«Nos decían que después de todo el drama era una alegría poder comer juntos y caliente»

«Nos decían que después de todo el drama era una alegría poder comer juntos y caliente»

La Escuela de Formación Profesional Altaviana ha movilizado a 160 voluntarios para repartir 300 raciones diarias a los damnificados

María Martínez López
Voluntarias preparan las raciones para su reparto
Voluntarias preparan las raciones para su reparto. Foto: Escuela de Formación Profesional Altaviana.

Una de las constantes en las peticiones de ayuda tras la DANA que asoló Levante el martes pasado es la necesidad de alimentos no perecederos. Ocurre en todas las emergencias. Sin embargo, en un caso concreto, la llamada ha sido la contraria: en la calle Cronista Almela i Vives, de Valencia capital, hacen falta productos frescos. La Escuela de Formación Profesional Altaviana los necesita para seguir haciendo llegar a las zonas afectadas unas 300 raciones diarias de comida caliente.

«No nos podíamos quedar quietos», asegura Marisa López Fernández, directora de este centro. Nació hace 45 años como escuela de hostelería pero que ahora también forma a maestros de Educación Infantil y a cuidadores de personas en situación de dependencia; ámbitos en los que la atención a la persona es central. Con este espíritu, decidieron contribuir desde «lo que sabemos hacer, que es cocinar».

El centro cuenta con una cocina de 400 metros cuadrados. Y desde el principio López estuvo segura de que manos no les iban a faltar, si se hacía un llamamiento a los alumnos, sus familias y a los profesores. Y así fue: «Hicimos un llamamiento el sábado y en tres horas salieron 160 voluntarios», relata orgullosa.

Al mismo ritmo llegó la materia prima, pues en seguida se formaron «colas de gente» que llevaba alguno de los elementos de una lista que habían distribuido previamente en función de los menús que habían diseñado. Todos, claro, pensados «para poder cocinarlos, que llegaran bien y que fueran fácil de comer».

A pesar del caos y las dificultades que ha habido en días pasados para llegar a algunos de los lugares inundados, en su caso no han tenido problemas. La directora de la escuela lo atribuye a que antes de ponerse en marcha «nos coordinamos con entidades oficiales, desde los Ayuntamientos a Protección Civil o las parroquias». Querían «tener claro que no nos iban a parar a mitad de camino y que la distribución iba a ser correcta».

Todo preparado

Son estas entidades las que se hacen cargo de la distribución en los lugares que ellos determinen. «Solo les pedimos furgoneta y conductor», pues el centro entrega las raciones perfectamente preparadas y servidas individualmente, con cubiertos y servilletas.

Así han salido ya 1.100 raciones de pollo con patatas, albóndigas, cremas de verduras, macarrones o ensaladas de arroz y de legumbres. Y ya han recibido algunas reseñas, que satisfacen a López Fernández mucho más que si les asignaran cinco estrellas en cualquier página web: «Esta mañana nos ha llegado al Whatsapp un mensaje de una familia de Algemesí que nos decía que después de todo el drama nuestros platos habían sido una alegría porque se habían podido reunir a comer juntos y, encima, caliente».