Borg McEnroe. La película. El precio de ser el mejor - Alfa y Omega

Borg McEnroe. La película. El precio de ser el mejor

Juan Orellana
Los actores Sverrir Gudnason y Shia LaBeouf interpretando al tenista sueco Björn Borg y al americano McEnroe. Foto: Julie Vrabelova

Todas las películas sobre grandes deportistas inciden en los enormes sacrificios que hay que hacer para llegar a ser el mejor. Sacrificios físicos, psicológicos, familiares, sociales… sin los cuales parece que no es posible subir al podio. Pero a veces uno se pregunta si ganar una copa de oro merece determinados deterioros de otros aspectos de la vida personal. Esta perplejidad se despierta sin duda en esta película, estrenada la semana pasada. Se trata de una cinta sueca que, más allá de ser un homenaje al que fuera número uno del mundo —el sueco Björn Borg—, y a su rival —el norteamericano John McEnroe—, es un homenaje al tenis como deporte. El director Janus Metz opta por no ofrecernos un biopic al uso, sino que se centra en los preparativos de la final del torneo de Wimbledon de 1980, que enfrentó a McEnroe con Borg, el cual aspiraba a su quinta victoria consecutiva en ese Grand Slam. Metz compagina la narración con numerosos flashbacks que nos permiten indagar en las raíces de la personalidad compleja de ambos, entender mejor las características de su forma de ser.

Sin duda un gran acierto es el reparto. El actor sueco Sverrir Gudnason interpreta con mucho talento al austero y comedido Borg, un hombre cuya disciplina mantenida por años le ha convertido en un ramillete de neurosis y obsesiones. Una figura clave de su recorrido es su entrenador personal Lennart Bergelin (encarnado por el siempre convincente Stellan Skarsgård), que le ha seguido desde niño y que ha hecho de él una máquina de autocontrol, para lo bueno y para lo malo. El otro sustento moral del tenista es su sacrificada novia, Mariana Simionescu, que interpreta Tuva Novotny con la contención requerida por el personaje.

Por su parte, el agresivo y desquiciado McEnroe es interpretado por el famoso actor Shia LaBeouf, que a pesar de no parecerse mucho físicamente, hace su trabajo con mucha seriedad y convicción. La tensión creada entre los dos personajes es una de las columnas vertebrales del filme, pero no tanto una tensión deportiva, sino la que origina unas personalidades tan opuestas que hace que no se entiendan mutuamente: McEnroe no sabe cómo Borg puede ser tan impasible, y Borg no comprende esa crispada y hostil forma de ser del americano.

Como es de imaginar, una vez que hemos logrado empatizar sobre todo con Borg gracias a la forma en la que el director nos lleva a su pasado y a su presente, nos lanza en el tramo final al que se considera el mejor partido de la historia del tenis, el del 5 de julio de 1980 en Wimbledon. Los medios de comunicación lo bautizaron como el partido del siglo, un partido agotador y eterno donde la alta calidad de los contrincantes los llevaba a rascarse los puntos uno al otro en un agotador duelo.

Borg McEnroe. La película, que ha pasado por el Festival de Toronto, el de San Sebastián y el Bcn Film Fest, merece nuestra atención, no únicamente por sus valores deportivos, sino sobre todo por el drama humano que nos muestra. Una película que disfrutarán no solo los amantes del cine deportivo.

Borg McEnroe. La película
Director:

Janus Metz Pedersen

País:

Suecia

Año:

2017

Género:

Drama

Público:

+7 años