«He vuelto a sentirme querida y abrazada por la Iglesia» - Alfa y Omega

«He vuelto a sentirme querida y abrazada por la Iglesia»

El Grupo de Mujeres Separadas Santa Teresa se consolida en la archidiócesis de Toledo, siendo ya 52 mujeres las que cada mes se reúnen para rezar juntas, para recibir formación y para ser la ayuda que necesitan en su proceso de separación

Mónica Moreno
Encuentro de las mujeres que integran este grupo de Toledo con el Papa Francisco el pasado mes de junio. Foto: Grupo Santa Teresa

«Parece mentira que me haya tenido que separar para volver a la fe». «He vuelto a sentirme querida y abrazada por la Iglesia». «Cuando me separé creía que la Iglesia me daría de lado». «Al separarme sentí que había fracaso en mi vida». «No encontraba mi hueco en la Iglesia».

Son frases expresadas por algunas de las Teresas, que cada mes se reúnen en Toledo y en Talavera de la Reina para rezar juntas ante el Santísimo, recibir formación –ahora están leyendo La libertad interior de Jacques Philippe– y compartir sus vivencias, preocupaciones y alegrías. Junto a dos sacerdotes y un matrimonio, componen el Grupo de Mujeres Separadas Santa Teresa. Las Teresas –como se les conoce– son 52 mujeres que forman parte de este grupo que en enero de 2014, impulsado por la Delegación de Familia y Vida del Arzobispado de Toledo, inició su andadura. En agosto, acompañadas por el arzobispo, Braulio Rodríguez, participaron en el Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en Dublín, donde también narraron cómo fue su encuentro con el Papa Francisco, en junio de 2017.

El delegado diocesano de Familia y Vida, Miguel Garrigós, señala que en estos cuatro años el grupo «ha cogido ritmo» en la archidiócesis, donde cada vez es más conocido entre las parroquias. El objetivo de las Teresas es que las mujeres que lleguen a este se sientan acompañadas y no se sientan solas. Por eso son fundamentales el acompañamiento, la escucha y la cercanía». En este sentido aparte de la reunión mensual del grupo numeroso hay otros cuatro pequeños –uno de ellos compuesto por mujeres de las familias acogidas por Cáritas Diocesana de Toledo– en los que no solo comparten sus problemas o situaciones, sino que también reciben formación específica», señala Garrigós.

Asimismo, recuerda que «es un proyecto diocesano, donde se da respuesta a sus preguntas y necesidades desde toda la Iglesia de Toledo, y donde las mujeres y sus hijos se reencuentran en muchos casos con las puertas de la Iglesia abiertas».

También participaron en el Encuentro Mundial de las Familias, donde ofrecieron su testimonio. Foto: Grupo Santa Teresa

Las Teresas y sus hijos se han convertido en una gran familia, tal y como lo expresa Mercedes Muelas, que junto con su marido, Jesús Manuel Díaz-Rincón, es la coordinadora del grupo. Al caminar con estas mujeres, ambos se han dado cuenta del «gran dolor que genera una separación». Es, dice, «en el acercamiento con las Teresas donde descubres la gran ayuda que se genera entre ellas, al compartir situaciones y momentos muy difíciles, donde juntas van encontrando la luz».

Esta luz, esta esperanza, esta alegría de vivir, se refleja en las Teresas y así lo explica a Alfa y Omega una de las ellas, Esperanza Gómez-Menor: «Ha sido una puerta de esperanza, el abrazo de la Iglesia Madre». Opinión compartida por la mayoría de las mujeres. «Ha sido el abrazo de la Iglesia Madre», donde se ha encontrado escuchada, acogida, y donde «todas nos entendemos, porque somos una gran familia».

Una de las reuniones que mantiene periódicamente el Grupo Santa Teresa. Foto: Grupo Santa Teresa

Acompañamiento personal

Incorporarse al Grupo de Mujeres Santa Teresa conlleva un proceso de acompañamiento por parte de los sacerdotes, de la coordinadora y de las responsables de cada grupo. Cuando una mujer se interesa, primero se mantiene un encuentro personal entre dos o tres Teresas y la coordinadora, en el que exponen sus motivos, su intención de participar en este grupo. Según puntualiza Mercedes Muela, «a ninguna mujer se le exige que cuenten su historia, siempre desde la libertad y manteniendo la confidencialidad».

Este curso pastoral 2018-2019, aparte de continuar con sus reuniones habituales, el grupo se incorporará a las actividades que se planifiquen desde el Proyecto Ein Karem de la Delegación de Familia y Vida, específico para mujeres. Un proyecto, según Garrigós, que «quiere revitalizar y poner en alza el genio femenino, con motivo del 30 aniversario de la publicación de la carta apostólica Mulieris dignitatem de san Juan Pablo II, y que constará de acciones formativas y de encuentros trimestrales en varias zonas de la archidiócesis de Toledo».