El Pontífice, en primer plano - Alfa y Omega

El Pontífice, en primer plano

Wim Wenders acerca al Santo Padre todavía más al público con este documental –El Papa Francisco, un hombre de palabra– que le encargó el Vaticano

María Estévez
Foto: EFE

Wim Wenders es uno de los directores más sofisticados de la cinematografía actual. Ganador de la Palma de Oro en Cannes por París, Texas, esta semana estrena un documental sobre el Santo Padre que no dejará indiferente a nadie. El director alemán, que creció en una familia católica donde la fe era importante, fue elegido por el Papa Francisco para realizar un largometraje sobre su vida, en un giro dentro de la Iglesia Católica que invita a apreciar la mentalidad del Pontífice, proclive a predicar adaptándose a los tiempos. «Siempre he sido practicante y en mi familia había un plato de comida para quien no lo tenía y un lugar para el enfermo», explica el realizador.

El autor de ¡Tan lejos, tan cerca! admite a ABC haberse apartado de la Iglesia durante un tiempo para conocer otras cosas pero después terminó volviendo. «Me gusta estudiar otras religiones. Yo me considero un hombre espiritual, un creyente de la fe». Nominado al Oscar en tres ocasiones por sus documentales Buena Vista Social Club, Pina y La sal de la tierra, Wenders se acerca en esta ocasión al Vaticano para seguir desde dentro la vida del Santo Padre. «Jamás pensé rodar este filme, pero se me acercó el director de comunicación del Papa para ofrecerme la posibilidad de hacerlo», recuerda Wenders, aunque lo que más le sorprendió no fue la llamada para tantearlo, sino «la calidad humana de este hombre». «Sobre todo porque me dejó claro desde el principio que no iba a interferir en mi concepto o mi visión como realizador», explicó el alemán.

A pesar de su experiencia, el director sintió el peso de la responsabilidad de un proyecto inédito. «Debo confesar que estaba muy nervioso la primera vez que tuve que encontrarme con él. No es un actor, no iba a ponerse maquillaje y necesitaba que mi equipo estuviera preparado para ejecutar el trabajo en el tiempo concertado. Cuando apareció, él solo, se dedicó a saludar a todos los que estábamos allí, desde el electricista hasta el productor. Y así despareció el Papa superestrella y descubrimos al hombre modesto».

En El Papa Francisco, un hombre de palabra, Wenders ejecuta una hagiografía donde el Pontífice habla más de lo humano que de lo divino, tocando temas tan comprometidos, y de actualidad, como la homosexualidad o la pedofilia. «Fue valiente a la hora de responder y no dudó en mostrar su frustración ante lo que considera una injusticia. La pedofilia le irrita, si no hace más es, según mi opinión, porque no puede», defiende Wenders.

Cercano pese a su posición, el Papa Francisco se convierte en este documental también en estrella de la gran pantalla, protagonista de una cinta desde donde no duda en exigir cambios a los Gobiernos. «Él no pretende ser lo que no es, no como esos políticos que saludan porque saben que hay una cámara delante. El Papa es tan genuino como parece. Cuando le pregunté qué sentía al saludar a más de mil personas al día, me contestó que era la peor parte de su trabajo porque siempre se encontraba con los teléfonos y las tabletas sin poder ver las caras ni conectar con la gente», asegura el director. Con este filme, el Pontífice llama a la reflexión, critica abiertamente el consumismo, y cuestiona la desigualdad del mundo ante la falta de dignidad. Una dignidad que se puede recuperar con sus famosas tres «T»: Techo, trabajo y tierra.

La cinta es un viaje en el tiempo durante los cinco años del Papa Francisco al frente de la Iglesia Católica. En las imágenes, le podemos ver con presos, inmigrantes ilegales, representantes de Gobierno, líderes de otras religiones… Y en lugares tan dispares como Bolivia, las favelas de Río de Janeiro, centros de refugiados en Nápoles… «Me he tomado a este hombre muy en serio porque es humilde y valiente. Un hombre modesto que cree que todos podemos vivir con menos. Quiere cambiar la Institución y llevarla al nuevo siglo», confiesa Wenders.

Muy necesario

Acomplejado ante la perversión de los valores morales, el director respira realizando filmes como este: «Me alegró que me invitaran a rodar aquí porque tiene mucho significado el trabajo que está realizando el Papa. Su mensaje es claro y simple, verdadero. Es un hombre absolutamente increíble y, en estos momentos, un hombre muy necesario».