Bashar y Dani, dos refugiados sirios en el papamóvil: «No hay palabras para describir lo que es la guerra» - Alfa y Omega

Bashar y Dani, dos refugiados sirios en el papamóvil: «No hay palabras para describir lo que es la guerra»

La sonrisa no se borra de sus caras pese a que ya acusan el cansancio. Han venido conduciendo desde Polonia hasta la puerta de Casa Santa Marta. Allí el Papa Francisco bendijo su furgoneta, un vehículo pequeño que transporta grandes sueños. Son los chicos del Bus Young, un proyecto de Cáritas Polonia que quiere promover el voluntariado entre los jóvenes a través de una ayuda concreta para los cristianos de Siria. Como portavoces del sufrimiento sirio viajan con los jóvenes polacos tres refugiados a los que Cáritas Polonia ha becado para estudiar en Europa. Uno de ellos es Bashar, de Alepo, que desde hace cinco años estudia en Varsovia

Ángeles Conde Mir
Los chicos del Bus Young, en la plaza de San Pedro –en el centro, con camiseta blanca, Dani, y a la derecha del todo, con camiseta roja, Bashar–. Foto: Ángeles Conde

Bashar, ¿por qué te uniste al proyecto Bus Young de Cáritas Polonia?
Porque creo que es muy importante que los jóvenes conozcan el valor del voluntariado. Todo el mundo debería hacerlo para ayudar a otras personas y también, sinceramente, porque te hace sentir muy bien.

El Bus Young puede ayudar a que los cristianos no tengan que marcharse de Siria.
Desde la antigüedad Siria ha sido cristiana y hay que mantener a los cristianos en esa tierra. También ayudar a los musulmanes con los que siempre hemos convivido, hemos ido al colegio o hemos trabajado juntos… Así era nuestra vida normal.

Esta embajada móvil de la solidaridad recorrerá un centenar de ciudades polacas para impulsar el voluntariado juvenil y sensibilizar a la población sobre la urgencia de socorrer a los sirios. Viajará con ellos un icono de la Virgen de Alepo.

¿Cuáles son tus planes de futuro?, ¿piensas volver a Siria?
Es una pregunta muy difícil. Ahora tengo que terminar mis estudios en Tecnología de la Información y después ya lo pensaré. Para todos los que nos hemos ido es fundamental poder regresar algún día, para reconstruir el país y empezar una nueva vida.

Hoy por hoy imagino que es imposible, ¿cómo es vivir en una guerra?
Por mucho que intente explicártelo con palabras no voy a poder describirlo correctamente. Es muy duro vivir entre ruinas, con tanques por la calle, con personas muriendo y matando delante de ti. Ojalá que se acabe pronto la guerra en Siria y todas las guerras. Porque una guerra es una tragedia.

Los chicos del Bus Young, con Francisco en el papamóvil. Foto: L’Osservatore Romano

Pero hoy has tenido un motivo de gran alegría, ¡nada más y nada menos que estar con el Papa!
Sí. Fue increíble, ¡alucinante! El Papa ha sido muy generoso con nosotros. Para mí ha sido una de las mejores experiencias que he vivido. Cuando nos invitó a subir en el papamóvil para hacernos una foto dentro no sabíamos ni qué decir. ¡Y ahora la foto está en su Instagram oficial!

Antes de la audiencia general del miércoles, el grupo tuvo la oportunidad de ver al Papa, al que presentaron este proyecto que además nació con motivo de los 100 años de independencia de Polonia. Rezaron un avemaría juntos —cada uno en su idioma—, y después Francisco los invitó a subir al papamóvil. También se dirigió a ellos con especial cariño durante los saludos en polaco. «Os bendigo de corazón», les aseguró ante una plaza de San Pedro llena de peregrinos.

Dani, también sirio, recuerda este encuentro con una gran sonrisa.
Creo que estar con el Santo Padre y poder rezar con él ha sido uno de los momentos más bonitos de toda mi vida. Le expliqué que yo también trabajo en Cáritas y que quise participar en este proyecto para promover el voluntariado en todo el mundo.

¿También para ayudar a Siria y a los cristianos?
Es importante que se conserve la presencia cristiana en Siria, que existe desde hace siglos y se ve por la cantidad de iglesias y santuarios que hay en todo el país. Los cristianos tienen que quedarse en sus lugares de origen.

Junto a ellos viaja el director de Cáritas Polonia, el padre Marcin Izycki, que explica que Bus Young es un llamamiento también para «recordar que la guerra no se ha terminado. Cada día mueren personas y muchas otras necesitan ayuda. Queremos edificar puentes porque hay demasiados muros. En Siria todo ha sido destrozado: las calles, las iglesias, los edificios, los puentes… pero los polacos hemos levantado un puente solidario que no se puede destruir, porque nace del corazón y llega hasta el corazón».