Mons Dei, nueva edición de Las Edades del Hombre - Alfa y Omega

Mons Dei, nueva edición de Las Edades del Hombre

El monte como lugar de encuentro con Dios es el tema central de Mons Dei, la nueva edición de Las Edades del Hombre, que inaugura este jueves la reina Sofía en Aguilar de Campoo. Se incluyen obras del Goya, el Greco, Gregorio Fernández o Berruguete, junto a otras de artistas contemporáneos

Ricardo Benjumea
El Becerro de oro de Esteban March. Ca. 1650. Colección Banco Santander. Foto: Edades del Hombre

Del monte Sinaí —con las tablas de la Ley— a la crucifixión en el Calvario, pasando por el monte Tabor, el sermón de las bienaventuranzas o el sacrificio de Isaac que ordena Dios a Abraham, «la historia de la Salvación transcurre de monte en monte». Así lo muestra Mons Dei, la nueva edición de Las Edades de Hombre, que inaugura la reina Sofía este jueves en Aguilar de Campoo. La temática —subraya el sacerdote Gonzalo Jiménez, secretario general de esta fundación— es idónea para una exposición que, hasta el mes de noviembre, recala en la comarca de la Montaña Palentina.

A pesar de que la muestra utiliza «un lenguaje de fácil lectura», en esta ocasión «hemos trabajado un poco más algunos conceptos simbólicos, jugando mucho con la iluminación», añade Jiménez. En particular, «presentamos a Cristo como el monte de la salvación». «La salvación se identifica con el camino que emprendió Jesús, y después de él, los santos. Un camino que implica esfuerzo, sacrificio… Y también esperanza e ilusión. Porque el seguimiento a Jesús es gozoso, pero a veces también doloroso».

Ambos elementos son inseparables. «Lo vemos en el relato de la Transfiguración, en el que Jesús manifiesta su naturaleza divina a la Iglesia». Sin embargo, «a los apóstoles que le acompañan, el Señor no les deja quedarse ahí: tienen que bajar, asumir el destino reservado a cada uno, como hará el mismo», que poco después de este episodio vuelve a anunciar su Pasión y Muerte.

En esa línea va encaminado también el mensaje que la exposición quiere subrayar con la subida al monte de perfección de san Juan de la Cruz, título del sexto capítulo de la muestra. «Puede que haya aquí elementos un poco sorpresivos, pero servirán para provocar la pregunta en el visitante de un modo más interactivo», confía el secretario general.

San Juan de la Cruz, obra de Venancio Blanco. Foto: Edades del Hombre

De El Greco a Venancio Blanco

Alrededor de 120 obras conforman esta edición de Las Edades del Hombre en Aguilar de Campoo, localidad famosa tanto por su románico como por su fábrica de galletas. Se entremezclan gigantes como el Greco, Goya, Gregorio Fernández, Alonso Cano o Berruguete, con autores contemporáneos. Una presencia especialmente destacada, entre estos últimos, es la reservada a Venancio Blanco, fallecido en febrero, a los 94 años. Antiguo director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma, el escultor salamantino cuenta con obras expuestas en el Museo Vaticano, el Reina Sofía, el Museo de Bellas Artes de Amberes o la catedral de la Almudena en Madrid. Su nombre ha quedado estrechamente vinculado a Las Edades del Hombre, que le permitieron dar rienda suelta a su vocación de «artista cristiano». «Venancio Blanco entendía su vida y los dones que había recibido como un regalo de Dios que ponía al servicio de los demás», afirma Gonzalo Jiménez.

Las dos sedes de Mons Dei

La exposición está dividida en dos sedes. La primera, la iglesia de santa Cecilia, en la ladera sureste del castillo, es considerada uno de los mejores exponentes de torres-campanario románicos de la península Ibérica. Fue construida entre los siglos XII y XIII.

En este lugar se presenta la montaña como «un lugar de encuentro con Dios y de apertura a la trascendencia»; «un espacio en el que el Dios se manifiesta al hombre y el hombre dialoga con Dios». Se trata de un elemento, de una forma u otra, «presente en la simbología de las grandes religiones», explica el secretario general. El recorrido de Mons Dei se inicia así con «la religiosidad universal» como punto de partida, siguiendo un simbolismo que estuvo presente ya en Credo, la exposición celebrada en 2013 en Arévalo (Ávila).

Un segundo capítulo aborda «El monte en la historia de Israel». Y desde ahí, la muestra se traslada a la colegiata de San Miguel, sede de los cinco restantes capítulos, que abordan desde «La simbología mariana en torno a la montaña», a «La Iglesia de Jesús cimentada sobre los apóstoles, monte que anuncia, celebra y comunica la salvación a todos los hombres». Para culminar en la Eucaristía como «anticipo del banquete escatológico en el monte de Dios», en el que «Cristo y su madre nos preceden y esperan».

La colegiata de San Miguel es un conjunto arquitectónico cuyos orígenes se remontan a la época visigoda, si bien el templo fue reedificado en la época románica y, finalmente, en el siglo XV, todo lo cual le aporta una peculiar combinación de estilos.

Martirio de san Sebastián del Greco. Catedral de Palencia. A la derecha: Transfiguración del Señor, de Pedro de la Cuadra. Iglesia del Santísimo Salvador de Valladolid. Fotos: Edades del Hombre

Rutas por la Montaña Palentina

Así concebida, sin embargo, la exposición Mons Dei dejaba sin apenas abordar el románico norte, el característico de la Montaña Palentina, con gran cantidad de iglesias. «No quisimos tocar más el románico, un tema ya muy desarrollado en ediciones anteriores, pero tampoco podíamos dar la espada a esta realidad», cuenta Gonzalo Jiménez.

La solución fue el epílogo Ecclesia Dei, un conjunto de siete rutas, como complemento de la exposición, que se adentran en la montaña, permitiendo al visitante experimentar en carne propia sensaciones similares a las que los afamados artistas de todos los tiempos impregnaron en sus obras. En colaboración con la Junta de Castilla y León, el Obispado de Palencia y la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, se ha elaborado una guía para lanzarse a explorar la comarca con mayor abundancia de arquitectura románica en España.

La identidad y la fe de un pueblo

Con Mons Dei, Las Edades del Hombre llegan a su 23ª edición. Se cumplen 30 años del inicio de la andadura, con una primera muestra en la catedral de Valladolid, en 1988, que se titulaba genéricamente El arte en la Iglesia de Castilla y León. La exposición ha recalado sucesivamente en las 9 provincias de la comunidad, además de Madrid, con dos incursiones internacionales en Amberes (1995) y Nueva York (2002). En estas tres décadas han visitado Las Edades del Hombre 11,2 millones de personas.

Después de Aguilar de Campoo, la sede de la 24 edición está ya adjudicada: Lerma. Para las siguientes se postulan Burgos, León y, fuera de la región, pugna desde hace tiempo por acogerla Plasencia, en Extremadura.

La Fundación las Edades del Hombre surge de la colaboración entre las distintas diócesis castellanoleonesas. La iniciativa es todo un ejemplo a la vez de colaboración de la Iglesia con las administraciones públicas y entidades privadas para promocionar y preservar el patrimonio cultural de la comunidad autónoma. De las cerca de 5.000 piezas expuestas hasta ahora, aproximadamente un 40 % han sido restauradas por los profesionales de Las Edades del Hombre. Pero puestos a señalar «el secreto» del éxito de esta iniciativa, el secretario general de la fundación, Gonzalo Jiménez afirma que «conecta con la fe y la identidad de un pueblo». «En el fondo –añade–, eso que llamamos arte no es más que el resultado a lo largo de la historia del sentimiento religioso de unos pueblos plasmado en una serie representaciones que recogen con belleza ese sentimiento. Esa es la clave: la identidad y la fe».