Un tiempo de oración... y de nueva evangelización - Alfa y Omega

Un tiempo de oración... y de nueva evangelización

«La presente Semana Santa pretendemos vivirla, siguiendo la propuesta del Papa Francisco, siendo evangelizadores con espíritu, dispuestos a protagonizar la transformación misionera de nuestra Iglesia», escribe en estas páginas el obispo de Ávila, que presenta la Semana Santa vivida en su ciudad, recientemente declarada de Interés Turístico Internacional

Jesús García Burillo
Santísimo Cristo de los Estudiantes, en el Sábado de Pasión

La Semana Santa de 2014 se vivirá en Ávila con especial interés: acaba de ser declarada de Interés Turístico Internacional. La calificación ha tenido en cuenta las 15 procesiones con 39 pasos, acompañados por 6.000 cofrades que forman 14 Hermandades; el entorno único alrededor de la muralla y el interior del casco histórico por calles de entramado estrecho y empedrado, repleto de casas palaciegas e iglesias de diversos estilos, siete de ellas románicas; los 500 años de tradición y piedad de la ciudad en torno al misterio de la Pasión y muerte del Señor. Yo invito a los lectores a participar en el vía crucis de penitencia del Viernes Santo, recorriendo el perímetro exterior de la muralla a partir de las 5,30 de la madrugada. Es una manifestación única de piedad, silencio y oración en ambiente de belleza singular a la hora del amanecer.

Además, este año vivimos la Semana Santa a mitad de camino entre el Año de la fe, del que todavía seguimos la estela, y la celebración del V centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús, del que hizo 499 años el pasado 28 de marzo.

Durante el Año de la fe, nos propusimos renovar y confesar nuestra fe mediante el encuentro personal con Jesucristo, fundamento de nuestro ser creyentes. Yo dirigía mi invitación a todos, y en particular a los cofrades: «Las cofradías deben considerarse a sí mismas como medios vivos y activos de evangelización y como expresión eclesial de la fe… Sed hombres verdaderamente creyentes, auténticamente piadosos, plenamente cristianos y decididamente evangelizadores».

La presente Semana Santa pretendemos vivirla, siguiendo la propuesta del Papa Francisco, siendo evangelizadores con espíritu, dispuestos a protagonizar la transformación misionera de nuestra Iglesia. En efecto, con el sentir de la Iglesia universal y motivados por el V centenario de quien fue maestra de oración y de vida interior, nuestra diócesis se prepara decididamente para realizar una misión. Desde hace décadas, la Iglesia nos interpela a una nueva evangelización, una misión en la que renovemos nuestra forma de creer, vivir y anunciar el Evangelio, especialmente a quienes se han alejado de la Iglesia. Ahora, el Papa nos asegura que en el envío de Jesús están presentes los nuevos escenarios y desafíos adonde acudir, el mundo de la cultura en particular. Todos somos llamados a una salida misionera.

El Cristo de los Ajusticiados durante el vía crucis de penitencia por las murallas

Por eso, este año, todos los cofrades y participantes de la Semana Santa de Ávila quieren ser agentes activos de esta misión. Vamos a reflexionar y orar con el espíritu del Papa Francisco, siguiendo su Exhortación La alegría del Evangelio. Y lo uniremos al espíritu de santa Teresa.

Esta Semana Santa pretende ser un prolongado acto de fe en Jesucristo y una manifestación de la vitalidad de la Iglesia por parte de los cofrades:

«Las instituciones eclesiales, comunidades, movimientos y otras formas de asociación -cofradías- son una riqueza de la Iglesia que el Espíritu suscita para evangelizar todos los ambientes y sectores. Muchas veces, aportan un nuevo fervor evangelizador y una capacidad de diálogo con el mundo que renuevan a la Iglesia. Pero es muy sano que no pierdan el contacto con esa realidad tan rica de la parroquia del lugar, y que se integren gustosamente en la pastoral orgánica de la Iglesia particular».

Los Hermanos portando bellísimas imágenes, junto con el pueblo fiel que las contempla, crean un ambiente de oración y de silencio que se percibe en la ciudad, conforme a la gran maestra de oración Teresa de Jesús.

El gozo de pertenecer a las cofradías del Santísimo Cristo de los Afligidos, a la Hermandad Universitaria de los Estudiantes, a la Archicofradía de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli, o a todas las demás Hermandades hasta completar su totalidad, no son únicamente una fuente que alimenta la fe personal, sino que son expresión pública y manifestación explícita de la fe de la Iglesia. Así, las cofradías son un medio de evangelización, de anuncio explícito del Evangelio de la Pasión, muerte y resurrección del Señor.

Cristo de las Batallas

Las Hermandades exponen al pueblo fiel las sagradas imágenes del Cristo de la Ilusión y de las Murallas, del Santísimo Cristo Arrodillado, del Santísimo Cristo de las Batallas, Nuestra Señora de las Angustias o la Virgen Dolorosa y otras muchas, que admiramos con devoción. Y para que la procesión se convierta en anuncio, los cofrades se prepararan espiritualmente en sus parroquias intensamente. Más allá de una manifestación cultural, estos actos manifiestan la fe que encierran. Los cofrades tratan de ser hombres y mujeres de oración, amigos fuertes de Jesucristo, en expresión de la Santa.

No es preciso insistir en que la fe expresada en las procesiones está alimentada por la liturgia de los santos oficios, en parroquias y conventos. Tratamos de armonizar las celebraciones litúrgicas con los ejercicios de piedad. La liturgia alimenta y sostiene la piedad popular.

Resumiendo, la Semana Santa quiere ser en la ciudad de Ávila un tiempo de oración y contemplación pública de los misterios de la Pasión, muerte y resurrección del Señor, expresión de la nueva evangelización que protagoniza cada bautizado. Una acción misionera de la Iglesia.