El Papa acepta la renuncia de Barros y de otros dos obispos chilenos por los casos de abusos sexuales - Alfa y Omega

El Papa acepta la renuncia de Barros y de otros dos obispos chilenos por los casos de abusos sexuales

Estas renuncias son las primeras que acepta el Pontífice después de que todos los obispos chilenos pusieran sus cargos a disposición de Francisco el pasado 18 de mayo. El Santo Padre ha designado a tres administradores apostólicos para que se ocupen de las diócesis de Osorno, Valparaíso y Puerto Montt mientras estas se encuentran en sede vacante

José Calderero de Aldecoa
Foto: AFP Photo/Vincenzo Pinto

El Papa ha aceptado la renuncia presentada por el obispo de Osorno, Juan Barros; de Valparaíso, Gonzalo Duarte García de Cortázar; y de Puerto Montt, Cristián Caro Cordero, tras los escándalos en Chile por la falta de transparencia de la Iglesia en la gestión de casos de abusos sexuales.

Francisco ha designado a tres administradores apostólicos para que se ocupen de cada una de las tres diócesis mientras estas se encuentran en sede vacante. Monseñor Jorge Enrique Concha Cayuqueo, OFM, obispo auxiliar de Santiago de Chile, administrará la diócesis de Osorno. Monseñor Pedro Mario Ossandón Buljevic, también obispo auxiliar de Santiago de Chile, se hará cargo de la diócesis de Valparaíso. Por su parte, el provincial de los Mercedarios en Chile —Ricardo Basilio Morales Galindo— será el administrador apostólico de la archidiócesis de Puerto Montt.

Todos los cargos a disposición del Papa

El pasado viernes 18 de mayo todos los obispos chilenos habían presentado su renuncia ante el Papa por los casos de abusos después de haberse reunido con él durante tres días en el Vaticano.

«Queremos anunciar que todos los obispos presentes en Roma, por escrito, hemos puesto nuestros cargos en las manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno de nosotros», dijeron los prelados en un comunicado.

Con esta decisión, inédita en la historia de la Iglesia, los obispos chilenos dijeron querer «restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado», para «reimpulsar la misión profética de la Iglesia en Chile, cuyo centro siempre debió estar en Cristo».

Aceptación del Papa

Las renuncias de Juan Barros, Gonzalo Duarte y Cristián Caro son las primeras que acepta el Pontífice después de que todos los obispos chilenos le presentaran la renuncia.

En las próximas semanas no se descarta que se produzcan nuevos movimientos en la sedes de las diócesis chilenas. El Santo Padre busca acabar de una vez por todas con los casos de abusos sexuales y con la mala gestión que han hecho de ellos los prelados chilenos.

Visita de Scicluna y Bertomeu

Precisamente, Bergoglio había ordenado recientemente el regreso a Chile del arzobispo de Malta, Charles Scicluna, así como del sacerdote español Jordi Bertomeu —de la Diócesis de Tortosa y oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe—, para que continúen la investigación sobre los abusos sexuales.

De hecho, los enviados papales se encontraban ahora mismo en la diócesis de Osorno, cuyo prelado —Juan Barros— es uno de los señalados por encubrir supuestamente los abusos sexuales contra menores cometidos por el sacerdote Fernando Karadima.

La visita de Scicluna y Bertomeu se produce «con el fin de avanzar en el proceso de reparación y sanación de las víctimas de abusos».

Encuentros con víctimas y carta

La aceptación de la renuncia se produce también después de un nuevo encuentro de víctimas chilenas de abusos sexuales con el Papa. El Pontífice, que ya había recibido a finales de abril con Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, recibió hace una semana a un grupo de cinco sacerdotes que sufrieron abusos de poder, de conciencia y sexuales. En el encuentro también participaron dos sacerdotes que han asistido a las víctimas en su recorrido jurídico y espiritual, así como a dos laicos implicados en este proceso.

Asimismo, Francisco escribió una carta de ocho páginas el 31 de mayo «al pueblo fiel» de Chile en la que entonaba el mea culpa, volvía a pedir perdón, daba las gracias a las víctimas y aseguraba su intención de llegar al fondo del problema.

«Es tiempo de escucha y discernimiento para llegar a las raíces que permitieron que tales atrocidades se produjeran y perpetuasen, y así encontrar soluciones al escándalo de los abusos no con estrategias meramente de contención —imprescindibles pero insuficientes— sino con todas las medidas necesarias para poder asumir el problema en su complejidad», escribió el Papa.