Cardenal Parolin: «Por primera vez, todos los obispos en China están en comunión con el Papa» - Alfa y Omega

Cardenal Parolin: «Por primera vez, todos los obispos en China están en comunión con el Papa»

El Papa ha levantado la excomunión a ocho obispos chinos ordenados sin mandato pontificio, al tiempo que la Santa Sede pide de las comunidades católicas «gestos concretos de reconciliación entre hermanos, superando las incomprensiones del pasado y las tensiones»

Ricardo Benjumea

Apenas unas horas después de la firma de un acuerdo entre la Santa Sede y el Gobierno chino, el Papa ha levando la excomunión a ocho obispos oficiales ordenados ilícitamente, sin mandato pontificio.

Según la nota de la Oficina de Información del Vaticano, el objetivo de esta medida es «sostener el anuncio del Evangelio en China».

«El Papa Francisco –añade la nota– desea que, con las decisiones tomadas, pueda iniciarse un nuevo recorrido, que permita superar las heridas del pasado realizando la plena comunión de todos los católicos chinos». «La Comunidad católica en China está llamada a vivir en una colaboración más fraterna, para llevar con renovado empeño el anuncio del Evangelio. En efecto, la Iglesia existe para testimoniar a Jesucristo y el Amor que perdona y salva del Padre», concluye el texto.

Simultáneamente, en una declaración oficial difundida en el portal Vatican News, el cardenal Parolin ha valorado la firma del acuerdo como «un acontecimiento de especial importancia para la vida de la Iglesia católica en China, para el diálogo entre la Santa Sede y las Autoridades civiles de aquel País, y también para la consolidación de la paz, del entendimiento entre los pueblos, en estos momentos de grandes, fuertes tensiones internacionales».

Un acuerdo –asegura– que tiene «un objetivo pastoral, es decir, es ayudar a las iglesias locales para que gocen de condiciones de mayor libertad, de mayor autonomía, de una posibilidad de una mejor organización, y así se dediquen al anuncio del Evangelio y a contribuir al desarrollo integral de la sociedad y de la persona».

«Por primera vez, hoy, todos los Obispos en China están en comunión con el Papa», asegura el principal colaborador del Papa Francisco. El secretario de Estado da así por zanjados los conflictos generados en los últimos años por la ordenaciones ilícitas por parte de la Asociación Patriótica, el organismo mediante el cual el Gobierno busca controlar a la Iglesia, junto a la falta de reconocimiento oficial de los obispos nombrados por el Papa.

Superado este gran escollo, ahora el Papa pide «a toda la comunidad católica en China», desde sacerdotes y religiosos o los fieles, «gestos concretos de reconciliación entre hermanos, superando las incomprensiones del pasado y las tensiones». «De esta manera –añade– podrán anunciar y testimoniar el Evangelio, que es el papel, la tarea principal de la Iglesia, y al mismo tiempo contribuir a la construcción de una sociedad justa y armoniosa, manifestar el genuino amor a la patria y también ayudar para que se pueda construir un porvenir de paz y de concordia entre todos los pueblos».

Declaración del cardenal Parolin

La firma de un Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y la República Popular China sobre el nombramiento de Obispos es un acontecimiento de especial importancia para la vida de la Iglesia católica en China, para el diálogo entre la Santa Sede y las Autoridades civiles de aquel País, y también para la consolidación de la paz, del entendimiento entre los pueblos, en estos momentos de grandes, fuertes tensiones internacionales. Y el objetivo de la Santa Sede es un objetivo pastoral, es decir, es ayudar a las iglesias locales para que gocen de condiciones de mayor libertad, de mayor autonomía, de una posibilidad de una mejor organización, y así se dediquen al anuncio del Evangelio y a contribuir al desarrollo integral de la sociedad y de la persona.

Por primera vez, hoy, todos los Obispos en China están en comunión con el Santo Padre, con el Papa, con el Sucesor de Pedro. Y el Papa Francisco, como sus inmediatos predecesores, mira con particular atención y con un especial cuidado al pueblo chino. Se necesita unidad, se necesita confianza, se necesita un nuevo empuje, como también se necesita tener buenos Obispos que sean reconocidos por el Papa, por el Sucesor de Pedro, y por las legítimas Autoridades civiles de su País. Y el Acuerdo se pone en esta línea: es un instrumento para que se pueda ayuda en eso, con la colaboración de todos.

Y a toda la comunidad católica en China el Santo Padre se dirige; se dirige a los obispos, a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, los fieles, para que pongan gestos concretos de reconciliación entre hermanos, superando las incomprensiones del pasado y las tensiones, sobre todo las tensiones y las incomprensiones más recientes. De esta manera podrán anunciar y testimoniar el Evangelio, que es el papel, la tarea principal de la Iglesia, y al mismo tiempo contribuir a la construcción de una sociedad justa y armoniosa, manifestar el genuino amor a la patria y también ayudar para que se pueda construir un porvenir de paz y de concordia entre todos los pueblos.