México y la Santa Sede abogan por una política migratoria que respete los derechos humanos - Alfa y Omega

México y la Santa Sede abogan por una política migratoria que respete los derechos humanos

En un coloquio sobre migración internacional, México y la Santa Sede coinciden en la «necesidad de reiterar la centralidad de la persona humana en cada ejercicio político, inclusive el dirigido a reglamentar los flujos migratorios, reafirmando la inviolabilidad de los derechos humanos y de la dignidad de cada ser humano que se desplaza»

José Calderero de Aldecoa
Foto: CNS

La Asamblea General de la ONU intentará alcanzar en diciembre en Marrakech unos Pactos Globales sobre Migrantes y Refugiados para lograr una emigración segura, regular y ordenada. Ante esta perspectiva, el Papa y el Vaticano están desarrollando una intensa agenda para lograr no solo que se firme un acuerdo sino que este sea exigente y se pueda implementar sobre el terreno. El objetivo es evitar que cientos de miles de personas en todo el mundo tengan que jugarse la vida en una travesía emprendida ante el hambre, las guerras o los desastres naturales de sus países de origen.

Uno de los primeros países que se han sumado a la cruzada eclesial a favor de los Pactos Globales es México, que acaba de celebrar un coloquio junto a la Santa Sede sobre migración internacional. La reunión tuvo lugar el jueves 14 de junio en la Casina Pío IV del Vaticano, pero no ha sido hasta este lunes cuando se han hecho públicas las conclusiones del coloquio.

En ellas, el Gobierno de México «reafirma su compromiso para que el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular sea un instrumento para transformar visiones cortas de miras e introspectivas en perspectivas amplias y humanas».

Por su parte, la Iglesia Católica de México dice haber decidido «comprometerse en favor de los migrantes poniendo en práctica los cuatro verbos lanzados por el Papa Francisco en la Jornada Mundial del Migrante 2018 —acoger, proteger, promover e integrar— promoviendo la cultura de encuentro».

Ambos, coinciden «en la importancia de entender la complejidad de los movimientos migratorios contemporáneos, que obedecen a múltiples causas» y que a menudo «se determinan por situaciones de conflicto, desastres naturales, pobreza y la búsqueda de mejores condiciones de vida y oportunidades».

Ante estos flujos migratorios, aseguran, «hay que responder efectivamente equilibrando los principios de solidaridad, subsidiariedad y corresponsabilidad». Asimismo, es necesario «reiterar la centralidad de la persona humana en cada ejercicio político, inclusive el dirigido a reglamentar los flujos migratorios, reafirmando la inviolabilidad de los derechos humanos y de la dignidad de cada ser humano que se desplaza».

Compromisos políticos

Durante el encuentro, tanto el Vaticano como la Embajada de México ante la Santa Sede se comprometen a trabajar por «una gobernanza global de los flujos migratorios, fundada sobre la corresponsabilidad de todos los actores institucionales y privados, a fin de asegurar una migración segura, ordenada y regular a beneficio de todas las personas involucradas». Se trata de «generar las condiciones para que la migración sea una decisión voluntaria y no una necesidad».

Por último, se comprometen «a promover la creación de las condiciones necesarias para que todos los migrantes puedan enriquecer las sociedades receptoras con sus talentos y capacidades y al mismo tiempo contribuir al desarrollo sostenible a nivel local, nacional, regional y global».

El comunicado termina con una petición a los medios de comunicación para que «contribuyan, según sus posibilidades, a difundir informaciones ciertas y certificadas sobre los flujos migratorios y a disipar aquellas que generen percepciones únicamente negativas de los migrantes».

El Coloquio sobre Migración Internacional Santa Sede – México que hemos celebrado el día de hoy es una continuación del llevado a cabo en la Cancillería mexicana en julio del 2014 sobre Migración internacional y Desarrollo, al término del cual se acordó celebrar una nueva edición en el Vaticano.

La presente edición 2018 del Coloquio abordó tres temas principales: (1) avances e implicaciones del Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular; (2) migración y desarrollo desde la perspectiva del Pacto Mundial; y (3) migración y medios de comunicación a la luz del Pacto Mundial.

Al finalizar el Coloquio, podemos subrayar juntos las siguientes conclusiones:

  • En el Mensaje dirigido a los participantes, el Santo Padre Francisco nos animó en la tarea y en el esfuerzo para que la responsabilidad de la gestión global y compartida de la migración internacional encuentre su punto de fuerza en los valores de la justicia, la solidaridad y la compasión. El Santo Padre ha resaltado que la actitud fundamental es la de «salir al encuentro del otro, para acogerlo, conocerlo y reconocerlo».
  • El Gobierno de México reafirma su compromiso para que el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular sea un instrumento para transformar visiones cortas de miras e introspectivas en perspectivas amplias y humanas.
  • Por su parte, la Iglesia católica en México ha decidido comprometerse en favor de los migrantes poniendo en práctica los 4 verbos lanzados por el Papa Francisco en la Jornada Mundial del Migrante 2018 —acoger, proteger, promover e integrar— promoviendo la cultura de encuentro.
  • Coincidimos en la importancia de entender la complejidad de los movimientos migratorios contemporáneos, que obedecen a múltiples causas, y que muchas veces se determinan por situaciones de conflicto, desastres naturales, pobreza y la búsqueda de mejores condiciones de vida y oportunidades. Los niños son los que más están sufriendo las consecuencias de las migraciones forzadas. A los desafíos producidos por estos flujos hay que responder efectivamente equilibrando los principios de solidaridad, subsidiariedad y corresponsabilidad.
  • Concordamos sobre la necesidad de reiterar la centralidad de la persona humana en cada ejercicio político, inclusive el dirigido a reglamentar los flujos migratorios, reafirmando la inviolabilidad de los derechos humanos y de la dignidad de cada ser humano que se desplaza.
  • Coincidimos en la oportunidad de comprometerse para una gobernanza global de los flujos migratorios, fundada sobre la corresponsabilidad de todos los actores institucionales y privados, a fin de asegurar una migración segura, ordenada y regular a beneficio de todas las personas involucradas, y que ayude a generar las condiciones para que la migración sea una decisión voluntaria y no una necesidad.
  • Por eso, queremos seguir contribuyendo activamente en el proceso que llevará a las Naciones Unidas a adoptar un Pacto Mundial para una Migración Segura, Regular y Ordenada en el transcurso de este año. Asimismo, considerando la complejidad de los flujos migratorios contemporáneos, consideramos importante insistir sobre la oportunidad de armonizar este Pacto con el Pacto Mundial sobre Refugiados.
  • Nos comprometemos a promover la creación de las condiciones necesarias para que todos los migrantes puedan enriquecer las sociedades receptoras con sus talentos y capacidades y al mismo tiempo contribuir al desarrollo sostenible a nivel local, nacional, regional y global.
  • Pedimos a todos los medios de comunicación que contribuyan, según sus posibilidades, a difundir informaciones ciertas y certificadas sobre los flujos migratorios y a disipar aquellas que generen percepciones únicamente negativas de los migrantes.