«Mi mejor amiga» - Alfa y Omega

Me encaminé al segundo sótano del hospital, tocando el timbre para poder acceder a la zona de psiquiatría. Frente al mostrador de enfermería, sentada y con cara contrariada se encontraba Inma, que rápidamente me contó su historia: pasa de los 40 años, tiene una niña que echa de menos, se encuentra decepcionada e intranquila y no sabe por qué la han encerrado aquí si ella no está loca.

Inma no solo no sabía por qué la habían metido allí, sino que lo peor era que no sabía qué hacer las 24 horas del día en aquel sitio. Eso sí que la estaba sacando de sus casillas; tenía la sensación de que estaba perdiendo el tiempo sin hacer nada.

Le conté lo que le había pasado hacia unos días a mi amigo Pedro. Había quedado con una persona, pero se entretuvo y llegó una hora tarde. No sabía cómo pedirle perdón a aquella persona, pero se sorprendió mucho cuando esta le dijo que no se preocupase, que no le había hecho perder el tiempo. Todo lo contrario: «He pasado una hora la mar de bien, con la persona que me hace más feliz en el mundo y con la que mejor me llevo; me has dado la posibilidad de dedicar una hora para mí solito». Me recordó una frase de mi padre: «El día que se muera Antonio [así se llamaba él] se muere mi mejor amigo».

A Inma le cambió la cara y me dijo que era cierto, que nunca había tenido vacaciones, ni tiempo para ella. «Ahora que la vida me ha regalado estos días para que pueda tomar las riendas de mi vida y quererme más a mí misma, me dedico a enfadarme con el mundo y a estar más agresiva con la gente a la que culpo de estar aquí encerrada».

Me despedí de los enfermos y le dije a la auxiliar que me abriera la puerta para salir, pero Inma corrió hacia mí y me gritó que, por favor, esperase. Se acercó y me dijo al oído: «Muchas gracias por escucharme y por tu tiempo, no sabes cómo lo necesitaba, ha sido el mejor tratamiento en los tres días que llevo aquí, me has hecho sentir de nuevo persona». Yo solo pude decirle: «Tú ya eras persona y de las buenas, ahora debes demostrárselo a los que te cuidan, para que vean que estás bien y te puedas ir pronto a casa».