Las negociaciones entre Etiopía y Eritrea «son la respuesta a nuestras oraciones» - Alfa y Omega

Las negociaciones entre Etiopía y Eritrea «son la respuesta a nuestras oraciones»

Los primeros gestos de distensión entre ambos países después de años sin aplicar los acuerdos de paz del año 2000 han llevado a los obispos a afirmar que «casi de un día para otro el ambiente ha cambiado. Ahora hay optimismo»

María Martínez López
Foto: AFP Photo/Yonas Tadesse

Cuando el ministro de Exteriores de Eritrea, Osman Sale, aterrizó en Adis Abeba el 26 de junio, entre las autoridades que lo esperaban a la salida del avión estaba el cardenal Berhaneyesus Demerew Souraphiel. La presencia del arzobispo de la capital, que también es presidente de la Conferencia Episcopal de Etiopía y Eritrea, subrayaba la importancia del momento y el apoyo de la Iglesia católica al proceso de distensión entre ambos países iniciado por el nuevo primer ministro etíope, Abiy Ahmed.

Solo dos meses después de acceder al poder en abril, el Gobierno de Abiy anunció que aceptaría en su totalidad los Acuerdos de Paz firmados con Eritrea en Argel en el año 2000, que casi 20 años después siguen sin aplicarse en lo relativo a las fronteras. Poco después, el ministro Sale anunció su visita al país vecino para intentar normalizar las relaciones entre ambos.

El Papa Francisco subrayó esta «buena noticia» el domingo después del ángelus. Subrayaba, así, la importancia de un hecho que «puede ser descrito como histórico» y que, sin embargo, corría el riesgo de pasar desapercibido.

En guerra desde 1962

En declaraciones a la agencia Fides, el cardenal Souraphiel dio las gracias a los fieles por haber rezado por la paz desde que la guerra de los años 1998 a 2000 se cerró en falso. «Quiero dar la enhorabuena [a los católicos] –ha afirmado–, porque hemos recibido la respuesta a sus oraciones. Este es el primer paso hacia una paz sostenible y os pido que sigáis rezando para que con la gracia de Dios esta iniciativa tenga éxito».

El conflicto entre ambos países se remonta a la época de la descolonización. Constituidos como una federación por la ONU en 1950, la amplia autonomía que se concedió a Eritrea duró poco. En 1962, el Gobierno etíope se anexionó el territorio eritreo, lo que dio lugar a una guerra de casi tres décadas, que se prolongó hasta 1991. Dos años después, Eritrea logró la independencia.

Sin embargo, en 1998 las disputas fronterizas llevaron a los dos países a una nueva guerra, que se cerró con unos 80.000 muertos de ambas partes y cientos de miles de desplazados. En el acuerdo de paz firmado el 12 de diciembre de 2000 en Argel, ambos países se comprometían a aceptar las decisiones de la Comisión de Frontera de Eritrea y Etiopía (EEBC, en sus siglas en inglés) como «final y vinculante».

Sin embargo, cuando esta Comisión decidió conceder a Eritrea la ciudad de Badme, donde había estado el núcleo del conflicto, Etiopía se retractó de su compromiso y los acuerdos de paz nunca se han llegado a aplicar totalmente.

Países de mayoría copta

Ahora, 20 años después del inicio de la guerra, «estos días se habla de la paz posible –ha afirmado a Vatican News monseñor Menghesteab Tesfamariam, arzobispo de Asmara, la capital eritrea–. Estamos solo al comienzo y es difícil hablar» de qué recorrido tendrán las negociaciones, reconocía. «Pero el clima ya ha cambiado, casi de un día para otro. Hay positividad, optimismo en la región, y ya solo por eso estamos contentos».

Al igual que el cardenal Souraphiel, monseñor Tesfamariam ha pedido oraciones a los fieles eritreos para que «todos los que se esfuerza en las conversaciones de paz puedan verdaderamente tomar decisiones con valentía y sabiduría para el bien de los dos pueblos».

El conflicto entre Etiopía y Eritrea es fundamentalmente político. Religiosamente, ambos países son bastante parecidos, con un tercio de población musulmana y dos tercios de cristianos. Estos son, fundamentalmente, coptos. Solo hay un 5 % de católicos en Eritrea (si bien en algunas regiones alcanzan el 12 %), y apenas un 1 % en Etiopía.

Se trata de católicos de rito alejandrino. Hasta 2015 formaban una única Iglesia, la católica etíope. Ese año, el Papa Francisco decidió crear una Iglesia católica eritrea, cuya cabeza es monseñor Tesfamariam. Se da la curiosidad de que Eritrea es el único país sin diócesis de rito latino. Sin embargo, los obispos siguen formando una única Conferencia Episcopal, que preside el cardenal Souraphiel.

Sobre cómo se desarrollarán las negociaciones entre ambos países en el futuro, el cardenal ha afirmado que «no necesitamos buscar ayuda en ningún otro lugar para traer la paz a nuestros países, si colaboramos para buscar soluciones nosotros mismos a nuestros problemas».