Washington D. C.: 1.300 nuevos católicos gracias a los confesionarios con luz verde (y más) - Alfa y Omega

Washington D. C.: 1.300 nuevos católicos gracias a los confesionarios con luz verde (y más)

Iglesias y confesionarios abiertos una tarde entera a la semana, catecumenado de adultos, talleres para promover parroquias evangelizadoras, campañas mediáticas, teología en los bares… son algunas de las iniciativas que dibujan la vitalidad evangelizadora de la archidiócesis de Washington. El fruto se verá esta Pascua, cuando la Iglesia reciba a 1.318 nuevos hijos

María Martínez López

En la Vigilia Pascual de este año, 1.318 personas –sin niños pequeños– entrarán a formar parte de la Iglesia católica a través de la archidiócesis norteamericana de Washington. En concreto, se bautizarán 623 niños de siete años en adelante, adolescentes, jóvenes y adultos. 327 personas bautizadas en otras confesiones cristianas serán admitidas a la plena comunión con la Iglesia católica y recibirán la confirmación y la Primera Comunión, y 368 bautizados católicos completarán la iniciación cristiana con los sacramentos que en su momento no recibieron. Estos datos adquieren mayor relieve si se tiene en cuenta que el medio millón de católicos de la diócesis representan sólo el 22 % de la población.

Son tantos que, cuando al inicio de la Cuaresma se celebró el rito de elección, tuvo que hacerse en dos tandas. No es el primer año que ocurre. Todas estas personas llegan a la Iglesia a través del Rito de la Iniciación Cristiana de Adultos o de su versión adaptada a los niños. Este itinerario les acompaña desde que empiezan a interesarse por el catolicismo hasta su admisión plena. Es «una de las tierras de cultivo más fértiles para la evangelización» –explica Sara Blauvelt, Directora diocesana de Catequesis– porque «estas personas han identificado que tienen hambre de la fe, y han dado un paso al frente».

El programa existe en todas las diócesis estadounidenses siguiendo las líneas generales marcadas por la Conferencia Episcopal. Luego, «cada parroquia desarrolla su forma de implementarlo». En Washington, la archidiócesis ofrece un encuentro intensivo para los equipos responsables. Durante el mismo, «se subraya la importancia de que toda la parroquia sea parte del proceso».

La Cuaresma es la última etapa del camino, y un momento de especial intensidad para los catecúmenos (no bautizados) y los candidatos (bautizados). Desde el Rito de Elección, pasan por una serie de celebraciones en las que se someten a los escrutinios y se les entrega el Credo y el Padrenuestro. Los ya bautizados, además, celebran su primera confesión.

200 iglesias abiertas para confesarse

Sin embargo, en Washington, la Cuaresma no es sólo un momento fuerte de evangelización para ellos. La archidiócesis quiere aprovechar este tiempo litúrgico fuerte para intentar llegar a otros no católicos o católicos alejados, gracias a la iniciativa The light is on for you (La luz está encendida para ti), que nació hace ocho años por decisión del cardenal Donald Wuerl.

Cada miércoles de Cuaresma por la tarde, las iglesias católicas están abiertas y con sacerdotes disponibles para que la gente pueda rezar en silencio y confesarse. De hecho, el nombre de la campaña alude a la luz verde de los confesionarios. «El área del Distrito de Columbia cubre también la diócesis de Arlington (Virginia), y mucha gente que vive en Virginia trabaja en Washington y viceversa –explica Chieko Noguchi, Directora de Comunicación de la archidiócesis–. Así que durante los últimos años hemos tenido la suerte de asociarnos con la diócesis de Arlington para que haya un número incluso mayor de iglesias disponibles. ¡Esta Cuaresma eran 200!».

En sus primeros años, la campaña tuvo tanto éxito, que la Conferencia Episcopal pidió a la diócesis que compartieran los materiales y recursos con otras diócesis, «por lo que ahora esta iniciativa se celebra en un número bastante grande de diócesis estadounidenses», añade.

Con esta iniciativa, no quieren llegar sólo a las personas que pudieran tener ya, de entrada, la intención de rezar más y confesarse en Cuaresma. Pretende ser una llamada que invite a todo el mundo. «La promovemos por distintos medios –cartelones al lado de las carreteras más concurridas, anuncios en la televisión y la radio local…– Cada año cambiamos algo la promoción para mantenerla fresca, y este año, además de los anuncios, hemos ofrecido una campaña de mensajes de móvil»: la gente podía suscribirse y recibir en su teléfono una reflexión diaria. «Hemos recibido una respuesta muy positiva», añade Noguchi.

En Adviento, en Navidad… y todo el año

Con el mismo objetivo que The light is on nació Encuentra el regalo perfecto, destinada al Adviento y la Navidad. Como explica su página web, se trata de «un conjunto de herramientas creadas para ayudar a las parroquias y colegios a dar poder a los católicos practicantes para que sean misioneros» durante estos tiempos litúrgicos, que «tienen un especial potencial evangelizador». La iniciativa incluye reflexiones diarias, vídeos, música, un calendario de Adviento con actividades para realizar en familia y un calendario con todos las actividades de las parroquias.

Al igual que en Cuaresma, la iniciativa cuenta con el apoyo de una campaña publicitaria en los medios locales. De hecho, «intentamos tener presencia en ellos todo el año», subraya Noguchi. Durante los tiempos más tranquilos, «intentamos pensar en cosas que estén de moda o sean populares y hacemos un mensaje breve que invite a la gente a visitar nuestra página web».

Otro tipo de iniciativas de nueva evangelización están más centradas en el encuentro personal. Es el caso de Teología de barril, en la que se invita a jóvenes adultos a acudir a un bar después del trabajo para escuchar una pequeña conferencia y hacer preguntas; o también de algunas evangelizaciones nocturnas en torno a la catedral de San Marcos, organizadas por la Delegación de Jóvenes Adultos y Evangelización. En los últimos tiempos, también han puesto en marcha el taller Convertirse en evangelizadores en el día a día. En un encuentro de tres horas, los participantes comparten la relación personal de cada uno con Cristo, y debaten sobre «cómo los individuos y sus historias de fe, compartidas, pueden contribuir a formar parroquias evangelizadoras», explica Blauvelt.