sexualidad precoz, la promiscuidad sexual, la pornografía digital, la exhibición del propio cuerpo ‘online’ y el turismo sexual llevan a desfigurar la belleza y la profundidad de la vida afectiva y sexual», se lee en el texto.

También alerta de un creciente enfoque «tecnocrático» del cuerpo, en un momento en que crecen las perspectivas de componentes artificiales en los seres humanos. Otro tema destacado es la cuestión de las ‘fake news’ y la necesidad de «seleccionar entre las infinitas ofertas de información».

Uso de las tecnologías digitales

«Desde un punto de vista antropológico, la irrupción de las tecnologías digitales está empezando a tener impactos profundos en la noción de tiempo y espacio, sobre la percepción de uno mismo, de los demás y del mundo, en la forma de comunicar, de aprender y de informar», sintetiza el documento.

El Vaticano entiende que un «uso superficial» de los medios digitales expone a los jóvenes al aislamiento, incluso a fenómenos extremos como el que es conocido por el término japonés hikikomori. Literalmente este concepto significa ‘apartarse, estar recluido’ y se refiere al fenómeno social de las personas apartadas que han escogido voluntariamente abandonar la vida social.

El documento de trabajo del Sínodo 2018 constata también la «desilusión» de los jóvenes con las instituciones, incluida la Iglesia católica, y el sentimiento de «indecisión» que reina entre los más jóvenes, frente a las elecciones que tienen que hacer para su vida. «La inseguridad de las condiciones laborales y la precariedad social impiden cualquier proyección de mediano a largo plazo», se lee en el documento.

Durante la presentación en la Sala de prensa de la Santa Sede, el Secretario General del Sínodo de los Obispos, el cardenal Lorenzo Baldisseri, negó que el texto se trate en exclusiva de una investigación sociológica sobre los jóvenes de hoy en día. «No estamos aquí para hacer sociología, la fe está presente. Pero se habla de la realidad, una realidad que se nos ha propuesto», defendió.

Preguntado por el uso de las siglas LGTB en el punto 197 del documento, Baldisseri señaló que han tratado de ser «muy diligentes en dar cuenta del trabajo hecho por las Conferencias Episcopales». «Se nos ha suministrado un documento y lo hemos citado», agregó.

Por su parte, el secretario especial de la XV Asamblea General, Giacomo Costa, dejó claro que «los jóvenes piden un cambio radical en la Iglesia». «Emerge con fuerza la necesidad de que el Sínodo sea una oportunidad para crecer. Este sínodo no termina el 28 octubre. Es necesario controlar la ejecución del Sínodo. Esto ya existe, pero solo de forma embrionaria. Pero la ejecución del contenido es competencia de las conferencias episcopales», concluyó.

Once obispos españoles

En el Sínodo participarán once obispos españoles como padres sinodales. La lista está encabezada por el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Ricardo Blázquez; el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella y el obispo de Calahorra, Manuel Escribano. Como consejero del Sínodo figura el arzobispo de Madrid, el cardenal Carlos Osoro.

Entre los superiores generales están el salesiano Fernández Artime y el escolapio Pedro Aguado Costa. También participará el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, creado cardenal recientemente por Francisco, Luis F. Ladaria Ferrer. Como colaboradores en el Sínodo estarán la hermana María Luisa Berzosa González, directora de Fe y Alegría; el sacerdote Juan Pablo Hernández de Tomás, director de la asociación Piedras Vivas; el director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación, Josetxo Vera, y el sacerdote valenciano José Luís Domenech.

Uno de los momentos claves del Sínodo será la proclamación de Pablo VI y el cardenal Óscar Romero como santos, el próximo 14 de octubre. Ese mismo día el Papa canonizará también al sacerdote italiano Vincenzo Romano, al también presbítero italiano Francesco Spinelli, fundador del Instituto de las Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento, la religiosa alemana Maria Caterina Kasper, fundadora del Instituto de las Siervas Pobres de Jesucristo y a la monja española Nazaria Ignacia March Mesa.

Europa Press / Redacción