«Ningún pecado puede borrar el Bautismo. Somos hijos de Dios para siempre» - Alfa y Omega

«Ningún pecado puede borrar el Bautismo. Somos hijos de Dios para siempre»

El Papa volvió a reflexionar sobre el Bautismo durante la audiencia general de este miércoles. Durante el saludo a los fieles en los distintos idiomas, al término de la catequesis, Francisco reiteró su llamamiento a la paz en Siria y en el mundo entero

José Calderero de Aldecoa
Foto: AFP Photo/Tiziana Fabi

En el Bautismo nos convertimos en hijos de Dios «para siempre». Con este sacramento, se imprime en el hombre un «sello espiritual imborrable». Ningún «pecado puede borrarlo», aunque sí puede impedir al Bautismo «dar frutos de salvación». Lo dijo el Papa durante la catequesis de la audiencia general de este miércoles 9 de mayo.

Francisco quiso que quedara bien clara esta primera idea y volvió a repetir: «¡El sello del Bautismo no se pierde jamás!» Pero padre, continuó el Pontífice habiendo dejado los papeles de lado, «“si una persona se convierte en un bandido, en uno de los más famosos, que mata a la gente, que comete injusticias… ¿el sello no se va?”. No, continúa siendo un hijo de Dios». Es un hijo que «va contra Dios», precisó el Santo Padre, pero no deja de serlo porque «Dios nunca reniega de sus hijos».

En el sacramento del Bautismo «es sepultado el hombre viejo, con sus pasiones innegables, para que renazca una nueva criatura». De esta forma, «la fuente bautismal se convierte en sepulcro y en madre» porque al mismo tiempo «morimos» al pecado y «nacemos» a la vida eterna. En este sentido, el Papa destacó el simbolismo de las imágenes de la tumba y el seno materno para explicar la grandiosidad de lo que sucede a través de simples gestos del Bautismo.

Sacerdote, profeta y Rey

Francisco también explicó durante la catequesis el rito de la unción con el santo crisma, que es «signo del sacerdocio real del bautizado y de su incorporación a la comunidad del pueblo de Dios».

La unción crismal, dijo el Pontífice, «nos conforma a Cristo sacerdote, profeta y rey. Por eso, todo el Pueblo de Dios, animado por el Espíritu Santo, participa de esas funciones, y tiene la responsabilidad de misión y servicio que de ellas deriva».

¿Y qué significa participar en el sacerdocio real y profético de Dios?, preguntó Bergoglio. «Significa hacer de sí mismos una ofrenda agradable a Dios, dando testimonio a través de una vida de fe y de caridad, al servicio de los demás, tras el ejemplo del Señor Jesús», respondió.

Oración por la paz en Siria

Una vez concluida la catequesis, durante el saludo a los fieles en los distintos idiomas, el Papa reiteró su llamamiento a la paz en Siria y pidió oración a los fieles para que acabe la violencia.

«Queridos hermanos y hermanas, el mes de mayo está dedicado a la Virgen. Los invito a cultivar la devoción a la madre de Dios con el rezo cotidiano del Rosario, orando en particular por la paz en Siria y en el mundo entero», dijo al saludar a los peregrinos de lengua árabe.