Francisco en el ángelus: «Que prevalezca la solidaridad, no la guerra» - Alfa y Omega

Francisco en el ángelus: «Que prevalezca la solidaridad, no la guerra»

El Evangelio de este domingo invita a los fieles a «ser solidarios con los pobres, los débiles, los últimos y los indefensos», la mejor comprobación «de la calidad de nuestra fe», aseguró el Papa Francisco este domingo antes de rezar la oración mariana del Angelus. Invitó a saciar «todo tipo de hambre» y recordó la llamada de Jesús en el Evangelio de Juan a que «nada se pierda»: hoy también es fundamental «no desperdiciar»

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Foto: CNS

Comentando el episodio de la multiplicación de los panes según el Evangelio de Juan, el Papa explicó que la liturgia de este domingo «induce a no quitar la mirada de aquel Jesús que, el domingo pasado, en el Evangelio de Marcos, viendo una gran multitud, tuvo compasión de ella. Un episodio que surge de un hecho concreto», puntualizó, pues «la gente tiene hambre y Jesús implica a sus discípulos para que su hambre sea saciada». Jesús no se limita a dar esto a la muchedumbre, sino que ofrece «su Palabra, su consuelo, su salvación y su vida».

«Nosotros, sus discípulos, no podemos hacer como quien no quiere la cosa» dijo el Pontífice, y subrayó que solo escuchando las sencillas peticiones de la gente y poniéndose junto a sus situaciones existenciales concretas «se podrá ser escuchados cuando se habla de valores superiores».

Francisco también afirmó que el Evangelio de este domingo nos invita a estar disponibles y ser laboriosos, pues Jesús también hoy «sigue dando de comer, sigue haciéndose presencia viva y consoladora», y lo hace «por medio de nosotros». Además —continuó—, «no debemos olvidar que el amor de Dios por la humanidad hambrienta de pan, de libertad, de justicia, de paz y, sobre todo, de su gracia divina, jamás decae».

El Santo Padre exhortó a «no permanecer como espectadores indiferentes y tranquilos» ante el grito del hambre de tantos hermanos y hermanas en todas partes del mundo, «todo tipo de hambre», puntualizó.

«El anuncio de Cristo, Pan de vida eterna, exige un compromiso generoso de solidaridad en favor de los pobres, los débiles, los últimos y los indefensos» señaló el Papa, explicando que esta acción de cercanía y de caridad «es la mejor comprobación de la calidad de nuestra fe, tanto a nivel personal, como a nivel comunitario».

Al término del relato, san Juan señala que, cuando todos se saciaron, Jesús dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que han sobrado para que nada se pierda». Momento en el que Francisco pidió a los fieles presentes en la plaza de San Pedro que, a imitación de Cristo, «estamos llamados a hacer que los recursos existentes en el mundo, no se desperdicien, no sean destinados a finalidades de autodestrucción del hombre, sino que sirvan para su verdadero bien y su legítimo desarrollo».

Por último, el Papa pidió orar a la Virgen María para que en el mundo «prevalezcan los programas dedicados al desarrollo, a la alimentación, a la solidaridad» y no los «del odio, de los armamentos y de la guerra».

Vatican News / Redacción