Tomás Moro, una utopía. Muerte o victoria - Alfa y Omega

En 1515, Sir Tomás Moro, lord canciller del reino de Enrique VIII, escribió la obra Utopía, sobre una isla con un estado idílico en lo filosófico, lo político, e incluso en lo económico. Un lugar aislado por el mar, y también aislado de la vida conocida, en el que se podía permanecer en estado de perfección constante. Su libro dio lugar al término del mismo nombre, que hoy denomina lo utópico.

Con la utopía personal del propio Moro como hilo conductor, y su interesante persona como protagonista absoluto, se presenta esta obra por primera vez en Madrid. Escrita por varios autores, entre ellos Shakespeare como el más destacable —o así lo indican los expertos—, el texto muestra al hombre que vivió y murió por sus principios y su fe, puestos los dos en igual orden de importancia.

Todo comienza en un calabozo de la torre de Londres, lugar que Enrique VIII supo convertir en más que indigno, usándolo de receptorio de sus vergüenzas y ejemplo de su liderazgo. Allí, Tomás Moro, interpretado por José Luis Patiño, escribe una carta de despedida dirigida a su familia poco antes de su ejecución.

Un narrador al que da vida Ángel Ruiz, sale y entra de la obra a placer para intervenir en momentos relevantes. Los once actores del reparto interpretan a dos personajes cada uno, para dotar de vida la historia de Moro. Consiguiendo que podamos vivir con él su famoso sentido del humor, su ingenio, su inteligencia y por supuesto su fe, todo ello tan inquebrantable como su creencia en la obligación de los hombres, en la suya propia.

Tamzin Towsend, la joven directora a la que conocemos a cargo de El método Gronholm o Un Dios Salvaje, está al frente de la puesta en escena de la obra. Ésta discurre en un versátil pero único escenario que sirve en cada una de las escenas, pero que podemos ver simbólicamente como una enorme gota de sangre roja caída en el suelo, seca e imborrable, presente en la memoria para que no se olvide en ningún momento el final que espera al protagonista.

Aunque el reparto resulte en ocasiones inadecuado y el deje vocal de algunos actores cansino por el intento de acercarse a un estilo de lenguaje que se quiere intuir… son principalmente los 22 metros de embocadura de la gran sala del Fernán Gómez los que impiden seguir la obra al cien por cien.

La proyección de las voces se pierde constantemente, y el esfuerzo de los espectadores para entender el texto es similar al de los actores para vocalizarlo. La obra ha pasado antes por otros teatros en los que no parece haber tenido dificultades —el Teatro Quintero, en Sevilla, o durante el famoso Festival de Teatro de Almagro—.

UNIR TEATRO se encuentra detrás del proyecto, con Ignacio Amestoy al frente de la vida teatral de la Universidad de la Rioja que sigue apostando por la cultura desde un punto de vista muy social y participativo, con el porcentaje de riesgo que esta hazaña implica. Como cuando en 2012 adquirió los derechos del Teatro Chéjov, dedicado al famoso autor ruso y sus obras.

Como Tomás Moro, la UNIR apuesta por lo que le dicta la fe en los hombres, en su capacidad para crear y para pensar, en su decencia… y cuando se apuesta con tanta firmeza, puede parecer que se pierde, pero seguramente se esté obteniendo una victoria.

Tomás Moro, una utopía

★★★☆☆

Teatro:

Teatro Fernán Gómez

Dirección:

Plaza de Colón, 4

Metro:

Banco de España, Sevilla

OBRA FINALIZADA