Una propuesta mucho más que política - Alfa y Omega

Una propuesta mucho más que política

José Francisco Serrano Oceja

Leer, releer lo ya leído en el caso de los escritos del maestro y profesor Alejandro Llano produce tanto gozo intelectual, como escribir y volver a escribir sobre su obra, sobre su pensamiento. Puestos a ello, las ideas se agolpan, y el tiempo se ralentiza. Lo que era una novedad editorial hace una década, ahora, de nuevo, se convierte en una sorpresa, como si el fino análisis de la realidad social hubiera sumado, con el tiempo, otros sentidos. Este libro que nos ocupa, Humanismo cívico, fue tristemente silenciado cuando apareció por primera vez en las librerías y que ahora vuelve para invitarnos a pensar el presente, el hoy político, social, cultural de España, desde un sólido fundamento. Tiene razón Teresa Gutiérrez de Cabiedes cuando, en el prólogo, afirma que «este libro tiene muchas de las claves no sólo para comprender lo que nos está pasando, sino para alumbrar lo que queremos que ocurra».

Basta ya de lamentos. La resignación es mala consejera. Nada de pensar sobre la política, la sociedad, el mercado, la cultura con la nariz tapada. Es hora de dejarse acompañar por hombres que han alumbrado una propuesta de regeneración social. Es hora de entablar un diálogo público y privado con Alejandro Llano, catedrático de metafísica, ensayista, intelectual, con mayúsculas o minúsculas, ¡qué más da cómo escribirlo! Es hora de articular su propuesta de humanismo cívico, en la vida política, en los programas políticos, en ese diálogo inquieto que establece con los antiguos y los modernos, liberales y comunitaristas, los lib y los lab que diría Dahrendorf, sin reduccionismos, confiando en que la humildad de corte socrática, la conversación valiente como modo de conocimiento y el deseo de buscar la verdad son ya una recompensa.

¿Qué es el humanismo cívico? «La actitud que fomenta la responsabilidad de las personas y las comunidades ciudadanas en la orientación y desarrollo de la vida política. Equivale a potenciar las virtudes sociales como referente radical de todo incremento cualitativo de la dinámica pública». Nos encontramos, por tanto, con una concepción teórica y práctica de la sociedad en la que se promueven tres características: la primera y más radical sería la del protagonismo de las personas reales y concretas, que toman conciencia de su condición de miembros activos y responsables de la sociedad y procuran participar eficazmente en su configuración política. La segunda, la consideración de las comunidades humanas como ámbitos imprescindibles y decisivos para el pleno desarrollo de las personas que las componen, superación de las actitudes individualistas. Y, la tercera, una especial relevancia a la esfera pública, porque no la concibe como un magma omniabarcante, sino como un ámbito de despliegue de las libertades sociales y como instancia de garantía para que la vida de las comunidades no sufra interferencias ni abusivas presiones de poderes ajenos a ellas.

Max Weber nos recordaba dos actitudes vitales: la de quien muere «colmado de años» y la de quien llega a sentirse «cansado de la vida». Nos faltan ciertas virtudes a la vez cívicas y civiles, y el entendimiento de esas virtudes desde una perspectiva histórica. Gracias por recordarnos lo principal, querido maestro, querido don Alejandro.

Humanismo cívico
Autor:

Alejandro Llano

Editorial:

Cristiandad