«Lo que vivimos como Iglesia es muy doloroso», asegura un obispo chileno - Alfa y Omega

«Lo que vivimos como Iglesia es muy doloroso», asegura un obispo chileno

Monseñor Fernando Ramos, secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, asegura que «a todos nos deja perplejos» que los abusos ocurran dentro de la Iglesia y «estamos profundamente entristecidos». Algo que extrapola a los obispos, ya que «la gran mayoría de los sacerdotes, los laicos, religiosos y religiosas han sentido y experimentado el desprecio, la crítica, la descalificación de otras personas, y se sienten un poco abatidos»

Vatican News

El pasado 3 de agosto, los obispos de la Conferencia Episcopal chilena hicieron pública una declaración, al culminar su Asamblea Plenaria Extraordinaria, en la que reconocieron haber fallado a su deber de pastores al «no escuchar, creer, atender o acompañar a las víctimas de graves pecados e injusticias cometidas por sacerdotes y religiosos». A veces, escribieron los prelados, «no reaccionamos a tiempo ante los dolorosos abusos sexuales, de poder y de autoridad y, por ello, pedimos perdón en primer lugar a las víctimas».

Vatican News ha entrevistado a monseñor Fernando Ramos, secretario general de la Conferencia Episcopal, obispo auxiliar de Santiago y administrador apostólico de la Diócesis de Rancagua.

Durante la asamblea «tuvimos una conversación muy franca, muy abierta, en la que cada uno pudo contar su experiencia, lo que ha vivido en los últimos meses que han sido muy intensos a nivel eclesial desde que nos reunimos con el Santo Padre en Roma. También las distintas comunicaciones que hemos recibido del Santo Padre han iluminado nuestra reflexión», aseguró el prelado en la entrevista.

¿Se han hecho públicas algunas investigaciones sobre presuntos abusos?
Sí, en el último tiempo todas las investigaciones previas que tienen que ver con abusos sexuales a menores de edad o presuntos abusos sexuales se están haciendo públicas, y queremos establecerlo como principio. Esto va conectado a cómo nosotros podemos colaborar de forma eficaz y fluida con el ministerio público, con la justicia chilena, para que la justicia también asuma el rol que le corresponde para perseguir estos delitos. Estamos encaminados y se están dando conversaciones para llegar a un acuerdo con la Fiscalía nacional y establecer un criterio que nos deje conformes a nosotros como Iglesia y a la Fiscalía también como institución del Estado de Chile, para poder proveer la información necesaria y en tiempo oportuno cuando nos veamos presuntamente enfrentados a este tipo de delitos.

¿Cuál es la prescripción legal de los delitos en Chile y qué han manifestado los obispos al respecto?
En Chile en este momento hay una prescripción de cinco años, desde el punto de vista de la legislación civil. La Iglesia ha aumentado la prescripción a 20 años desde que la víctima cumple los 18 años, y está contemplada la posibilidad de que se levante la prescripción. Por lo que hemos podido conocer con mayor profundidad, especialmente gracias a la aportación de especialistas que han estudiado estos temas, que una de las consecuencias más graves de los abusos es que las personas que han experimentado este tipo de situaciones se guardan en su corazón y en su conciencia por muchos años y con mucho dolor estas cosas, por miedo a denunciar o por inseguridad para hacerlo. Entonces, también en el documento decimos que valoramos enormemente todos los esfuerzos que en la sociedad chilena se están dando para aumentar el tiempo de prescripción o bien eliminarlo. Sabemos que eso puede traer dificultades desde el punto de vista de la investigación, pero creemos que tenemos que hacer todos los esfuerzos para que efectivamente aquellos que cometen el delito de abuso sexual a menores cumplan su responsabilidad de frente a los tribunales de justicia chilena.

Otro punto expresado en el mensaje fue el de la cercanía que tienen con los laicos, laicas, sacerdotes, religiosos y religiosas, que durante todo este tiempo han seguido anunciando su fe en Cristo. ¿Tiene un mensaje para ellos?
Sí, porque este momento que hemos vivido como Iglesia ha sido muy doloroso para muchos, no solo para los obispos, también para los sacerdotes y muchos laicos que generosamente prestan su tiempo para colaborar en la evangelización. La gran mayoría de los sacerdotes, los laicos, religiosos y religiosas no están, ciertamente, involucrados en este tipo de situaciones, pero, por el hecho de ser sacerdotes o por estar ayudando y colaborando con la Iglesia han sentido y experimentado muchas veces el desprecio, la crítica, la descalificación de otras personas, y se sienten un poco abatidos, muchos de ellos por esa situación y también por la situación en sí misma, que es reprobable y que a todos nos deja perplejos de que ocurra dentro de la Iglesia y profundamente entristecidos. Por eso mando una palabra de apoyo para este gran mundo de personas, de agentes pastorales que trabajan con gran generosidad, entrega y amor por el Reino: mi mensaje es alentarlos a seguir trabajando por este camino.