La CEE quiere una catequesis al servicio de la nueva evangelización - Alfa y Omega

La CEE quiere una catequesis al servicio de la nueva evangelización

La Subcomisión Episcopal de Catequesis presenta mañana la Instrucción Custodiar, alimentar y promover la memoria de Jesucristo, con la que el episcopado pone el broche a la serie de Catecismos elaborados de la CEE y en la que traza las características esenciales que tiene que tener la iniciación cristiana para que sea un instrumento eficaz al servicio de la nueva evangelización

José Antonio Méndez

La Subcomisión Episcopal de Catequesis de la Conferencia Episcopal Española presenta mañana el documento Custodiar, alimentar y promover la memoria de Jesucristo, una Instrucción Pastoral que culmina el catálogo de catecismos para niños y adolescentes que la Conferencia Episcopal ha ido preparando en los últimos años.

La Instrucción fue aprobada por la Asamblea Plenaria del pasado noviembre y en un principio se preveía su presentación para el mes de febrero. Sin embargo, la Subcomisión prefirió posponerla después de que el Gobierno publicase en el BOE los nuevos currículos de la asignatura de Religión católica, justo unos días antes de que se hiciese pública la Instrucción. Una cuestión menor pero no intrascendente, pues la intención de la Conferencia Episcopal ha sido la de dejar muy claro que una cosa es la asignatura de Religión, y otra, las actividades pastorales propias de la catequesis.

De los 0 a los 16 años

En la presentación intervendrán el obispo de Plasencia y Presidente de la Subcomisión Episcopal de Catequesis, monseñor Amadeo Rodríguez Magro; el Secretario General y Portavoz de la CEE, José Mª Gil Tamayo; y el director del Secretariado de la Subcomisión, el sacerdote zamorano Juan Luis Martín Barrios.

La Instrucción tiene un objetivo claro: reforzar «la catequesis, al servicio de la iniciación cristiana» y de la nueva evangelización. Por eso, el texto presenta un pormenorizado itinerario catequético de la iniciación cristiana por etapas y edades, desde los 0 años hasta los 16, sin olvidarse del catecumenado de adultos. Además, el texto analiza los diferentes Catecismos que la CEE ha ido elaborando en los últimos años (Los primeros pasos en la fe, para niños de 0 a 6 años; Jesús es el Señor, para niños de 6 a 10; y Testigos del Señor, para catecúmenos de 10 a 14 años), así como cuáles son las características esenciales que debe tener no sólo la catequesis, sino también los catequistas para transmitir la fe con un mensaje vivo, veraz y atractivo.

Algunas claves de la Instrucción

Estas son algunas de las ideas esenciales de la Instrucción, que analizaremos más pormenorizadamente en nuestro próximo número de Alfa y Omega, del jueves próximo:

«Apenas hace dos o tres generaciones, la fe se podía dar por supuesta como algo natural, estaba sencillamente presente como parte de la vida. Hoy resulta natural precisamente lo contrario; en el fondo, parece que no es posible creer y que de hecho Dios está ausente. […] Por ello, nuestra tarea es ayudar a niños y adolescentes a percibir la fe como algo que estimula la auténtica libertad, el verdadero amor y la felicidad genuina. De ahí la necesidad de impulsar una catequesis de iniciación cristiana».

«Podemos pensar que engendrar y modelar en la fe a las nuevas generaciones puede resultar difícil, pero no es imposible, porque no solo es tarea nuestra. La iniciación cristiana tiene la peculiaridad de que la iniciativa en la transformación de la persona y su integración en la Iglesia la tiene Dios».

«La catequesis ha de ofrecer certezas sencillas pero sólidas, que ayuden a buscar cada vez más y mejor el conocimiento del Señor. De un modo especial en estos tiempos de evangelización, el don más precioso que la Iglesia puede ofrecer al mundo de hoy, desorientado e inquieto, es formar unos cristianos firmes en lo esencial y humildemente felices en la fe».

«Una catequesis aislada de la vida comunitaria está llamada al fracaso».

«La iniciación cristiana de niños y adolescentes necesita, aunque de formas diversas y progresivas, la participación y el acompañamiento de los padres. Es imprescindible la corresponsabilidad de las familias, padres, abuelos o tutores en los procesos catequéticos».

«El papel primero del acompañamiento corresponde a la comunidad cristiana y a los padres. Pero subrayamos el papel determinante de los catequistas».