El Mundial de Fútbol para ciegos se disputó en un colegio católico de Madrid - Alfa y Omega

El Mundial de Fútbol para ciegos se disputó en un colegio católico de Madrid

Los organizadores del Campeonato Mundial de Fútbol para Ciegos seleccionaron como sede el Colegio Sagrado Corazón de Chamartín (Madrid), de Escuelas Católicas, «no solo por sus instalaciones, sino también por su implicación en el desarrollo de una educación inclusiva». El colegio desarrolla desde hace 31 años un proyecto de acogida para niños discapacitados

José Calderero de Aldecoa
Foto: Ángel de Antonio

El Mundial de Fútbol ya tiene ganador…, al menos en su modalidad para personas ciegas. Brasil se hizo el domingo con el campeonato, que por primera vez acogió España. En esta edición, se produjo un salto cualitativo al ampliarse a las 16 mejores selecciones internacionales.

El evento deportivo se ha celebrado en su totalidad en el Colegio Sagrado Corazón de Chamartín (Madrid), que pertenece a Escuelas Católicas y que desarrolla desde hace 31 años un proyecto de acogida para niños discapacitados. Los organizadores seleccionaron el centro «no solo por sus instalaciones, sino también por su implicación en el desarrollo de una educación inclusiva», confirman a Alfa y Omega desde la ONCE.

En cada aula, explica la directora Carolina Gonzalo, «hay dos o tres niños con necesidades educativas especiales —en total representan un 10 % del alumnado del colegio—», así todos los estudiantes aprenden desde pequeños a normalizar e integrar a las personas con discapacidad.

Precisamente, los alumnos han podido poner de manifiesto este valioso aprendizaje a lo largo de todo el mundial. «Los organizadores nos pidieron gente para hacer de voluntario. Enseguida cubrimos todas las plazas con los alumnos que se apuntaron», asegura Gonzalo. Dentro de sus funciones como voluntarios, los alumnos han tenido que desarrollar tareas de todo tipo, desde «hacer de recogepelotas hasta acompañar a los jugadores al baño», explica la directora.

«No tengo palabras para describir la repercusión que el Campeonato ha tenido en los alumnos». Los estudiantes, concluye Carolina Gonzalo, «han podido poner en práctica valores que aprenden en el colegio», tales «como el respeto a la diferencia, el cariño, la tolerancia…».