El Papa pide que «cese la violencia» en Nicaragua - Alfa y Omega

El Papa pide que «cese la violencia» en Nicaragua

«La Iglesia siempre está a favor del diálogo, pero esto requiere un compromiso activo para respetar la libertad y, sobre todo, la vida», ha dicho Francisco durante el rezo del Ángelus

Europa Press

El Papa Francisco ha pedido «compromiso activo para respetar la libertad y, sobre todo, la vida» en Nicaragua, y ha exigido el cese de la violencia en el país, así como que se aseguren las condiciones para «reanudar el diálogo lo antes posible».

Así lo ha expresado este domingo durante el Ángelus, donde se ha unido a los obispos de Nicaragua para expresar su «dolor por la violencia grave, con muertos y heridos, llevada a cabo por grupos armados para reprimir las protestas sociales».

«Rezo por las víctimas y sus familias. La Iglesia siempre está a favor del diálogo, pero esto requiere un compromiso activo para respetar la libertad y, sobre todo, la vida. Rezo para que toda la violencia cese y para que se aseguren las condiciones para la reanudación del diálogo lo antes posible», ha señalado.

Durante el Ángelus, Francisco ha recordado que este domingo se celebra en muchos países «la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo», el Corpus Christi (o Corpus Domini).

«El Evangelio nos trae las palabras de Jesús, pronunciadas en la Última Cena con sus discípulos: ‘Toma, este es mi cuerpo’. Y luego: ‘Esta es mi sangre del pacto, que se derrama para muchos».

Precisamente, tal y como ha manifestado el Sumo Pontífice, «por ese testamento de amor, la comunidad cristiana se reúne todos los domingos, y todos los días, alrededor de la Eucaristía, el sacramento del sacrificio redentor de Cristo». «Y atraídos por su presencia real, los cristianos lo adoran y lo contemplan a través del humilde signo del pan que se convirtió en su Cuerpo», añadió.

Según el Papa, esta fiesta del Corpus Christi es un «misterio de atracción hacia Cristo y de transformación en Él», pero también es «una escuela de amor concreto, paciente y sacrificada, como Jesús en la cruz». «Nos enseña a ser más acogedores y disponibles para quienes buscan comprensión, ayuda, aliento y están marginados y solos», agregó.