Caminando con santa Teresa de Jesús - Alfa y Omega

Caminando con santa Teresa de Jesús

El Año Jubilar Teresiano dio comienzo de forma solemne el pasado 15 de octubre. Con este Jubileo se ha abierto un nuevo río de gracia que la diócesis de Ávila desea aprovechar y ofrecer a cuantos peregrinos llegan, caminando al encuentro del Señor, tras las huellas de Teresa de Jesús. Y lo hacen a través de cuatro rutas que ha diseñado el Obispado de Ávila en colaboración con la Diputación Provincial. Rutas que, aprovechando el buen tiempo de verano, están realizando muchos grupos de jóvenes, parroquias o asociaciones de todos los puntos de España

Auxi Rueda
Peregrinación de chicos de la Casa Grande de Martiherrero, un centro para personas con discapacidad, en Villanueva del Campillo. Foto: Diócesis de Ávila

De la cuna al sepulcro

Esta ruta une los dos lugares más significativos de su vida: el lugar de nacimiento (Ávila) y el de su muerte (Alba de Tormes). Desde su inicio hasta ahora, se cuentan por cientos las personas que han recorrido este itinerario, que promueven las diputaciones de Ávila y Salamanca, y que gestiona la Asociación De la Cuna al Sepulcro.

Teresa de Jesús nació en Ávila y allí pasó la mayor parte de su vida. En Alba de Tormes fundó su octavo convento en 1571, y allí volvió en otoño de 1582, enferma de muerte. Este itinerario une estos dos lugares fundamentales: Gotarrendura (donde se casaron los padres de Teresa y donde pasó temporadas de su infancia y juventud), Fontiveros (cuna de San Juan de la Cruz y donde están enterrados su padre y uno de sus hermanos), Duruelo (donde san Juan de la Cruz y fray Antonio de Jesús, bajo la indicación de santa Teresa, fundaron el primer convento de carmelitas descalzos), o Mancera (donde finalmente se trasladó aquella primera fundación de frailes). Esta ruta coincide en varios tramos con las que siguió Teresa yendo a la fundación de Valladolid en 1568, en sus viajes a Salamanca y en su último viaje, en septiembre de 1582, a Alba de Tormes.

Ruta de la salud

Los médicos ya no sabían qué hacer con aquella extraña enfermedad, y en 1539 deciden llevarla con una conocida curandera para que la aliviara de todos sus males. Allí conoce al sacerdote del lugar, quien le confiesa estar en pecado carnal con otra mujer. Teresa y sus enseñanzas serán claves en la conversión de este clérigo. Pero los tratamientos de la curandera no hacen sino empeorar su salud.

Esta ruta consta de 120 kilómetros y atraviesa una docena de municipios desde Becedas hasta Ávila, pasando por El Barco de Ávila, Piedrahíta, Mesegar de Corneja, Bonilla de la Sierra, Villanueva del Campillo, Vadillo de la Sierra, San Juan del Olmo, Ortigosa (Manjabálago), Muñico, Chamartín y Martiherrero. Entre ellos, se encuentran tres municipios que cuentan con la declaración de Conjunto Histórico o están en vías de obtenerla, como El Barco, Piedrahíta y Bonilla, pero también se localizan conjuntos arqueológicos como La Mesa de Miranda, en Chamartín.

Peregrinación de la Pastoral Juvenil de Vitoria, encabezada por su obispo. Foto: Diócesis de Ávila

Ruta del confesor

De todos los grandes hombres con los que coincide santa Teresa en vida, uno de los que más la marcó fue su confesor, san Pedro de Alcántara, cuyos restos reposan en la localidad abulense de Arenas de San Pedro. El fraile será no solo confesor, sino también consejero de la santa, orientándola para dar el impulso definitivo de iniciar la reforma del Carmelo con la fundación del convento de San José.

De san Pedro de Alcántara se habla de la huella de su santidad en esta provincia de Ávila, que solía recorrer descalzo. Caminó sobre las aguas del río Tiétar, e incluso la nieve formó una pequeña cavidad a su alrededor en el puerto del Pico, cuando regresaba de un viaje a Ávila.

Esta ruta tiene un recorrido de unos 118 kilómetros y atraviesa los municipios de El Arenal, Cuevas del Valle, San Martín del Pimpollar, Hoyos de Miguel Muñoz, Navalsauz, Mengamuñoz, Muñogalindo, Padiernos y El Fresno. Aúna naturaleza y patrimonio cultural y religioso, con elementos como el convento de San Pedro de Alcántara, en Arenas de San Pedro; la calzada romana de puerto del Pico, o las piedras pintadas de Ibarrola, en Muñogalindo.

Ruta caminos y posadas

Este trayecto simboliza los viajes de santa Teresa hasta Toledo, donde tuvo una importante tarea epistolar. Además, en Toledo fue donde comenzó a escribir su obra Castillo interior, también conocida como Las Moradas.

Tras cinco años en el primer convento fundado, San José de Ávila, recibe la visita del padre general de Roma con «cumplidas patentes para se hiciesen más monasterios, con censuras para que ningún provincial me pudiese ir a la mano». Es así como Teresa se hace a los caminos; su Libro de las Fundaciones irá narrando lo que en ellos encuentra; sol abrasador, frío y barro, gente de bien que ayuda y traidores que desdicen lo prometido.

La ruta comprende 100 kilómetros desde Sotillo de La Adrada, pasando por Casillas, El Tiemblo, Cebreros, San Bartolomé de Pinares, Herradón de Pinares y Tornadizos, hasta llegar también a Ávila. Transcurre por enclaves naturales de gran valor, como el valle de Iruelas, los puertos de Casillas o El Boquerón. Sin olvidar otros atractivos del patrimonio abulense, como los Toros de Guisando, o el Museo de Adolfo Suárez y la Transición (Cebreros).