Monseñor Barrio: La Iglesia «no puede replegarse frente a quienes solo ven confusión, peligros o amenazas» - Alfa y Omega

Monseñor Barrio: La Iglesia «no puede replegarse frente a quienes solo ven confusión, peligros o amenazas»

La Iglesia «no puede replegarse frente a quienes solo ven confusión, peligros o amenazas, o de quienes pretenden cubrir la variedad y complejidad de situaciones con una capa de ideologismos gastados o de agresiones irresponsables». Así lo ha asegurado monseñor Barrio la mañana del miércoles, en la catedral de Santiago, durante la celebración de la festividad de Santiago Apóstol, patrón de España

Redacción

Monseñor Julián Barrio, arzobispo de Santiago, presidió la mañana del miércoles la celebración con motivo de la festividad de Santiago Apóstol. Ante una catedral repleta de fieles y acompañado por cerca de un centenar de autoridades eclesiásticas, entre ellos más de una decena de obispos, el prelado hizo hincapié en la «descristianización y el deterioro moral de la vida personal, familiar y social» de España, lo que está «generando un cambio cultural en el que la referencia a Dios es considerada como una deficiencia en la madurez intelectual», aseguró, citando la instrucción pastoral de 2006 de la Conferencia Episcopal Española.

La dificultad de testimoniar la condición de hijos de Dios llega cuando «la mentalidad del hombre que se idolatra a sí mismo, definiendo la vida y el sentido de la misma, se absolutiza, destruyendo o poniendo en peligro la naturaleza y la humanidad», aseguró.

Pero ante esta oscuridad, monseñor Barrio recordó a los presentes que «el martirio del Apóstol Santiago nos indica que la cruz forma parte de nuestra vida». El Señor «manifiesta su fuerza en nuestra fragilidad», y Él es quien construye su Iglesia que, recalcó Barrio, «no puede replegarse frente a quienes solo ven confusión, peligros o amenazas, o de quienes pretenden cubrir la variedad y complejidad de situaciones con una capa de ideologismos gastados o de agresiones irresponsables», aseguró, citando el documento de Aparecida.

La sociedad española es muestra de la fecundidad del cristianismo

El arzobispo de Santiago, en la festividad del patrón de España, quiso dejar claro cómo «los valores del Evangelio han informado nuestra cultura, punto de referencia en la construcción de un mayor progreso integral y viva esperanza del hombre». Por eso, en este momento, «en medio de la incertidumbre», es necesario «manifestar nuestra identidad cristiana con humildad, coherencia y responsabilidad, viéndonos necesitados tanto de verdad como de libertad».

No podemos olvidar, como citaba la instrucción pastoral de la CEE de 2006, sobre las Orientaciones morales ante la situación de España, que «la historia y la realidad actual de nuestra sociedad es muestra de la fecundidad cultural y social del cristianismo», que ha favorecido «la concordia, la justicia, y la caridad». Tal vez, aseguró, «es la camisa de fuerza de los prejuicios lo que impida reconocer a Dios».

No todo tiene por qué ser negativo. Estos tiempos «son también de gracia, en los que podemos descubrir los valores, porque Dios no nos ha retirado su providencia». También, recalcó, en la antesala de la muerte, en la que «el valor inmenso de la persona enferma ha de encontrar una respuesta hecha de respeto, comprensión y ternura, porque el valor sagrado de la vida del enfermo no se oscurece nunca sino que brilla con más esplendor precisamente en su sufrimiento y en su desvalimiento», dijo citando al Papa Francisco.

Finalmente, Barrio propuso en la solemnidad del patrón de España llevar «un estilo de vida significado por el amor y la entrega a los demás, tratando de construir lo propio sin olvidar lo ajeno de quienes están cercanos o lejanos». La esperanza cristiana «no favorece un falso espiritualismo ni nos lleva a desinteresarnos de los problemas reales o a menospreciar las cosas de la tierra». La verdad es que el cristiano, «liberado para Dios y para su prójimo, está en condiciones de ser dueño y no esclavo de las cosas de este mundo, adquiriendo así una libertad nueva para el amor y la fraternidad».