«Hay que presentar la vocación con más entusiasmo» - Alfa y Omega

«Hay que presentar la vocación con más entusiasmo»

Hoy empieza en Madrid la Semana Nacional para Institutos de vida consagrada. El reto de la vida consagrada en Europa pasa por la revitalización: «Hemos de presentar nuestra vocación con más entusiasmo», afirma el padre Carlos Martínez, director del Instituto Teológico de Vida Religiosa. También apuesta por la renovación: las nuevas generaciones de religiosos buscan una vida comunitaria más profunda, comprometerse con los más vulnerables, y, sobre todo, «hacer frente al desafío de la nueva evangelización con valientes iniciativas», como es, por ejemplo, la presencia en Internet

Cristina Sánchez Aguilar
Las nuevas generaciones de religiosos apuestan por la nueva evangelización a través de la presencia en Internet. Foto: María Pazos Carretero

Desde hace 44 años, se celebra, durante la primera semana de Pascua, la Semana Nacional para Institutos de vida consagrada, organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa —ITVR—. En la edición de este año, que comienza hoy y termina el domingo en la Fundación Pablo VI de Madrid, se debate sobre la Memoria, presencia, futuro. La vida religiosa en el pueblo de Dios. Cuenta, entre otros, con la presencia del cardenal Maradiaga, presidente de Caritas Internationalis; el presidente de la Conferencia Episcopal Española, cardenal Blázquez; y el director de L’Osservatore Romano, Giovanni Maria Vian.

El padre Carlos Martínez Oliveras, claretiano y director del ITVR, reconoce que la vida consagrada pasa por un momento de renovación, aunque, afirma, «esto es algo constante, porque cada lugar y cada tiempo ha reclamado su propia adaptación». Concretamente, el reto del siglo XXI es la nueva evangelización, que «ha pedido a los consagrados una intensa vida espiritual, además de ser libres y alegres, y estar dispuestos a entregar lo mejor de sí mismos».

Luego, hay desafíos y oportunidades dependiendo de los contextos. No es lo mismo un consagrado en Europa que en el continente africano. «En nuestro continente, por ejemplo, hemos de esforzarnos por la revitalización, que pasa por la reestructuración de presencias y servicios», señala. En los continentes donde florecen las vocaciones, como es en Asia o en África, «las tareas más apremiantes son la inculturación de los carismas fundacionales y la formación».

Carlos Martínez Oliveras

¿Hay menos vocaciones?

En Europa sí. «Es verdad que hemos de presentar nuestra vocación con más entusiasmo y ofrecer un testimonio inequívoco de la belleza de esta vocación en la Iglesia», reconoce el padre Carlos. Aunque también influyen otros factores, como el bajo índice de natalidad: «Para que haya vocaciones, tiene que haber hijos».

Aun así, hay regeneración y muchas energías en los consagrados jóvenes. De hecho, una de las ponencias de la Semana Nacional para Institutos de vida consagrada se centra en los anhelos de las nuevas generaciones: «Creo que vienen marcando algunos acentos en lo que se refiere a las relaciones comunitarias más profundas, a una espiritualidad comprometida con los más vulnerables y una fidelidad creativa desde los medios de comunicación (redes sociales…) y las nuevas y valientes iniciativas para hacer frente al desafío de la nueva evangelización», sostiene el religioso.

Cómo ve la sociedad a la vida consagrada

Para el director del Instituto Teológico de Vida Religiosa, la visión de la gente suele centrarse en los «servicios sociales que prestan los religiosos: educación, sanidad, obras asistenciales». Otros la admiran «por el coraje de su disponibilidad y empeño misionero». Pero «son pocos los que reparan en el valor de su gratuidad. Cuando santa Teresa de Jesús, y posteriormente el padre Claret, se preguntaban: ¿Qué sería del mundo si no fuera por los religiosos?, no estaban pensado en los números, ni en las obras sociales, ni en las estructuras exteriores, sino en la sobreabundancia de gratuidad y de amor», concluye.

23 ejemplos de vitalidad de la vida consagrada

«Es verdad que algunas congregaciones e institutos están pasando dificultades a causa del envejecimiento de sus miembros, del invierno vocacional y de la secularización interna de algunos de sus miembros, pero, mirada en su conjunto, goza de buena salud y es una bendición de Dios para la vida de la Iglesia y la sociedad»: lo atestigua monseñor Vicente Jiménez Zamora, arzobispo de Zaragoza, en el epílogo del libro Por mí y por el Evangelio, escrito por el franciscano conventual y periodista Luis Esteban Larra y editado por San Pablo. En sus más de 500 páginas, se pueden encontrar 23 historias de fidelidad y gratuidad: 23 religiosas y religiosos españoles de diversas órdenes y congregaciones que ejemplifican, en sus vidas, que la permanencia y continuidad de la vida consagrada «es vital para la vida y la misión de la Iglesia, y en muchos casos, de ciertos sectores sociales», como afirma el autor. Esta tarde, en la sede de la editorial San Pablo en Madrid (calle Protasio Gómez, 15), a las 19:30 horas, tendrá lugar el acto de presentación del libro. Contará con la presencia del cardenal Ricardo Blázquez, la periodista Cristina López Schlichting y Juan Antonio Carrera, director general de San Pablo.