Tras el «no» al aborto, los obispos de Argentina piden más compromiso con «toda vida vulnerable» - Alfa y Omega

Tras el «no» al aborto, los obispos de Argentina piden más compromiso con «toda vida vulnerable»

38 votos en contra de la liberalización del aborto hasta la semana 14 frente a 31 votos a favor fue el resultado final de un debate que ha marcado la vida política del país durante meses. Los obispos han agradecido todas las voces a favor de la vida, especialmente las de «los pobres, que siempre nos enseñan a recibir la vida como viene y a saber cuidarla porque es un don de Dios»

Redacción
Manifestación provida en el exterior del Senado argentino. Foto: EFE/David Fernández

Después de 16 horas de debate, el «no» al aborto se impuso en el Senado argentino. Ya desde las últimas horas de la maratoniana sesión, el rechazo a legalizar el proyecto que ampliaba los supuestos para abortar legalmente (hasta ahora se puede en caso de violación y riesgo para la madre) parecía tener ganada la guerra después de haber perdido la primera batalla en la Cámara de Diputados. Y así ha sido. El rechazo a liberalizar el aborto hasta la semana 14 de gestación ha ganado la votación por 38 votos a 31 de un total de 72 escaños (hubo una ausencia).

Al conocerse el resultado, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina dio las gracias a quienes se pronunciaron a favor de la vida. Agradeció también, «especialmente, el testimonio de los pobres, que siempre nos enseñan a recibir la vida como viene y a saber cuidarla porque es un don de Dios». Los obispos se felicitaban además por la oportunidad de crecer en el diálogo ecuménico e interreligioso que han supuesto estos meses.

Ahora —proseguía su comunicado—, «nos toca asumir y trabajar las nuevas divisiones surgidas entre nosotros a través de un renovado ejercicio del diálogo». El debate y las propuestas se deben prolongar y concretar en el «compromiso social necesario para estar cercanos a toda vida vulnerable. Nos encontramos ante grandes desafíos pastorales para anunciar con más claridad el valor de la vida».

Entre ellos, citaban la educación sexual responsable, el acompañamiento a los Hogares del Abrazo Maternal que un grupo de sacerdotes está poniendo en marcha en las villas miseria, y «la atención a personas que han pasado por el drama del aborto».

Libertad de voto

Maurico Macri, en teoría en contra del aborto, dio a los suyos libertad de conciencia para votar pero el día que empezaba el debate en el Senado colgó una carta en FB donde daba señales de estar preparado para el «no». Con el título «No importa cual sea el resultado, hoy ganará la democracia», el presidente de Argentina observaba: «Si entendemos que nuestras creencias a veces ganarán y otras perderán, llegaremos a ser algo sin igual: verdaderamente libres y mejores personas».

Si bien el proyecto no ha prosperado, muchos de los legisladores valoraron que esta haya sido la primera vez que la iniciativa de aprobar el aborto llega tan lejos: hasta seis veces se había llegado a presentar en el Congreso, pero ni siquiera se llegó a debatir. Miguel Ángel Pichetto, jefe de la bancada del Partido Justicialista, histórica formación peronista. «Más temprano que tarde, en un día seguramente más luminoso que este día gris y triste de lluvia, las mujeres van a tener la respuesta normativa que necesitan, salir de la brutalidad del Estado, de la penalización sobre el avance de un hecho dramático», consideró, en referencia al problema de los abortos clandestinos.

La legisladora Silvia Elías de Pérez, de la Unión Cívica Radical, que integra el bloque gobernante Cambiemos, remarcó que «el aborto es siempre una tragedia, lo que hace es sumarle a la mujer una nueva herida más. (…) Legalizar el aborto es admitir lisa y llanamente el fracaso del Estado». En su opinión, al igual que la de muchos de los contrarios a aprobar el texto, el proyecto es «inconstitucional» por no velar por la vida del bebé, y defendió la puesta en marcha de «políticas públicas activas» de educación sexual.

Misa por la Vida en la catedral

El proyecto de Ley por la Interrupción Voluntaria del Embarazo en Argentina ha colocado en el punto de mira al país sudamericano, con movilizaciones en distintos países y opiniones de figuras públicas tanto a favor como en contra. Hasta personajes destacados de la televisión, el cine o el deporte de diferentes partes del mundo se han posicionado en el lado celeste, que caracteriza a los provida, y al verde, emblema de la campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Mientras tenía lugar la sesión del Senado, la Iglesia había convocado una Misa por la Vida en la catedral de Buenos Aires, que estuvo presidida por el cardenal Mario A. Poli, arzobispo de la capital y primado de la Iglesia en el país. Durante la homilía, el cardenal recalcó que en el debate sobre la ley los niños no nacidos han sido «los únicos que no tuvieron oportunidad de hacerse escuchar».

Citando a Juan Pablo II, el primado recordó que «todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien puede llegar a descubrir el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su término». En el respeto a este derecho «se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política».

«Nos preocupa sobremanera», reconoció, que «por primera vez en la legislación argentina se pretende legitimar que un ser humano pueda eliminar a su semejante». «El corazón y la razón se rebelan ante tamaña injusticia», continuó.

No menos preocupante —prosiguió— es que «jóvenes madres, por motivos que solo ellas conocen y padecen, a veces bajo presión, en situaciones angustiantes, sin trabajo, solas y padeciendo hasta el extremo la incomprensión e indiferencia de su entorno, vean como única salida el aborto, que siempre será un drama, y lejos de ser una solución, con él comienza un camino difícil de llevar en la vida».

«Hemos hecho poco para acompañar adecuadamente» a estas mujeres, reconoció el cardenal, citando al Papa Francisco. Y, ya con sus propias palabras, pidió «multiplicar espacios solidarios, de contención y ayuda concreta». «Es un desafío que no podemos postergar», independientemente del debate político, insistió.

La polémica en torno al aborto —concluyó el arzobispo— tampoco puede «eclipsar ni postergar el dar soluciones al principal problema que debiera centrar nuestra atención: los pobres, que hoy suman casi la tercera parte de la población y siguen esperando».