El Papa frena el documento de los obispos alemanes que permitiría la comunión a los cónyuges protestantes

El Papa Francisco cree que el documento de los obispos alemanes que pretendía permitir la comunión al cónyuge protestante de un matrimonio mixto «no está maduro para ser publicado». Así lo pone de manifiesto el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el neocardenal Luis Ladaria, en una carta dirigida al cardenal Reinhard Marx, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana.

Como consecuencia, la Santa Sede pide a los obispos alemanes que se deje en manos del «obispo diocesano el juicio sobre la existencia de una «grave necesidad»» que justifique el acceso a la comunión. Se mantiene, así, lo recogido en el Código de Derecho Canónico. La propuesta alemana abría esta posibilidad para los protestantes casados con católicos que compartieran la fe católica sobre la transubstanciación.

El contenido de la carta de Ladaria cuenta «con el explícito consenso del Papa», y es fruto de los encuentros mantenidos por ambos los días 11 y 24 de mayo, en los que el prefecto de Doctrina de la Fe informó al Pontífice sobre la reunión del 3 de mayo con los obispos alemanes.

«Problemas de notable relevancia»

En esa reunión, se produjo un «coloquio fraternal» entre la mayoría de obispos partidarios del documento pastoral Caminar con Cristo. Por la vía de la unidad. Matrimonios interconfesionales y participación común en la Eucaristía; y algunos de los siete obispos contrarios, que habían consultado a la Santa Sede.

Al término del mismo, Ladaria se comprometió a informar puntualmente a Francisco, pero también transmitió a los obispos la petición de este de que siguieran trabajando para alcanzar un documento con el mayor consenso posible, y a ser posible unánime.

La carta del prefecto reconoce los «múltiples esfuerzos ecuménicos de la Conferencia Episcopal Alemana», pero también que «el texto del subsidio plantea una serie de problemas de notable relevancia».

«Relevante para la Iglesia universal»

En primer lugar, «la admisión a la comunión de los cristianos evangélicos en matrimonios interconfesionales es un tema que toca la fe de la Iglesia y tiene una relevancia para la Iglesia universal». Tampoco hay que «descuidar» los efectos de tal cuestión «sobre las relaciones ecuménicas con otras iglesias y comunidades eclesiales».

Por último, la propuesta germana toca el Derecho Canónico, y en particular el canon 844. «En algunos sectores de la Iglesia hay, al respecto, cuestiones abiertas». Por ello, se ha encargado a los dicasterios competentes que aclaren «tales cuestiones a nivel de la Iglesia universal».

El neocardenal Ladaria concluye su misiva compartiendo la «gran preocupación» del Papa por que «en la Conferencia Episcopal Alemana siga vivo el espíritu de la colegialidad episcopal».

Un tema para el diálogo ecuménico

Precisamente este lunes por la mañana, Francisco ha reconocido en un encuentro con una delegación de la Iglesia Evangélica Luterana que la Eucaristía está, junto con la naturaleza de la Iglesia y del ministerio, entre los temas que «merecen reflexiones oportunas y bien compartidas» en el marco del diálogo teológico ecuménico.

La conmemoración conjunta de los 500 años de la Reforma y los 50 años de diálogo entre luteranos y católicos en 2017 ha confirmado, según el Pontífice, que el ecumenismo es la guía en el camino para la relación entre ambas confesiones. En este sentido, católicos y luteranos han encontrado en la caridad un lazo fuerte de unión y un testimonio claro ante el mundo.

«No nos olvidemos comenzar desde la oración —subrayó Francisco— para que no sean los proyectos humanos los que indiquen el camino, sino el Espíritu Santo». Después, «estamos llamados a aliviar juntos las miserias de los necesitados y de los perseguidos, a aliviar los sufrimientos de tantos hermanos oprimidos a causa de la fe en Jesús que nos invitan a alcanzar una siempre más concreta y visible unidad entre nosotros», ha añadido.

Asimismo, el Papa ha pedido avanzar incluso en el diálogo teológico para que «con la ayuda de Dios» en el futuro se pueda producir «la superación plena de las divergencias». Antes de concluir, Francisco ha asegurado que «ningún diálogo ecuménico puede avanzar si nos quedamos quietos».