«El capitalismo tiene que recuperar la ética y la moral» - Alfa y Omega

«El capitalismo tiene que recuperar la ética y la moral»

¿Son pobreza y desigualdad fenómenos intrínsecos de nuestro sistema de funcionamiento? es la pregunta a la que ha dado respuesta el catedrático de Economía Aplicada del ICAI Adolfo Castilla, durante las Jornadas Economía y Bien Común organizadas por el CEU

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: CEU

«En los últimos tiempos ha habido un deterioro de los índices de bien común en nuestro país: desempleo, pobreza, desigualdad, corrupción, democracia, infelicidad e ingobernabilidad, todo lo que hace difícil la vida cotidiana de la gente», reconoce el catedrático de Economía Adolfo Castilla, que ha participado en las jornadas Economía y Bien Común que está organizando la Universidad San Pablo CEU esta semana.

«Estamos perdiendo la capacidad de vivir en comunidad, de tener un proyecto común», lamenta el economista, que echa la mirada a los países nórdicos para observar «buenos índices de bienestar, estabilidad social, un empleo razonable, una pobreza asumible…». Entonces, ¿por qué no tenemos esta situación en España? La respuesta está en que estas dinámicas negativas «son intrínsecas a nuestro sistema de funcionamiento. El capitalismo sigue siendo un componente importante de nuestra forma de vida, pero este sistema tiene efectos colaterales, como el deterioro del medio ambiente o la creación de pobreza y desigualdad».

Estas consecuencias no deseadas del capitalismo «son elementos intrínsecos al sistema y no se van a resolver fácilmente. En Europa nos deslumbramos con el crecimiento posterior a la Segunda Guerra Mundial, se creó mucho empleo y apareció una clase media fuerte, pero esto ya no es así. Ha habido crisis y deterioros debido a la propia naturaleza del sistema».

¿La solución? El profesor Castilla tiene claro que pasa por «recuperar elementos que habíamos olvidado: la ética, la moral, la empatía entre la gente…, asuntos que en teoría económica se han dejado de lado durante décadas, en las que lo más importante era buscar a toda costa el crecimiento económico».

Eso sí, «no hay alternativa al capitalismo, porque es un sistema espontaneo, natural e irremplazable. La cuestión está en que sus mecanismos hay que completarlos».

La pregunta del millón es cómo hacerlo. Para empezar «hay que recuperar la categoría del bien común, porque parece que ha dejado de ser el objetivo principal de los Gobiernos. Se habla de inflación, de crecimiento, pero no del bien común, cuando es el principal objetivo a cumplir».

En este objetivo, «la sociedad civil también tiene una palabra que decir, para tomarse en serio este asunto y ser responsable». Y las empresas «también que tomarse en serio su responsabilidad social, porque el deterioro del bien común también acaba afectando al mundo empresarial. Una empresa necesita equilibrio, estabilidad, que la gente consuma, y todo eso se puede conseguir solamente con una sociedad que ponga por delante el bien común de todos sus miembros».