El Papa pide a los obispos de Kenia que promuevan la paz - Alfa y Omega

El Papa pide a los obispos de Kenia que promuevan la paz

Redacción

El Papa ha pedido a los obispos de Kenia que se involucren «con los líderes cristianos y no cristianos en la promoción de la paz». Pocos días después del asesinato de 148 estudiantes cristianos en este país, Francisco ha recibido este jueves a los obispos de este país al final de su visita ad limina.

En el discurso que les entregó, Francisco les pide fortalecer su «compromiso de trabajar con los líderes cristianos y no cristianos en la promoción de la paz y la justicia en vuestro país a través del diálogo, la fraternidad y la amistad. Así podréis denunciar, de forma más unificada y valiente, toda forma de violencia, sobre todo la cometida en nombre de Dios. De este modo brindaréis mayor tranquilidad y profundo consuelo a vuestros conciudadanos».

«Rezo con vosotros —añadió el Papa— por todos aquellos que han sido asesinados por acciones terroristas u hostilidades étnicas o tribales en Kenia, así como en otras zonas del continente. Pienso en especial en los hombres y mujeres asesinados en el Colegio Universitario de Garissa el Viernes Santo. Que sus almas descansen en paz y sus seres queridos encuentren consuelo, y que los que cometieron tal brutalidad entren en razón y busquen la misericordia».

Francisco aplaudió también «los esfuerzos unidos y desinteresados de los católicos en Kenia», que son «un hermoso testimonio y un ejemplo para el país», en tareas que aportan «beneficios espirituales y materiales a tantas personas». Entre esas tareas, el Papa citó «una gran variedad de escuelas, institutos, universidades, clínicas, hospitales, hogares para los orfanatos enfermos y moribundos, y organismos sociales».

Además, el Papa alentó a los obispos keniatas a intensificar la atención pastoral a la familia, y a seguir «ayudando y fortaleciendo a todas aquellas familias que sufren a causa de matrimonios rotos, infidelidades, adiciones o violencia». A los jóvenes, el Papa pidió que la Iglesia los forme «para ser discípulos capaces de asumir compromisos permanentes sea con un cónyuge en el matrimonio, o con el Señor en el sacerdocio o la vida religiosa».