En 1987 Bergoglio ya instó a avergonzarse de los problemas de la Iglesia - Alfa y Omega

En 1987 Bergoglio ya instó a avergonzarse de los problemas de la Iglesia

La recomendación del ahora Papa se produjo en el prólogo de un libro publicado hace tres décadas. El prólogo, según el director de la Civilta Catolica, Antonio Spadaro, ayuda a leer a fondo la carta del Pontífice a los obispos de Chile, tras el informe del arzobispo maltés Charles J. Scicluna, que viajó a este país para tomar testimonio a las víctimas de los abusos del sacerdote Fernando Karadima

Redacción
Jorge Mario Bergoglio, cuando era sacerdote, en Buenos Aires. Foto: ABC

La revista de la Compañía de Jesús, Civilta Catolica, publicó este jueves un prólogo del entonces padre Jorge Bergoglio para un libro publicado en 1987 en el que el ahora Papa Francisco aconsejaba avergonzarse para afrontar los problemas en la Iglesia.

Se trata de un breve prólogo a una colección de ocho cartas de dos padres generales de la Compañía de Jesús Matteo Ricci y Joannes Philippe, con el título de Las cartas de la Tribulación, sobre los diferentes periodos de tribulación que pasaron los jesuitas en su historia.

Según el director de la revista, Antonio Spadaro, el libro es de la época «en la que se eligió a Bergoglio como procurador, enviándolo a Roma con la tarea de informar sobre la situación de la provincia, discutir con los otros procuradores sobre el estado de la Compañía y de votar acerca de la oportunidad de convocar una congregación general de la Orden».

«Fue en este contexto en el que Bergoglio decidió meditar y presentar nuevamente aquellas cartas de los padres Ricci y Roothaan, porque, a su juicio, eran relevantes y de actualidad para la Compañía», añade Spadaro.

«En momentos de turbación, en los que la polvareda de las persecuciones, tribulaciones, dudas, etc., es levantada por los acontecimientos culturales e históricos, no es fácil atinar con el camino a seguir», escribe Bergoglio.

Y continúa: «Hay varias tentaciones propias de ese tiempo: discutir las ideas, no darle la debida importancia al asunto, fijarse demasiado en los perseguidores y quedarse rumiando allí la desolación, etc».

Ante ello, inspirándose en las cartas de Ricci y Roothaan , y para «evitar convertirse en un veraz destructor o en un caritativo mentiroso o en un perplejo paralizado» propone siempre que el superior ayude «al discernimiento».

«Al considerar los pecados propios el jesuita pide -para sí- vergüenza y confusión de mí mismo. No es la misma cosa, pero se parecen; y -de esta manera- se está en mejor disposición de hacer el discernimiento», se lee.

Spadaro, muy cercano al Papa Francisco, asegura que este prólogo ayuda a leer a fondo la carta del Pontífice a los obispos de Chile, tras el informe del arzobispo maltés Charles J. Scicluna, que viajó a este país para tomar testimonio a las víctimas de los abusos del sacerdote Fernando Karadima.

Y en la que escribió: «En lo que me toca, reconozco y así quiero que lo transmitan fielmente, que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada» y pedía perdón a las víctimas.

Efe / Redacción