Las Adoratrices reciben el VI Premio de Derechos Humanos Rey de España - Alfa y Omega

Las Adoratrices reciben el VI Premio de Derechos Humanos Rey de España

El VI Premio de Derechos Humanos Rey de España, que conceden el Defensor del Pueblo y la Universidad de Alcalá de Henares, ha recaído este año a las Religiosas Adoratrices, por su labor a favor de las mujeres víctimas de trata y violencia de género. El jurado ha estimado «el alto valor social y humanitario desarrollado por las Adoratrices, gracias al cual muchas mujeres encuentran apoyo y ayuda en circunstancias extremadamente difíciles»

Cristina Sánchez Aguilar

Su Majestad el Rey ha entregado este lunes el Premio de Derechos Humanos Rey de España a las religiosas Adoratrices en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. Acompañó a las religiosas monseñor Carlos Osoro, arzobispo de Madrid.

Don Felipe ha subrayado su orgullo por el hecho de que nuestro país haya ofrecido y continúe ofreciendo al mundo personas como las Adoratrices, «con esa capacidad de proyectar un noble ideal a través de las sucesivas generaciones», según informa una nota de prensa del gabinete de la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril. Asimismo, el Rey ha destacado que las premiadas son «un magnífico ejemplo de la fuerza de cambio que supone el compromiso».

La Defensora del Pueblo ha resaltado la labor «valiente, generosa y loable sin límites» que realizan las religiosas para «defender los derechos de mujeres sometidas a tratos que atentan a su dignidad, a su libertad y necesitan de protección y amparo». Una labor que, según ha recordado, permite que las mujeres víctimas de redes de trata de seres humanos «puedan liberarse, encontrar un hogar e intentar empezar una vida distinta».

La superiora general de las Adoratrices, Teresa Valenzuela, ha agradecido este premio por ser una oportunidad para dar visibilidad a la realidad social de la trata de personas con fines de explotación. «Las víctimas son nuestra primera línea de batalla frente a la violencia que nuestra cultura es capaz de ejercer con las personas más indefensas y en situación de mayor vulnerabilidad», ha dicho.

El Defensor del Pueblo y la Universidad de Alcalá otorgan cada dos años este galardón, que está dotado con 25.000 euros. El objetivo es premiar la labor de entidades que en Iberoamérica, España y Portugal se distingan por su trabajo en la defensa y promoción de los derechos humanos y de los valores democráticos.

El Proyecto Esperanza, contra la trata en España

España recibe cada año a un promedio de 40.000 mujeres, de entre 18 y 25 años, víctimas de la explotación sexual, más que ningún otro país de Europa. Esto se debe a la situación geográfica de la Península y a la impunidad que, hasta 2010, ha rodeado a este lucrativo negocio ilegal. Algunas están de paso hacia otros países. Otras se quedan en España, donde este negocio genera a las mafias cada día un beneficio de 5 millones de euros. El Proyecto Esperanza, de las Religiosas Adoratrices, trabajan 24 horas al día para liberar a estas jóvenes.

El perfil más habitual de las mujeres que se quedan en nuestro país, tal y como afirma Marta González, coordinadora del Proyecto Esperanza, «es el de mujeres subsaharianas, siendo de Nigeria el grupo más numeroso, y de Europa del Este. Todas están en situación irregular y son víctimas de explotación sexual, una vertiente de la trata, que también puede darse en casos de explotación laboral o en la mendicidad».

La creciente demanda, que genera -según un informe de la Oficina del Defensor del Pueblo- más de cinco millones de euros al día, no es el único motivo por el que España es uno de los países europeos con el índice más alto de explotación sexual. También lo es «por ser el país de entrada a Europa desde África, y por su impunidad: hasta diciembre de 2010 no se ha tipificado correctamente el delito en el Código Penal. Durante años, a pesar de los esfuerzos de la policía y otras entidades, en España era muy fácil que un caso de trata quedase impune», asegura Marta González. Aunque cabe destacar que, desde 2008, se han hecho avances importantes, como el Primer Plan Nacional de Lucha contra la Trata, que duró hasta 2012, o el cambio en la Ley de Extranjería, que introdujo medidas de protección específicas para víctimas de trata.

Aun así, todavía hay mucho por hacer. «Desde la Red Española contra la Trata hemos propuesto elaborar una ley integral, porque todavía no existe claridad respecto a cómo abordar el problema, ni hay mínimos garantizados en todo el territorio nacional», asegura Marta. Otra de las grandes aspiraciones es que se permita reagrupar a los familiares en riesgo en su país de origen, principal mecanismo de coacción por parte de las mafias.

El Proyecto Esperanza trabaja con un equipo que da respuestas 24 horas al día. En el teléfono 607 542 515, cualquier persona o institución, alertada ante la mínima sospecha, puede llamar a esta organización, que se pone en contacto directo con la persona, valora con ella su situación: «Nos piden un lugar seguro donde alojarse, e información sobre sus derechos, ya que la mayoría permanecen aisladas. Además de una plaza en nuestras casas de acogida, les proporcionamos atención jurídica, psicológica y médica», explica la coordinadora. Cada año, el promedio de atenciones por la institución de las Religiosas Adoratrices en Madrid es de 90 mujeres.