Los ángeles nocturnos del consuelo cumplen 75 años - Alfa y Omega

Los ángeles nocturnos del consuelo cumplen 75 años

La congregación religiosa de las Siervas de Jesús celebró este sábado el 75 aniversario de su llegada a Valencia, donde su apostolado se centra en la asistencia y cuidado durante la noche de enfermos, ancianos y niños recién nacidos, tanto en casas particulares como en hospitales o allí donde las requiera la familia

Cristina Sánchez Aguilar
La religiosa Ángeles Arancón, sentada, en la celebración del 75 aniversario de la llegada a Valencia de las Siervas de Jesús. Foto: A. Sáiz/AVAN

Las Siervas de Jesús se establecieron en Valencia el 17 de febrero de 1943, hace ya 75 años, con una intención muy concreta: «Llegar a los lugares más profundos de la persona en los momentos más difíciles», afirma la madre Blanca, durante años secretaria de la provincia a la que pertenece la comunidad en Valencia. Para ello, su apostolado se centraba –y se centra– en cuidar enfermos, personas solas, niños recién nacidos, ancianos… pero en un tiempo muy concreto: durante la noche. Esta fue la petición de su fundadora, santa María Josefa, que quiso que sus monjas fueran «ángeles de caridad y consuelo».

El cuidado que profesan las religiosas, que cada día abandonan el convento a las nueve de la noche y regresan a las siete de la mañana, va mucho más allá de «cubrir las necesidades que tengan los enfermos», que también. Muchas son enfermeras y no tienen reparos a la hora de controlar sueros, sondas, lavar y cambiar a la persona, pinchar y dar la comida. Pero para llegar a los «lugares más profundos» es necesario no solo actuar, sino «acompañar en el lecho de la enfermedad, asistir al corazón de la persona en medio de la soledad, de ese dolor que cuesta tanto comunicar y que es más fácil dar a conocer a las dos de la mañana», señala la madre Blanca.

Este apostolado se realiza en varias ciudades de España, pero especialmente en Madrid y Valencia, ciudad esta última donde se prodiga el cuidado a niños recién nacidos, «la mayoría gemelos y hasta trillizos, a los que la madre no puede cuidar porque está sola o porque trabaja y necesita descansar», explican las monjas. En estos casos, las religiosas «cuidan a los niños y les organizan las tomas de alimento o las horas de sueño», como declaran a la Agencia AVAN desde la congregación. «Nuestra labor alivia a las familias en un mundo en el que el trabajo no es nada fácil: hay que estar en el puesto de trabajo de día, y luego cuidar por la noche», añade la madre Blanca.

A toda esta labor de acompañamiento hay que unir la asistencia espiritual a los enfermos, «porque rezamos con ellos y por ellos, y les preparamos también para afrontar el momento de la muerte», aseguran desde Valencia.

Desde hace más de un siglo

Desde la fundación de la congregación, en 1871, las siervas de Jesús «ofrecemos este servicio. Por entonces, era la noche cuando los enfermos estaban más solos, y además era el momento de mayor dolor y soledad para ellos», afirma la madre Blanca. Por eso, la congregación adquirió este carisma tan especial, para «descubrir en el enfermo, en su momento de más fragilidad, la presencia de Cristo crucificado que sufre. Estamos ahí, al pie de la cruz, e intentamos también ser presencia de Jesús para el sufriente». Además, cuando «los enfermos no nos necesitan, para nosotras también la noche es el día, es la vida, es un momento especial para la oración para la comunicación con Jesús».

No todas salen de noche, porque «hay hermanas muy mayorcitas que ya solo van por la tarde a visitar enfermos o colaboran con las parroquias para llevar la comunión». También las junioras, estudiantes de Enfermería, se dedican, de momento, exclusivamente a sus estudios.

Las religiosas viven de la providencia. De hecho, «ni en las situaciones económicas más difíciles para la congregación hemos cobrado por nuestros servicios», asegura la madre Blanca. «Es nuestra forma de vida, pero cada familia da lo que quiere o puede, y nosotras siempre vamos a estar ahí». Además, cuando se recibe una llamada en el convento para requerir su presencia –están muy solicitadas– «ni siquiera preguntamos si la familia es de fe».

Foto: A. Sáiz/AVAN

75 años como religiosa

Con motivo del 75 aniversario, las religiosas organizaron una Misa de acción de gracias en la que estuvieron presentes, además de las 15 religiosas que forman la comunidad de Valencia, hermanas de la congregación presentes en Castellón, Alicante, Murcia y Madrid. En la celebración se conmemoraron los 75 años de la consagración religiosa de una de las hermanas de Valencia, Ángeles Arancón Vellosillo, de 96 años. La religiosa, que ingresó en las Siervas de Jesús con 21 años, llegó a la comunidad hace más de 50 y señaló a AVAN que es «muy feliz y si volviera a nacer, entraría en la congregación otra vez, donde he trabajado muchos años y he tenido mucha suerte con mis hermanas de comunidad, que siempre me han cuidado».