La Santa Sede pide que la trata se considere crimen contra la humanidad - Alfa y Omega

La Santa Sede pide que la trata se considere crimen contra la humanidad

La Pontificia Academia de las Ciencias Sociales propondrá al Secretario General de la ONU que la trata de personas sea considerada un crimen contra la humanidad, y que la lucha contra esta lacra se incluya en los objetivos de desarrollo para los próximos 15 años

Aleteia

Expertos internacionales se reunieron del 17 al 21 de abril en el Vaticano para reflexionar sobre la trata de personas. Prostitución, tráfico de órganos, trabajo forzado y esclavitud domestica se encuentran entre los temas tratados en la sesión plenaria organizada por la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales del Vaticano.

Siguiendo la sugerencia del Papa Francisco, la asamblea plenaria propuso que el tráfico de seres humanos sea considerado como un crimen contra la humanidad para responder al vacío de las legislaciones nacionales para prevenir y combatir el fenómeno. En este sentido, los estudiosos, agentes sociales y representantes políticos convocados por el Vaticano concuerdan que es necesario crear una agencia internacional para acabar con el tráfico a nivel planetario e incluir la lucha contra este flagelo en los objetivos de desarrollo que la comunidad internacional fijará para los próximos 15 años. «Hablaremos con el Secretario General de la ONU el próximo 28 de abril cuando visite el Vaticano», dijo Margaret Archer, Presidenta de la Academia.

Trabajo forzado

En la presentación de los trabajos de la sesión plenaria se subrayó que la trata de personas no se limita únicamente a la explotación sexual, sino que también significa trabajo forzado, incluso en los países ricos, a veces bajo el techo doméstico.

El trabajo forzado que subyace en los precios competitivos por ser los más baratos del mercado es uno de los problemas por resolver en ámbito mundial. «Éste es un problema grave, ya que aquí se pone en cuestión el concepto de libertad. Es decir, es la libertad de elección que me dice: ¿Usted tiene que elegir entre morir ahora, o vender en las condiciones que me impongan? Y si decido aceptar la segunda opción, ¿puedo decir que soy libre?», dijo Stefano Zamagni, miembro de la Academia y profesor de la Universidad italiana de Bolonia.

El sociólogo Pierpaolo Donati, miembro de la misma Academia, pidió erradicar los prejuicios, como el de confundir «al inmigrante que huye con la persona esclavizada». «Los inmigrantes que huyen en los barcos no son esclavos que irán a trabajar en la prostitución, sino mayoritariamente personas que solicitan el estatus de refugiados», precisó.

Donati destacó también que con la criminalización de ciertos delitos como la prostitución se han logrado pocos resultados, y que por ello es prioritario reducir la demanda de prestaciones sexuales. Aquí, el problema es de educación y cultural, además de económico debido a los enormes ganancias que produce la prostitución. Incluso varios países europeos obtienen beneficios tributarios de esta práctica.

Ary Waldir Ramos Díaz / Aleteia