Omella pide evitar «tentación de la división» y favorecer el respeto en un «tiempo de incertidumbre» - Alfa y Omega

Omella pide evitar «tentación de la división» y favorecer el respeto en un «tiempo de incertidumbre»

Redacción
Foto: EFE/Marta Pérez

El cardenal arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, reclamó este lunes en la misa por La Merced favorecer todo lo que permita vivir en comunión, respeto y paz. «No permitas que caigamos en la tentación de la división, de la confrontación, de la imposición de nuestras formas de ver y construir el mundo», pidió a la copatrona de la capital catalana.

«Pedimos paz y tranquilidad para nuestro mundo y, en especial, para nuestro país», en momentos de incertidumbre, afirmó en la Eucaristía a la que asistieron el presidente de la Generalitat, Quim Torra, con su mujer, Carola Miró; el inspector general del Ejército, Fernando Aznar Ladrón de Guevara; y la subdelegada del Gobierno en Barcelona, Montserrat García Llovera.

También acudieron los líderes de los grupos municipales del PDeCAT, Xavier Trias; Cs, Carina Mejías, ERC, Alfred Bosch; PSC, Jaume Collboni, y PP, Alberto Fernández, y otros representantes políticos.

«En este tiempo de incertidumbre que nos toca vivir, sé tú quien anime y agrande nuestra alegría y nuestra ternura. Acoge todas nuestras súplicas, para que podamos llevar una vida en paz y tranquilidad», suplicó Omella a Santa María de la Merced. Y defendió la necesidad de ser testigos valientes y humildes de esperanza para todos, especialmente para los más deprimidos y necesitados.

Recordó asimismo que este año se conmemoran los 800 años de la fundación de la Orden de la Merced, que se ha convertido en este tiempo en un «árbol frondoso que se ramifica en los cinco continentes» y suscitó diversas congregaciones de vida activa y contemplativa, y también asociaciones laicas.

El arzobispo subrayó que, gracias a esta dimensión universal de la Merced, la celebración ha sobrepasado Barcelona, y añadió: «Bendito quien confía en el Señor y no en los dioses y señores de la tierra, seres de barro que no pueden salvar. Sin Dios no hay futuro, no hay esperanza, no hay misericordia ni ternura».

Europa Press / Redacción