El cardenal O'Malley pide más claridad en el seguimiento de denuncias por abusos sexuales a menores - Alfa y Omega

El cardenal O'Malley pide más claridad en el seguimiento de denuncias por abusos sexuales a menores

El cardenal de Boston, Sean Patrick O’Malley, al frente de la Pontificia Comisión para la tutela de menores del Vaticano, ha pedido a la Iglesia «más claridad» en los métodos con los que se investigan las denuncias por abusos sexuales y recuerda que «la principal preocupación es la víctima», que debe ser «elogiada por sacar a la luz su trágica experiencia y debe ser tratada con respeto y dignidad»

Redacción

Esta petición tuvo lugar después de que el New York Times publicara una entrevista con un joven que acusa al cardenal Theodore McCarrick, ex arzobispo de Washington, de abusar de él cuando era menor de edad, una situación que, según reveló, duró dos décadas.

O’Malley, en un comunicado hecho público este martes, se ha mostrado «profundamente preocupado» por el caso del cardenal McCarrick: «Estas supuestas acciones son moralmente inaceptables e incompatibles con el papel de un sacerdote, obispo o cardenal», asevera. Recalca la importancia de tener en cuenta que los informes «son devastadores para las víctimas y sus familias», y, además, «cada nuevo informe de abuso clerical en cualquier nivel crea dudas en la mente de muchos de los que estamos abordando esta catástrofe en la Iglesia».

Esta caso y otros «requieren más que disculpas», asegura, y plantea que «cuando se presentan cargos contra un obispo o un cardenal, aún existe una brecha importante en las políticas de la Iglesia sobre conducta sexual y abuso sexual».

El cardenal O’Malley constata que la Iglesia en Estados Unidos ha adoptado «una política de tolerancia cero respecto al abuso sexual de menores por parte de los sacerdotes», pero, también pide «procedimientos más claros para los casos que involucren a obispos. Se necesitan protocolos transparentes y coherentes para proporcionar justicia a las víctimas y responder adecuadamente a la indignación legítima de la comunidad». La Iglesia, añade, «necesita una política fuerte e integral para abordar las violaciones de los obispos de los votos de celibato en los casos de abuso criminal de menores y en casos que involucran a adultos».

La principal preocupación debe ser la víctima

Aludiendo a su experiencia en la comisión y en el trabajo en varias diócesis, asegura que «la Iglesia necesita tomar medidas rápidas y decisivas con respecto a estos asuntos de importancia crítica». Y deja claro algo: «En todos los casos de denuncias hechas por víctimas de abuso sexual, ya sean violaciones criminales o abuso de poder, la principal preocupación debe ser la víctima, su familia y sus seres queridos». Las víctimas, añade, «deben ser elogiadas por sacar a la luz su trágica experiencia y deben ser tratadas con respeto y dignidad».

Finalmente, propone tres acciones específicas ante las acusaciones, sobre todo como en el caso de McCarrick, porque involucran a un cardenal. Primero, «una adjudicación justa y rápida de estas acusaciones; segundo, una evaluación de la adecuación de nuestros estándares y políticas en la Iglesia en todos los niveles, y especialmente en el caso de los obispos; y tercero, comunicar con mayor claridad a los fieles católicos y a todas las víctimas el proceso para denunciar las acusaciones contra obispos y cardenales». Si no se toman estas medidas «se pondrá en peligro la ya debilitada autoridad moral de la Iglesia y se podrá destruir la confianza requerida para que la Iglesia guíe católicos y tenga un papel significativo en la sociedad civil en general». En este momento, concluye O’Malley, «no hay mayor imperativo para la Iglesia que responsabilizarse por estos asuntos, que presentaré con gran urgencia y preocupación en mis próximas reuniones con la Santa Sede».