Un 10 % de la población española fue atendida en centros sociales de la Iglesia - Alfa y Omega

Un 10 % de la población española fue atendida en centros sociales de la Iglesia

La Conferencia Episcopal ofrece una colaboración leal (y crítica) al nuevo gobierno durante la presentación de la Memoria de actividades de la Iglesia católica en España 2016. «Habrá asuntos en que nos pongamos de acuerdo en seguida y «otros donde seguro que no», pero «la Iglesia no está para hacer política», dijo en la presentación el vicesecretario para Asuntos Económicos

Ricardo Benjumea
Foto: CEE

«Vamos a hablar de dinero, pero sobre todo vamos a hablar de personas, y de lo que hace la Iglesia a favor de la sociedad española». Así comenzaba este martes el vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal la presentación de la Memoria de actividades de la Iglesia su presentación a la prensa.

Más allá de dar cuenta de los cerca de 260 millones de euros recibidos de la asignación tributaria, el objetivo es cuantificar la labor de la Iglesia en España en la medida de lo posible –«presentar en una publicación el total de la aportación de la Iglesia a favor de la sociedad es una tarea prácticamente imposible», advierte la CEE–. Año a año, se amplía la cantidad de datos incluidos –todos ellos contrastados por la consultora PwC, con el objetivo no solo de ofrecer una radiografía de la labor de las 70 diócesis y más de 23.000 parroquias que existen en España, sino también de las 12.718 entidades religiosas adicionales presentes en el territorio nacional, entre cofradías y hermandades, fundaciones, asociaciones, ONG católicas y movimientos.

La Memoria refleja el trabajo de 18.000 sacerdotes, 54.000 religiosos y 9.300 monjes y monjas de clausura (distribuidos en 812 monasterios), además de 439 diáconos permanentes, 106.000 catequistas y 1.250 seminaristas. El tiempo total dedicado a actividad pastoral ascendió en 2016 a 46,4 millones de horas.

Además, España aportó en 2016 113.000 misioneros, el 10 % del total que tiene la Iglesia en el mundo. La mayoría, por vínculos históricos y culturales, se encuentra en el continente americano. Resalta también la creciente presencia de laicos (ya son el 7 %), incluyendo a 502 familias en misión.

El impacto en la sociedad

Cerca de 8,5 millones de personas acuden regularmente a Misa, según datos del CIS. «Ya sé que antes había mucha más gente, pero me parece un dato muy relevante», dijo Giménez Barriocanal al presentar estos datos, que incluyen 226.000 bautizos, 240.000 primeras comuniones, 130.000 confirmaciones o 50.000 matrimonios canónicos. Mención especial hizo el vicesecretario de la CEE a los párrocos rurales, a menudo «los únicos agentes» que existen sobre el terreno, y que, además de celebrar los sacramentos, «visitan a los enfermos en los hospitales» o a «los ancianos en sus hogares».

Muy significativa es también la importancia de la actividad de los 2.591 centros educativos católicos, en los que estudian cerca de millón y medio de alumnos y trabajan más de 125.000 personas. Según un reciente estudio presentado por la CEE, cada euro invertido en ellos supone para la sociedad un beneficio 4,1 veces superior, tanto por «la eficiencia en la gestión» como por la insuficiente financiación pública que reciben, destacó Barriocanal.

En lo que respecta al impacto económico del patrimonio cultural de la Iglesia (objeto de otro estudio anterior de PwC), el beneficio estimado para la sociedad en torno al 3 % del PIB español, según la Memoria, incluyendo el turismo a catedrales o los beneficios que generan la Semana Santa y el Camino de Santiago. «A veces nos dicen: “Ustedes tienen muchos bienes”. Y sí, es cierto. No hay problema en decirlo: 3,168 bienes inmuebles declarados de interés cultural. ¿Pero qué significa esto? La Iglesia mantiene, cuida, conserva y pone a disposición de toda la sociedad esos bienes que nos permiten crecer culturalmente y enriquecen a la sociedad», resumió el vicesecretario para Asuntos Económicos.

Capítulo aparte dedica la memoria a la actividad caritativa y asistencial, «una de las páginas más hermosas de la solidaridad que podamos poner nunca en un papel», en palabras de Barriocanal. En total, 4.765.869 personas, alrededor del 10 % de la población en España, fueron atendidas en alguno de los más de 9.000 centros sociales y asistenciales de la Iglesia en 2016. Allí recibieron atención a sus necesidades más básicas, como un sitio donde comer y dormir, o ayuda para pagar la factura de la luz. También se incluye aquí a parados y migrantes, a los que la Iglesia asiste «cuando el tema está de moda y cuando no, recibiéndolos a pie de playa, o seis meses después», trabajando por su integración en la sociedad española. Por los 215 centros de migrantes de la Iglesia pasaron en 2016 140.000 personas. Madres solteras, mujeres víctimas de violencia de género, niños en riesgos de exclusión… completan la lista de beneficiarios. «A pesar de que todos pensamos que las cosas van mucho mejor [económicamente], la Iglesia no ha parado de abrir centros y asistir a más gente», apostilló el vicesecretario.

¿Por qué descendieron las declaraciones?

Para financiar toda esa labor, las diócesis españoles invirtieron cerca de 950 millones de euros. La mayor parte (el 36 %) procedieron de las aportaciones de los fieles, vía colectas, donativos o suscripciones. Los 256,66 millones recibidos de la declaración de la renta de los 8,5 millones de contribuyentes que marcaron la casilla de la Iglesia supusieron, de media, un 24 %, si bien en diócesis pequeñas y rurales el porcentaje es mucho mayor. Fernando Giménez Barriocanal puso como ejemplo Guadix, donde la cifra supera el 70 %.

La recuperación económica explica que la recaudación por esta vía aumentara en 2016, pese al descenso en las declaraciones. Se trata –dijo el vicesecretario– de una «disminución proporcional en todas las Comunidades Autónomas» y muy similar a la experimentada por la casilla de otros fines sociales. «Estamos estudiando conjuntamente por qué ha habido ese descenso», anunció. Poco después, Barriocanal insistió en la importancia de contar bien a la sociedad lo que hace la Iglesia. «Probablemente no nos hemos explicado bien, ha faltado una buena comunicación… Por eso estamos aquí, por eso nos sometemos a auditoría», afirmó.

En cuanto al uso de esos fondos procedentes del IRPF, el responsable económico del episcopado precisó que, salvo las partidas dedicas al pago de la Seguridad Social del clero (6,5 %) y otras como los centros de formación de la Iglesia (2,4 %), el grueso (80,4 %) se destinó directamente a las diócesis, las cuales emplean más de la mitad de sus recursos (52 %) en acciones pastorales y asistenciales y mantenimiento de las estructuras básicas para poder desarrollar su función.

Sobre la partida extraordinaria enviada por la CEE a Cáritas (algo más de 6 millones), matizó que se trata simplemente de un aporte extra, puesto que la institución forma parte de la estructura de cada parroquia y se financia de ella.

Mano tendida al nuevo gobierno

Preguntado sobre la relación con el nuevo gobierno, el vicesecretario afirmó que «nosotros siempre hemos colaborado con las Administraciones Públicas, sean del signo que sea», en el marco de la Constitución que –recordó– recoge tanto la aconfesionalidad del Estado, como la colaboración de las autoridades con las distintas confesiones religiosas. «Habrá asuntos en que nos pongamos de acuerdo en seguida», dijo, aludiendo al ejemplo de la llegada de migrantes y refugiados a Valencia procedentes del Aquarius, para los que la Iglesia ha ofrecido sus recursos. Y «hay otros temas donde seguro que no nos vamos a poner de acuerdo». Pero «la Iglesia no está para hacer política». «Presentaremos propuestas y acataremos lo que digan los poderes públicos, con libertad por parte de ambos».

Del sistema vigente de financiación, el vicesecretario destacó que fue pactado con un gobierno socialista (el de Rodríguez Zapatero).

Y sobre la hipótesis de que el gobierno se planteara eliminar la casilla, respondió que «siempre estamos abiertos al diálogo en todo», si bien recordó el dato, avalado por la consultora KPMG, de que el retorno para la sociedad española de cada euro destinado a la Iglesia es del 138 %, una rentabilidad por tanto del 38 % que –subrayó Barriocanal– «no está nada mal».