Gil Tamayo pide que los diputados del PP voten «en conciencia» la minireforma del aborto - Alfa y Omega

Gil Tamayo pide que los diputados del PP voten «en conciencia» la minireforma del aborto

La defensa del derecho a la vida es «un asunto innegociable» que «corresponde a toda la sociedad, y sobre todo a los Gobiernos». Así lo ha recordado hoy el Secretario General y Portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, que ha reclamado la necesidad de que «todos los diputados puedan votar hoy en conciencia» la minireforma de la ley del aborto, que se debate esta tarde en el Congreso

José Antonio Méndez

A pocas horas de que el Congreso vote esta tarde si lleva o no a cabo una mínima revisión de la actual la Ley del aborto (la llamada Ley Aído, aprobada en 2010 y que aún sigue en vigor), para evitar que las menores de 16 años puedan abortar sin permiso paterno, y con la amenaza de varios diputados provida del PP de votar en contra si en la reforma se sigue manteniendo el aborto como un presunto derecho, el Secretario General y Portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo, ha recordado que «el derecho a la vida es un asunto innegociable» y ha señalado que «todos los políticos deben votar siempre en conciencia, porque nadie se despersonaliza a la hora de ejercer la represenatividad que le han otorgado sus votantes».

Durante la presentación de un documento sobre la catequesis, el Portavoz del Episcopado ha respondido a las preguntas de los periodistas sobre la reforma del aborto, y ha negado categóricamente que la Conferencia Episcopal haya evitado pronunciarse en este tema para no perjudicar electoralmente al Gobierno: «Los obispos y la Conferencia Episcopal se han pronunciado muy claramente en reiteradas ocasiones sobre este asunto. El derecho a la vida prevalece sobre cualquier otro derecho; proteger la vida humana es una tarea de todos, sobre todo de los Gobiernos. Este es un punto absolutamente innegociable de la doctrina de la Iglesia con este Gobierno y con cualquier otro que venga».

Por eso, ha reclamado que en la votación parlamentaria de hoy, en la que algunos diputados del PP ya han anunciado su intención de no respaldar la reforma de la ley si se sigue manteniendo el aborto como un derecho, bajo la amenaza de la dirección del partido de sancionarlos si rompen la disciplina de voto, «toda persona debe votar siempre en conciencia, porque no se despersonaliza a la hora de ejercer la representatividad que le han otorgado sus votantes. Un político no es una mera pieza en un engranaje, y no se puede desprender de su conciencia».

Retardo injustificable del Constitucional

Además, Gil Tamayo aseguró que al episcopado «nos sigue sorprendiendo la tardanza del Tribunal Constitucional en pronunciarse sobre la inconstitucional de la actual ley», que fue recurrida por el PP en 2010. «Los retardos no favorecen la Justicia», señaló Gil Tamayo, sobre todo al tener en cuenta «la acutal doctrina de nuestro Alto Tribunal» que ya ha recordado en varias ocasiones que una ley nunca puede redactarse «a costa de la muerte de un ser inocente». Por eso, afirmó que «todo este tiempo de espera a que se pronuncie» es «injustificable».

En este sentido, ha señalado que «la ley actual, la de 2010, considera como un derecho el matar a un inocente, y por eso es injusta». Y aunque ha valorado «cualquier paso que aminore esta ley, como integrar a los padres en una cuestión que siempre es traumática para la mujer –pues el aborto causa un dolor y un sufrimiento en el que la mujer tiene un protagonismo, y la Iglesia la mira con un afecto especial para ayudarla–», ha reclamado «políticas de protección a la mujer, que ayuden a la maternidad y a la vida familiar» pues «el recurso al aborto es un mal radical, es la muerte de un inocente, y por eso es necesario que sea erradicado de la sociedad».

Finalmente, ha señalado que «el aborto no es una cuestión solamente política, sino de humanidad», y por eso ha recordado que la voz que se escuche en el problema del aborto «no puede ser sólo del ámbito político o legislativo, sino la voz de la sociedad civil; por eso la Iglesia muestra a sus fieles y a toda la sociedad las claves de humanidad, reforzadas por la cosmovisión cristiana del hombre», que ayudan a defender la vida humana en toda circunstancia.