La Iglesia, mediadora en el conflicto - Alfa y Omega

La Iglesia, mediadora en el conflicto

«Revisar todo el sistema político de Nicaragua, desde su raíz, para lograr una auténtica democracia». Este es el principal objetivo que se plantea la Iglesia en su labor de mediación en la crisis nicaragüense, señala en conversación con Alfa y Omega el obispo de Matagalpa y responsable de comunicación de la Conferencia Episcopal, monseñor Rolando Álvarez

Cristina Sánchez Aguilar
Nicaragua manifestación contra Daniel Ortega
Nicaragüenses piden la salida del presidente Ortega. Foto: Javier Bauluz

«Revisar todo el sistema político de Nicaragua, desde su raíz, para lograr una auténtica democracia». Este es el principal objetivo que se plantea la Iglesia en su labor de mediación en la crisis nicaragüense, señala en conversación con Alfa y Omega el obispo de Matagalpa y responsable de comunicación de la Conferencia Episcopal, monseñor Rolando Álvarez. El 21 de mayo, los obispos plantearon al presidente Ortega la urgencia de un Diálogo Nacional «donde se abordara la problemática de la institucionalidad del país». El Gobierno respondió pidiendo su mediación en esa mesa, y «después de consultar con nuestros sacerdotes, laicos comprometidos y diversos sectores de la sociedad, como pastores del pueblo de Dios, aceptamos con buena voluntad ser mediadores y testigos» de un conflicto en el que la Iglesia se ha convertido, «ante el vacío de poder de la situación actual, en el marco de legitimidad de la sociedad nicaragüense», explica Álvarez.

Una legitimidad ganada con preocupación y dolor, ya que son recurrentes las amenazas de muerte a prelados que, a través de comunicados o sus redes sociales, denuncian la escalada de violencia que se vive en el país, «detonante de un malestar acumulado durante años ante la centralización del poder, desacreditando toda la institucionalidad del Estado». La situación, recalca el portavoz de los obispos, «exige justicia y la democratización del país», además de un verdadero diálogo «que no sea una táctica dilatoria para mantener posturas antidemocráticas». Diálogo, añadió el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, durante su homilía en la catedral el domingo de la Santísima Trinidad, que no se da «solamente en el auditorio del Seminario —sede del Diálogo Nacional—. El diálogo tiene que proyectarse más allá, entre los vecinos, entre las familias, entre las comunidades».

Encuentro con Ortega

Sobre la posibilidad de un encuentro directo de los obispos con el presidente, monseñor Álvarez asegura que «estamos solicitándole respetuosamente que nos reciba, queremos hablarle personalmente de la democratización del país y le reiteramos con respeto que no somos sus adversarios, somos hijos de una misma patria». Visión moderada que no comparten todos los prelados, como en el caso del obispo de Estelí, uno de los más contundentes en sus críticas al Gobierno. En una carta fechada el 24 de mayo, monseñor Juan Abelardo Mata pedía al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) una intervención «que evite una debacle y asegure nuevamente la paz y la seguridad en el país», y afirmaba que «el pueblo pide con voz unánime la salida del señor Ortega del poder, por medio de un proceso ordenado que permita restablecer y preservar el orden institucional, la paz y la normalidad». Petición, añadía el obispo, «a la que el presidente Daniel Ortega hace oídos sordos escudándose en un orden constitucional que él mismo destruyó y por lo que hoy enfrentamos situaciones de hecho y no de derecho».